martes, 8 de diciembre de 2015

ENRIQUE MELÉNDEZ, DEL VOTO CHAVISTA AL VOTO CASTIGO

Gracias a Dios que me equivoqué; porque confieso que me paseé por un escenario de derrota. No descarté una victoria de la oposición, aunque con un margen muy pequeño; sobre todo, porque esta gente contaba con los circuitos llamados focales, donde todo el mundo es chavista, y esto porque han sido beneficiados con el Plan Vivienda y otros recursos, que ofrecía el oficialismo cada cierto tiempo, como las Ferias de la Comida, pero ha llegado el momento, como dice el dicho, en que se acabó el pan de piquito. Ya no hay petróleo a cien dólares, que eran los que generaban esos enormes ingresos con qué financiar ese reparto de su renta.

         Incluso, esta vez me pasó al contrario, a lo que me solía suceder, cuando Chávez estaba vivo, que me acostaba con un escenario de victoria, y me despertaba con un escenario de derrota. Por lo demás, la sensación que tengo es que comenzamos a salir de una larga y tormentosa noche; regida por unos fantasmas crueles y rencorosos; que devastaron al país, y lo dejaron en la completa ruina.
         Porque al mirar hacia delante lo que uno observa es que hemos llegado al fondo del abismo; momento en el que todo el mundo se plantea que va a pasar a nivel de la comida, en especial, que es lo que ha hecho que se haya manifestado en estas elecciones el voto castigo; tanto más con una gente absolutamente descalificada a nivel internacional, porque le debe a medio mundo, y resulta muy morosa; aparte de que ya el petróleo comienza a perder su capacidad de commodity, que tuvo hace años atrás, y no es lo que quiere Nicolás Maduro; pero gente que va a seguir aferrada al poder; pues lo primero que ha debido hacer éste, ante estas circunstancias, es poner la renuncia; como el primer paso que se dé, para que el país pueda enrumbarse por el camino de la racionalidad política; tomando en cuenta que ha estado a cargo de la improvisación, que ya de por sí se presta para el flagelo de la corrupción que a lo largo de esta larga y tenebrosa noche ha estado muy presente en todos los actos administrativos, y que fue la segunda razón, para que se manifestara dicho fenómeno del voto castigo; del cual en anterior artículo decía que se podía presentar, y entonces recordaba que, gracias al mismo y a la anti-política, había podido Chávez llegar al poder, y con lo cual quedaban pulverizadas las maquinarias partidistas, a partir de 1999; quienes ahora resultan robustecidas de esta contienda electoral; pues el PSUV pasa a ser una minoría en la AN, frente a una fracción parlamentaria que le puede destituir desde el vicepresidente, hasta los ministros, ateniéndonos a los números de este lunes 7D.
         Hasta entonces el país había estado a cargo de la irracionalidad; que es lo que explica el hecho de que esta gente haya desbaratado ingentes ingresos por concepto de petrodólares, y estemos ya en los niveles de indigencia económica, y con un gran malestar social.
         Lo que sí se puede considerar es que se inicia la segunda etapa de nuestra historia republicana; partiendo del hecho de que de ahora en adelante dejamos de ser “la Patria de Bolívar”, como acostumbraban decir los adecos; pues esa sobresaturación de su figura durante esta larga y tenebrosa noche, lo que permitió fue reconocer que se trataba de un héroe de carne y huesos, y no ese dios que se proyectó a través de lo que se conoció como “el culto a Bolívar”, donde sufrió hasta transformaciones físicas, al punto de convertirlo en un Bolívar mulato; de modo que todo eso sirvió de una especie de catarsis, para calibrar cuáles eran nuestro mitos históricos.
         En consecuencia, se acaba el centralismo, el militarismo, todo eso que profesó el Libertador desde que pierde el fuerte de Puerto Cabello; cuando cae la Primera República, como él la llamaba; que es el momento en el cual él comienza a satanizar al sistema federalista, que había adoptado esa Primera República, que se había constituido en 1811.
         Hasta este momento Diosdado Cabello venía ejerciendo como una especie de régimen parlamentarista, paralelo al de Maduro; lo que mostraba el grado de anarquía que imperaba en el país, una especie de primer ministro, que es la investidura que hasta hoy Diosdado se arrogaba, con poder para destituir diputados, como fue el caso de María Corina Machado; todo eso en las narices de un Maduro, quien entonces tenía que comerse un segundo plato de sopa, impuesto por el susodicho, quien se había enterado que no le gustaba sopa.
         En efecto, en el discurso opositor se oyó decir que la recuperación de nuestra democracia pasaba por la conquista de la Asamblea Nacional; que es ya de por sí la legitimación de uno de los poderes. No pasemos por alto que el oficialismo aún cuenta con una representación parlamentaria y el resto de los poderes, y que en algún momento se va a producir un choque entre los mismos; en el sentido de que el ejecutivo, ante lo que considera una imposición de la AN, la objete ante el TSJ, y que es la importancia que tiene en esta menguada hora de nuestra patria la renuncia del presidente Maduro.
         Porque lo principal es que Maduro no va a admitir que le impongan un programa económico, que incluya además de la unificación cambiaria; que sería el primer palo que se le daría a las mafias depredadoras, una asistencia financiera del FMI, como se le ha escuchado decir a Ricardo Hausmann, suscrito por varios economistas del país; partiendo de lo que dijo al reconocer la victoria de la oposición, esto es, que habían ganado la guerra económica los burgueses; a pesar de que una corriente del PSUV solicita hoy en día la revisión de su política económica, y que es lo que hace presagiar que esta gente se divida de un momento a otro, e inevitablemente se llegue a una cohabitación.   
Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo
Lara - Venezuela

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