Al cierre de 2015 e
inicio de 2016, se abre la esperanza para el cambio. Los deseos de millones de
ciudadanos del mundo se encuentran direccionados a la paz, salud, inclusión,
eliminación de la pobreza, respeto y progreso.
Los gobernantes o
líderes demócratas mundiales disertan sobre sus actuaciones, y reciben de sus
colaboradores y opositores, recomendaciones para realizar mejoras en la
aplicación de políticas públicas que beneficien a sus gobernados.
El oír las opiniones
emitidas por personas distintas al entorno, ayuda al gobernante para corregir
entuertos, o tal vez para conocer de otros lo que no le dicen sus cercanos.
Venezuela vive un
escenario de dificultad provocado por sus actuales gobernantes. La inflación cierra
por tercer año consecutivo como la más alta del mundo.
El crecimiento de la pobreza, inseguridad,
escasez, corrupción, impunidad y violación a los derechos humanos, es alarmante
y sin solución concreta.
El régimen ha
centrado sus esfuerzos en someter a la injusticia a los ciudadanos.
Existen presos
políticos por atreverse a señalar las dificultades y atropellos proferidos por
quienes se creen dueños del país, y pisotean los acuerdos de convivencia que
como República se encuentran establecidos en la carta magna.
Los resultados
electorales del 6D consiguieron desprevenidos a los altos jerarcas
gubernamentales, quienes pretendían su reacomodo para seguir usufructuando las
mieles del poder corrompido e inmoral, y ahora intentan desconocer la voluntad del
soberano.
Impugnan elecciones,
para evitar ser revisados y evaluados en sus actuaciones y responsabilidades
gubernamentales, pasando sus camaradas del CNE a ser ahora tramposos, o
simplemente están demostrando que ellos han cometido fraude en procesos
anteriores. Queda la duda.
Voces arrogantes,
cargadas de ignorancia, amantes de la violencia, se oyen públicamente para
amedrentar, crear temor y arrinconar al contrario, con mensajes que merecen la
cárcel, tales como: “al que se voltee hay que darle un tiro en la frente”, sin
verse la reacción de los organismos encargados de frenar tales amenazas.
El defensor del
puesto no se sabe si existe; quien regenta la fiscalía debe estar en el baño
porque la diarrea no la deja subir el blúmer, pero se lo vive en una cantaleta;
de la justicia ni hablar, se cobran y se dan el vuelto.
El actual Presidente
de la República amenaza a los ciudadanos con quitarles los vehículos chinos
(taxis), otorgados para comprar conciencias en la campaña electoral para las
elecciones del 6D, porque no votaron por su propuesta.
Igual acontecimiento
sucede con el otorgamiento de viviendas y otros beneficios materiales
suministrados a un sector de la población en tiempos de campaña.
No le basta la
desproporción y el abuso de poder al mandatario nacional, quien en correspondencia
con el actual Presidente de la Asamblea Nacional, llaman a los denominados
colectivos armados a sabotear el acto de instalación de la nueva AN.
Acontecimiento
demandado por juristas de carrera como un acto de rebelión, y que seguro no
encontrará asidero en los representantes de un poder judicial corrompido, con
ausencia permanente de la moral y las buenas costumbres.
2016 es un sueño para
el cambio. El retorno de la institucionalidad, la aprobación de Leyes dirigidas
a corregir los entuertos producto de la ignorancia y la insensatez política, y
el combate certero a la impunidad.
2016 es el año del
combate a la escasez e inseguridad; la revitalización de la democracia y el
inicio de un nuevo amanecer. Es el año de terminar con la locura gubernamental.
2016, un sueño que comienza el 5 de enero.
Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
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