SE ROBAN EL FUTURO
Suena brutalmente duro decir que somos
un pueblo miserable. Por supuesto que no decimos miserable en el sentido de
vil, truhan o innoble; tampoco en su acepción de avaro o tacaño, sino en su
significado de pobre, necesitado e infeliz. Me rebelo contra la miseria, contra
la pobreza en la que se está hundiendo el país que ha sido asaltado, y no solo
se roban el dinero de las arcas públicas y las reservas de oro del Banco
Central, se roban el dinero de los pobres que hoy son más pobres, y nos roban
nuestra condición de clase media, hoy somos una media clase, devenida en nuevos
pobres cuyo objetivo único pareciera ser subsistir, alimentarse.
También
se están robando el futuro de mil maneras distintas. La hambruna a la que
someten a nuestros infantes tiene como consecuencia inevitable un menor
crecimiento intelectual. De otro lado, también se roban el futuro al hipotecar
el país, porque no satisfechos con la apropiación de lo que teníamos, han
hipotecado el devenir con una deuda impagable.
Los
indicadores de libertad, desarrollo y progreso colocan hoy a Venezuela en la
cola de los pueblos, y no son enemigos de la mal llamada revolución venezolana
quienes evalúan, son universidades, profesores e instituciones especializadas
que miden con la misma vara, que lo hacen bajo los mismos parámetros
científicos en todo el mundo.
En
materia de libertad humana, el Instituto Cato y Fraser de los Estados Unidos y
Canadá, al estudiar 159 países, nos ubica en la posición 154, en el foso junto
a Siria, Irán, Yemen y Libia. Y cuando se trata de libertad económica, el
Instituto Heritage, que analiza a 180 países, nos ubica de penúltimo, en el N°
179, dejando a Corea del Norte como el único país en el globo que tiene menos
libertad económica que Venezuela. Si se trata de libertad de prensa, Reporteros
Sin Fronteras nos coloca en la posición 139, al estudiar también 180 países.
Al
hablar de índice de miseria, el profesor Steve Hanke de la Universidad de Johns
Hopkins, indica que somos el país más miserable del globo, con puntuación ocho
veces mayor del que ocupa el segundo lugar.
Para el Foro Económico Mundial, Venezuela está en la posición 133, de
138 países, en cuanto a índice de competitividad global; para Legatum estamos
en el puesto 121, de 149 países, en el índice de prosperidad. Según el Banco
Mundial, el índice de gobernanza de Venezuela está entre los peores del mundo,
mientras que el índice de percepción de corrupción mundial, en 2016, nos ubica
entre los 10 países más corruptos de la tierra.
La
Universidad de Cornell elabora anualmente el índice de innovación e
investigación científica, ubicándonos en 2016 en los últimos nueve puestos del
planeta, solo por encima de los ocho países más atrasados de África. Esto es
comprensible, la innovación e investigación científica la hacen las
universidades, los institutos tecnológicos y las grandes empresas que se
proyectan cara al futuro. Estamos hablando de los sectores más golpeados por el
obsoleto régimen estatista-comunista que nos rige, el cual se declaró enemigo
de las universidades. Aquí está la consecuencia. Vinculado a esto, la revista
Forbes afirma que hoy PDVSA es la peor empresa petrolera del mundo, no
producimos ni la gasolina que consumimos.
Siempre
habíamos sido considerados un país de gente feliz, lo que incluso se mantuvo en
los primeros años del régimen que nos oprime. No obstante ser gente alegre,
capaz de hacer chiste de su desgracia, el índice mundial de felicidad nos ubica
-estudiados 155 países- en la posición N° 82, siendo en América Latica el país
menos feliz, superando solo a Haití. Me rebelo contra la tristeza y el hambre,
contra la miseria y el régimen infeliz de Maduro. Que la calle no calle, fin al
régimen de muerte y miseria del castro comunismo.
Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
Miranda - Venezuela
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