martes, 17 de noviembre de 2015

ENRIQUE MELÉNDEZ, PARIS SE QUEMA

        Estoy de acuerdo con el Papa, cuando dice que estamos en la III Guerra Mundial; uno diría, después del desmantelamiento del imperio de la Unión Soviética, es decir, una vez finalizada la Guerra Fría; cuyo epílogo lo constituyó la guerra de los Balcanes, y esto por reajustes de conflictos geográficos, étnicos y religiosos, y los que habían permanecido neutralizados durante la era del imperio soviético, y el cual había tenido un carácter muy hegemónico.

         ¿Cuándo se gestó esa guerra? Se pudiera decir que a raíz del recrudecimiento del conflicto judío-palestino; que es donde se comienzan a dar los casos de inmolación a nombre de Dios, y que es lo que el propio Francisco I ha calificado como una blasfemia; pues Dios es Dios de vida, y no de muerte; tú no puedes ir acribillando a nadie como estos matones, que se desataron este viernes 13 de noviembre en París, fusilando a 129 e hiriendo de gravedad otros cientos inocentes que, como dice una de las sobrevivientes de la sala de espectáculo Bataclan, lo que querían era disfrutar de un viernes divertido y de ocio, a nombre de Alá, y que era lo que vociferaba el terrorista: “Alá es lo más grande”, mientras descargaba su Kalashnikov sobre aquella masa humana, que había acudido a presenciar un concierto de un grupo de música rock, antes de inmolarse con un explosivo de alta potencia, diseñado para volar todo un mundo a su alrededor.
         Porque esta es el arma más poderosa de esta gente: los kamikazes, cuyo origen se remonta a Japón, cuando en plena II Guerra Mundial se adoctrinaban a los jóvenes pilotos de la aviación militar de ese país, para que se estrellaran contra las naves de guerra de EEUU en el océano Pacífico, tal como lo haría una cincuentena de años después un grupo de fundamentalistas árabes, pertenecientes al ejército de Bin Laden, ahora contra las Torres Gemelas de Nueva York; que sería el impacto más grande que ha tenido dicho recurso; además de convertir un avión con cientos de personas abordo en un misil; recurso derivado de la II Guerra Mundial, como decía, sólo que ahora utilizado con mala fe; puesto que si en Japón el Kamikaze se lanzaba contra un objetivo militar, el kamikaze musulmán lo hace contra gente indefensa y desarmada; pero, además, a nombre de un fanatismo religioso, puesto que el musulmán normal y corriente, incluso, ha condenado tanto estos atentados, que ocurrieron en París este viernes 13, como aquel que tuvo lugar el 7 de enero de este año contra Charlie Hebdo, sobre todo, porque, además de la barbarie ideológica, que esta gente representa, hay una gran cobardía, a partir del rostro oculto con el que se actúa, y luego el blanco de la acción.
         Precisamente, a raíz de la guerra de Irak el conflicto del Medio Oriente no quedó resuelto de un todo, y uno de esos cabos que se rezagó fue el de Saddam Hussein, y esto porque, después de habérsele ganado la guerra, incitada por su invasión a Kuwait, se viene a descubrir que su dictadura monárquica está montada sobre una serie de conflictos étnicos, religiosos y geográficos, como en el caso de los Balcanes, y es por este motivo que no se le despoja del poder, sobre todo, porque al final resulta un factor de contención de los pueblos shiítas, que son mucho más extremistas que los sunitas o ese era el criterio, que se tenía en ese momento, con respecto a esta gente, y que fue el error que cometió, posteriormente, George W. Bush con su invasión a Irak, luego de los atentados del 11 de septiembre, desatada la ira de los estadounidenses, y para quedar bien con Dios y con el Diablo acusa a Irak de albergar armas químicas, y de que el país era abrigo de terroristas, como los que habían actuado el 11S, y lo que al final se vino a descubrir que no era verdad o, al menos, las investigaciones condujeron que armas químicas no había allí.
         Recuerdo a la periodista Oriana Fallaci advertir de este error de Bush, pues ella consideraba que la situación política en Irak estaba tan tensa, que de un momento a otro se podía producir un acontecimiento interno, que diera al traste con la dictadura monárquica de Hussein, de modo que, a su juicio, había que esperar que se asara en su propia salsa, sólo que la ira de Bush estaba incontenible por aquellos días; pues obsérvese el desenlace que vino a tener a continuación el capítulo de Bin Landen, y donde se comprueba que Irak no tenía nada que ver con este señor, y lo que vino a continuación es que todo ese ejército de Saddam Hussein, que quedó en desbandada, sobre todo, los generales van a conformar el alto mando militar del Estado Islámico, apelando al fanatismo religioso, es decir, convirtiendo la religión en una ideología política, y que es lo que ha condenado el Papa, además de todo el clero musulmán, y donde hay un sector, incluso, que está invitando a una revisión de todo lo que es el Islam, para diferenciarse de este fundamentalismo.
         Se ve fácil, pero habrá que poner mucho empeño, para derrotar a esta gente, que son financiados por los propios países árabes, sobre todo, por ese recurso del kamikaze, cargado de veneno ideológico. Estamos ante una de las herejías más sangrientas, que se ha conocido en la historia de las religiones. Claro que esas amenazas, que ha lanzado la gente de ISIS, siempre con su rostro oculto, se van a cumplir al pie de la letra; algo que incluso no ha descartado el primer ministro francés Manuel Valls; como cualquiera puede tener un accidente de cualquier índole en todo momento, sobre todo, por la forma focal de actuar, y que es lo que le da carácter de célula clandestina a su festín de sangre: jóvenes que de pronto se encontraron con que tenían abrazado el cadáver de su novia; tanto futuro truncado, como dice la sobreviviente, uno diría que el objetivo de la guerra de ISIS es el de causar indignación, a través de esa barbarie ideológica.
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo

Lara - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario