Estoy de acuerdo con el Papa, cuando
dice que estamos en la III Guerra Mundial; uno diría, después del
desmantelamiento del imperio de la Unión Soviética, es decir, una vez
finalizada la Guerra Fría; cuyo epílogo lo constituyó la guerra de los
Balcanes, y esto por reajustes de conflictos geográficos, étnicos y religiosos,
y los que habían permanecido neutralizados durante la era del imperio
soviético, y el cual había tenido un carácter muy hegemónico.
¿Cuándo se gestó esa guerra? Se pudiera
decir que a raíz del recrudecimiento del conflicto judío-palestino; que es
donde se comienzan a dar los casos de inmolación a nombre de Dios, y que es lo
que el propio Francisco I ha calificado como una blasfemia; pues Dios es Dios
de vida, y no de muerte; tú no puedes ir acribillando a nadie como estos
matones, que se desataron este viernes 13 de noviembre en París, fusilando a
129 e hiriendo de gravedad otros cientos inocentes que, como dice una de las
sobrevivientes de la sala de espectáculo Bataclan, lo que querían era disfrutar
de un viernes divertido y de ocio, a nombre de Alá, y que era lo que vociferaba
el terrorista: “Alá es lo más grande”, mientras descargaba su Kalashnikov sobre
aquella masa humana, que había acudido a presenciar un concierto de un grupo de
música rock, antes de inmolarse con un explosivo de alta potencia, diseñado
para volar todo un mundo a su alrededor.
Porque esta es el arma más poderosa de
esta gente: los kamikazes, cuyo origen se remonta a Japón, cuando en plena II
Guerra Mundial se adoctrinaban a los jóvenes pilotos de la aviación militar de
ese país, para que se estrellaran contra las naves de guerra de EEUU en el
océano Pacífico, tal como lo haría una cincuentena de años después un grupo de
fundamentalistas árabes, pertenecientes al ejército de Bin Laden, ahora contra
las Torres Gemelas de Nueva York; que sería el impacto más grande que ha tenido
dicho recurso; además de convertir un avión con cientos de personas abordo en
un misil; recurso derivado de la II Guerra Mundial, como decía, sólo que ahora
utilizado con mala fe; puesto que si en Japón el Kamikaze se lanzaba contra un
objetivo militar, el kamikaze musulmán lo hace contra gente indefensa y
desarmada; pero, además, a nombre de un fanatismo religioso, puesto que el
musulmán normal y corriente, incluso, ha condenado tanto estos atentados, que
ocurrieron en París este viernes 13, como aquel que tuvo lugar el 7 de enero de
este año contra Charlie Hebdo, sobre todo, porque, además de la barbarie
ideológica, que esta gente representa, hay una gran cobardía, a partir del
rostro oculto con el que se actúa, y luego el blanco de la acción.
Precisamente, a raíz de la guerra de
Irak el conflicto del Medio Oriente no quedó resuelto de un todo, y uno de esos
cabos que se rezagó fue el de Saddam Hussein, y esto porque, después de
habérsele ganado la guerra, incitada por su invasión a Kuwait, se viene a
descubrir que su dictadura monárquica está montada sobre una serie de
conflictos étnicos, religiosos y geográficos, como en el caso de los Balcanes,
y es por este motivo que no se le despoja del poder, sobre todo, porque al
final resulta un factor de contención de los pueblos shiítas, que son mucho más
extremistas que los sunitas o ese era el criterio, que se tenía en ese momento,
con respecto a esta gente, y que fue el error que cometió, posteriormente,
George W. Bush con su invasión a Irak, luego de los atentados del 11 de
septiembre, desatada la ira de los estadounidenses, y para quedar bien con Dios
y con el Diablo acusa a Irak de albergar armas químicas, y de que el país era
abrigo de terroristas, como los que habían actuado el 11S, y lo que al final se
vino a descubrir que no era verdad o, al menos, las investigaciones condujeron
que armas químicas no había allí.
Recuerdo a la periodista Oriana Fallaci
advertir de este error de Bush, pues ella consideraba que la situación política
en Irak estaba tan tensa, que de un momento a otro se podía producir un
acontecimiento interno, que diera al traste con la dictadura monárquica de
Hussein, de modo que, a su juicio, había que esperar que se asara en su propia
salsa, sólo que la ira de Bush estaba incontenible por aquellos días; pues
obsérvese el desenlace que vino a tener a continuación el capítulo de Bin
Landen, y donde se comprueba que Irak no tenía nada que ver con este señor, y
lo que vino a continuación es que todo ese ejército de Saddam Hussein, que
quedó en desbandada, sobre todo, los generales van a conformar el alto mando
militar del Estado Islámico, apelando al fanatismo religioso, es decir,
convirtiendo la religión en una ideología política, y que es lo que ha
condenado el Papa, además de todo el clero musulmán, y donde hay un sector,
incluso, que está invitando a una revisión de todo lo que es el Islam, para
diferenciarse de este fundamentalismo.
Se ve fácil, pero habrá que poner mucho
empeño, para derrotar a esta gente, que son financiados por los propios países
árabes, sobre todo, por ese recurso del kamikaze, cargado de veneno ideológico.
Estamos ante una de las herejías más sangrientas, que se ha conocido en la
historia de las religiones. Claro que esas amenazas, que ha lanzado la gente de
ISIS, siempre con su rostro oculto, se van a cumplir al pie de la letra; algo
que incluso no ha descartado el primer ministro francés Manuel Valls; como
cualquiera puede tener un accidente de cualquier índole en todo momento, sobre
todo, por la forma focal de actuar, y que es lo que le da carácter de célula
clandestina a su festín de sangre: jóvenes que de pronto se encontraron con que
tenían abrazado el cadáver de su novia; tanto futuro truncado, como dice la
sobreviviente, uno diría que el objetivo de la guerra de ISIS es el de causar
indignación, a través de esa barbarie ideológica.
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
Lara - Venezuela
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