Un tema de la mayor importancia es la
política internacional, en un mundo globalizado y en instancias confundido.
Creo que es imprescindible mantener una relación con Estados Unidos, que ha
sido y sigue siendo el país más importante del mundo en el orden político y
económico. Consecuentemente, es necesario eliminar la teoría de que es
imperialista, cuando fue el país que terminó el imperialismo en el mundo. El
anti-imperialismo americano no es más que una excusa nacionalista para
justificar el poder político absoluto en el orden interno. Tanto así que la
China ha abandonado esa posición y por ello mantiene un superávit comercial con
Estados Unidos de más de u$s 200.000 millones, y es la mayor compradora de
bonos americanos.
Por tanto los acuerdos de Argentina con
China no representan un antagonismo político con Estados Unidos. La China tiene
un superávit comercial con Argentina que el año pasado alcanzó a u$s 5.000
millones y este año en los primeros 9 meses alcanza a u$s 3.600 millones.
Consecuentemente las inversiones de China en Argentina supuestamente constituyen
una doble ventaja. En primer lugar aumentan la tasa de inversión en un momento
recesivo de la economía argentina y en segundo término constituye una
compensación financiera importante.
Igualmente la guerra fría con Rusia
terminó y todo parece indicar que, no obstante la reciente invasión a Crimea,
Vladimir Putin está muy lejos de querer una guerra con Estados Unidos, y así lo
manifestó públicamente. Por supuesto igualmente intenta acordar con la Unión
Europea para que levanten las restricciones económicas impuestas en represalia
por la toma de Crimea. La discusión pendiente con Estados Unidos se refiere a
la guerra de Siria. Allí Putin sostiene que defiende al gobierno de Al Assad en
contra del Estado Islámico y no en contra de la oposición interna al gobierno.
El acuerdo de Argentina con Irán implica
una traición a sí misma, pues no hay dudas de que Irán participó en el ataque a
la AMIA. Pero aun así es de tenerse en cuenta que Estados Unidos parece haber
llegado a un acuerdo con Irán respecto al cual supuestamente Irán se habría
comprometido a no fabricar armas nucleares. Por supuesto Israel, Netanyahu
mediante, se ha opuesto a tal acuerdo, pues teme los ataques de Irán como socio
de los islamitas.
La idea del imperialismo proviene de la
obra de Lenin “Imperialismo, Etapa Superior del Capitalismo”. Allí escribió:
“En tanto el capitalismo permanezca siendo lo que es, el capital excedente será
utilizado no con el propósito de elevar el nivel de vida de las masas en un
país dado, porque esto significaría una declinación en el nivel de las
ganancias, sino con el propósito de incrementar ganancias exportando capital al
exterior a los países subdesarrollados”.
No me voy a referir a los errores
implícitos en la obra citada, pues fue el propio Lenin quien tomó conciencia de
ello y posteriormente escribió la NEP (Nueva Economía Política) donde dijo:
“Los capitalistas están entre nosotros. Ellos están operando como ladrones,
hacen ganancias. Pero ellos saben cómo hacer las cosas”. Ese fue a mi criterio
el principio en que se basó el fascismo posteriormente. Y así continuó con una
idea que Putin parece haber aceptado y escribió: “La idea de construir una sociedad comunista, exclusivamente de las
manos de los comunistas, es pueril, absolutamente pueril”.
Pasando a nuestro continente es evidente
que la relación con Venezuela dirigida por Maduro y Raúl Castro es una
contradicción a la libertad. Es evidente
que Maduro fracasó en las elecciones recientes y probablemente ese será de
nuevo el resultado de las próximas por más que pueda existir la posibilidad del
fraude y de la imposición del poder con la fuerza ampliada con el ejército
cubano. También ha destrozado la economía venezolana que padece una inflación
de más del 100%. Además es obvio que negocia con el narcotráfico y también
colaboró con las FARC.
Un enfrentamiento político con Brasil por
que haya devaluado el real es también un error de la política exterior. Por
años Brasil tenía el real revaluado considerablemente respecto al dólar. No menos
con respecto al peso argentino. No obstante ello Argentina regularmente
registraba un déficit comercial con Brasil. Ello se debía a la política oficial
argentina. Por supuesto esa relación habrá de empeorar con la reciente
devaluación, pero es nuestro problema interno que ha determinado la caída de la
producción y consecuentemente de las exportaciones.
La relación con Cuba hoy tiene facetas
imponderables. Mantener relaciones con el único país que conjuntamente con
Corea del Norte mantienen el sistema criminal que desapareciera con la caída
del Muro de Berlín no tiene sentido político. En el caso de Argentina
primeramente debemos recordar que Cuba mantiene una deuda que data de la época
de Alfonsín que jamás ha intentado pagar.
Por supuesto la situación en el mundo al respecto lamentablemente
estaría cambiando a partir del acuerdo de
Obama con Raúl Castro de restaurar las relaciones internacionales. Desde
mi punto de vista este acuerdo representa una contradicción respecto a la
política seguida con Venezuela y así como la actitud respecto a la presidencia
de Al Assad en Siria. Maduro no es más que un discípulo de Fidel Castro. O sea
se rompe con el alumno y se pacta con el maestro.
Respecto a las relaciones con la Unión
Europea, Gran Bretaña excluida, la política de acuerdo es más que obvia. Hasta
el 2011 Argentina mantuvo un superávit comercial importante con la Unión
Europea. A partir del 2012 ese superávit desapareció como consecuencia en parte
de la revaluación del peso, a lo que se unió la revaluación del dólar y por
supuesto el impacto de las retenciones a la exportación sobre la producción
agrícola. Pero en el orden político no se puede dudar de mantener relaciones
con los países de la Unión donde impera la libertad en el medio del socialismo
democrático, que por supuesto es la causa de la crisis europea.
Por último, considero importante la
relación con el Reino Unido, al cual por supuesto excluí de la Unión Europea.
No debiera de haber dudas que el acuerdo con el Reino Unido constituyó un
factor favorable al desarrollo argentino de la segunda mitad del siglo XIX y
principios del siglo XX. Todo parece indicar que se ha aceptado públicamente
que la invasión de las Malvinas durante el gobierno de Galtieri fue un crimen
inusitado para la Argentina. Pero el tema es más profundo. Es casi
incomprensible que un país al que le sobra territorio y le falta población
insista en una lucha por las Malvinas como un tema fundamental de la política
exterior argentina. Y no olvidemos que Argentina ha pasado a ser de un país de
inmigrantes a un país de emigrantes. La ruptura del acuerdo logrado por Di
Tella durante el gobierno de Menen igualmente ha tenido un costo económico para
la Argentina. Y por supuesto no olvidemos que ya Alberdi había previsto la necesidad
argentina de aumentar la población.
Armando
Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3
Argentina
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