PARTIDO CENTRO DEMOCRÁTICO
El partido Centro Democrático demostró el pasado Primero de
Abril su capacidad de movilización, al realizar
gigantescas marchas en más de 20
ciudades colombianas, encabezadas por Medellín y Bogotá, en contra de toda la
política del gobierno de Santos, exigiendo su renuncia. El partido del
expresidente Uribe estuvo acompañado por
los más connotados líderes del conservatismo, sectores liberales, grupos
independientes y organizaciones sociales y sindicales.
Las movilizaciones en mención, constituyen un verdadero hito en los últimos
tiempos, y un cambio en las costumbres políticas, pues las organizaciones
partidistas en el país solo están acostumbradas a efectuar manifestaciones en
época de elecciones, como si eso fuera
la única razón de ser, y se olvidan de estar sintonizadas con los
múltiples problemas sociales, económicos y políticos que sufre la ciudadanía.
La esencia de las marchas del primer sábado de abril, era
potenciar la defensa de la democracia ante la arremetida totalitaria, que trae
el acuerdo del gobierno con la
narcoguerrilla de las Farc, y que
pone al país de rodillas ante los
terroristas que pretenden vengarse de sus enemigos políticos e ideológicos con
la JEP (jurisdicción especial para la paz), por ello como se dice
coloquialmente “hay que calentar la calle”, ya que todavía estamos a tiempo de
preservar la libertad.
La crisis económica y social de Colombia también ameritaba la
movilización, porque la Reforma Tributaria empobreció a los sectores medios y populares, a ello
se adiciona el pírrico incremento en el
salario mínimo que ha sido por decreto en los últimos años, en donde la
concertación con los sindicatos es defenestrada
por parte del gobierno nacional, con el agregado que el crecimiento económico del país es muy precario, lo cual evita el desarrollo del
empleo decente para una vida digna, por ello
la informalidad laboral y el desempleo van en aumento.
Capítulo aparte merece la corrupción del actual gobierno, que
cree que poniéndole el espejo retrovisor a la administración del expresidente
Álvaro Uribe se puede exculpar de sus graves faltas a la ética, en casos como
el de la empresa brasileña Odebrecht, patrocinada políticamente por el foro de
Sao Pablo, que le aporto a las campañas presidenciales de Santos en el 2010 y
2014 dineros que no se registraron, violando los topes máximos de la
financiación de las campañas; ante esa aberración también se marcho de manera
beligerante.
En los dos últimos años, el mes de abril se ha constituido en
emblemático para el Centro Democrático, pues no hay que olvidar que hace un año
se realizó otra gran marcha nacional, tapándole la boca a algunos congresistas
enmermelados de la Unidad Nacional que no daban un peso por el éxito de esa
movilización, pero salieron con cajas destempladas, ante la magnitud de la
protesta, y en este año se convalido la capacidad movilizadora del
partido Centro Democrático.
En su momento se
critico a los partidos y movimientos que impulsaron el NO en el plebiscito del 2 de octubre, por no
haber convocado a la población para
defender el triunfo, lo que condujo a
que barnizaran el acuerdo de La Habana pasándolo de 297 a 310 páginas y
firmándolo en el teatro Colón de Bogotá el 24 de noviembre, pero como dice el
refrán popular: “más vale tarde que nunca” y aunque la movilización fue 6 meses
después y según algunos extemporánea,
hay que precisar que las manifestaciones en contra del gobierno de
Santos deben de ser de ahora en adelante
consuetudinarias, para no perder
el fervor y así continuar con la iniciativa política.
Con las movilizaciones se van acumulando fuerzas mirando hacia el futuro, de ahí que hay que
conquistar escenarios que de pronto han sido ajenos a los partidos que
defienden la democracia liberal, ya sea
por decidía o desconocimiento, como ocurre con las entidades sindicales a las
que los partidos democráticos muchas veces han abandonado, dejándolas a merced de grupos totalitarios marxistas
leninistas que irrespetan la independencia
sindical, convirtiendo a esos organismos en instrumentos de maniobras
políticas para intereses mezquinos.
El centro Democrático se
ha convertido en un partido de masas, por lo cual debe concitar a otras
colectividades políticas para hacer realidad el Gran Frente Republicano
propuestos desde mediados de 2016, por un destacado grupo de ciudadanos y
organizaciones, porque aunque no hay que cejar en la movilización, la cita para no perder la democracia
definitivamente es en el 2018, tanto en las elecciones parlamentarias como en
las presidenciales, en donde toda esta acción política de movilizaciones debe
convertirse en un torrente de convocatoria para recuperar a la nación de la
patraña castrochavista (otro mote del marxismo leninismo).
Nota: Colombia está de luto por la tragedia de Mocoa capital del departamento
de Putumayo, cuya cifra de muertos llega
a 254, además de cientos de heridos y miles de damnificados. La solidaridad del
pueblo colombiano y de la comunidad
internacional debe de ser efectiva con
nuestros hermanos del sur.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
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