lunes, 3 de abril de 2017

PACIANO PADRON, ME REBELO CONTRA LA MISERIA,

SE ROBAN EL FUTURO

         Suena brutalmente duro decir que somos un pueblo miserable. Por supuesto que no decimos miserable en el sentido de vil, truhan o innoble; tampoco en su acepción de avaro o tacaño, sino en su significado de pobre, necesitado e infeliz. Me rebelo contra la miseria, contra la pobreza en la que se está hundiendo el país que ha sido asaltado, y no solo se roban el dinero de las arcas públicas y las reservas de oro del Banco Central, se roban el dinero de los pobres que hoy son más pobres, y nos roban nuestra condición de clase media, hoy somos una media clase, devenida en nuevos pobres cuyo objetivo único pareciera ser subsistir, alimentarse.

También se están robando el futuro de mil maneras distintas. La hambruna a la que someten a nuestros infantes tiene como consecuencia inevitable un menor crecimiento intelectual. De otro lado, también se roban el futuro al hipotecar el país, porque no satisfechos con la apropiación de lo que teníamos, han hipotecado el devenir con una deuda impagable. 

Los indicadores de libertad, desarrollo y progreso colocan hoy a Venezuela en la cola de los pueblos, y no son enemigos de la mal llamada revolución venezolana quienes evalúan, son universidades, profesores e instituciones especializadas que miden con la misma vara, que lo hacen bajo los mismos parámetros científicos en todo el mundo.

En materia de libertad humana, el Instituto Cato y Fraser de los Estados Unidos y Canadá, al estudiar 159 países, nos ubica en la posición 154, en el foso junto a Siria, Irán, Yemen y Libia. Y cuando se trata de libertad económica, el Instituto Heritage, que analiza a 180 países, nos ubica de penúltimo, en el N° 179, dejando a Corea del Norte como el único país en el globo que tiene menos libertad económica que Venezuela. Si se trata de libertad de prensa, Reporteros Sin Fronteras nos coloca en la posición 139, al estudiar también 180 países.

Al hablar de índice de miseria, el profesor Steve Hanke de la Universidad de Johns Hopkins, indica que somos el país más miserable del globo, con puntuación ocho veces mayor del que ocupa el segundo lugar.  Para el Foro Económico Mundial, Venezuela está en la posición 133, de 138 países, en cuanto a índice de competitividad global; para Legatum estamos en el puesto 121, de 149 países, en el índice de prosperidad. Según el Banco Mundial, el índice de gobernanza de Venezuela está entre los peores del mundo, mientras que el índice de percepción de corrupción mundial, en 2016, nos ubica entre los 10 países más corruptos de la tierra.

La Universidad de Cornell elabora anualmente el índice de innovación e investigación científica, ubicándonos en 2016 en los últimos nueve puestos del planeta, solo por encima de los ocho países más atrasados de África. Esto es comprensible, la innovación e investigación científica la hacen las universidades, los institutos tecnológicos y las grandes empresas que se proyectan cara al futuro. Estamos hablando de los sectores más golpeados por el obsoleto régimen estatista-comunista que nos rige, el cual se declaró enemigo de las universidades. Aquí está la consecuencia. Vinculado a esto, la revista Forbes afirma que hoy PDVSA es la peor empresa petrolera del mundo, no producimos ni la gasolina que consumimos.

Siempre habíamos sido considerados un país de gente feliz, lo que incluso se mantuvo en los primeros años del régimen que nos oprime. No obstante ser gente alegre, capaz de hacer chiste de su desgracia, el índice mundial de felicidad nos ubica -estudiados 155 países- en la posición N° 82, siendo en América Latica el país menos feliz, superando solo a Haití. Me rebelo contra la tristeza y el hambre, contra la miseria y el régimen infeliz de Maduro. Que la calle no calle, fin al régimen de muerte y miseria del castro comunismo. 
  
Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
Miranda - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario