sábado, 2 de enero de 2016

CESAR GUILLEN CITTERIO, VENEZUELA, RECORDAR ES PREVENIR.

Los venezolanos siempre hemos sido amigos de la facilidad, de la viveza, de la excusa. De dejar lo de hoy para mañana, de esperar que las cosas se solucionen por si solas, que otros resuelvan por nosotros, de allí que después de tantos años solo muy pocos conocen el manejo del país y de la importancia de estar atentos al funcionamiento del estado y de sus funcionarios.

Solo las enormes crisis han producido cierto despertar, como el “caracazo” y esta etapa final de la trágica revolución bolivariana. Por ello se requiere definir un objetivo claro como nación y no solo como gobierno. Utilizando la madurez y la razón, y no el impulso ciego de la crisis y de la necesidad de creer que solo con legislar se resolverán todos nuestros problemas.
Debemos hacer un esfuerzo por evitar seguir siendo acomodaticios. La prudencia, el equilibrio, la previsión, no han sido por nosotros cualidades desarrolladas. Tal vez ello obedezca a que somos un pueblo más pasional que cerebral, más gobernado por los sentimientos que por la razón. No ha existido nunca un trabajo en equipo, solo ha habido intereses.
Hay que recordar que la 4ta república para el 1999, dejo al país con una deuda de 35 mil millones $, una inflación del 70%, bancos quebrados, control de cambios, bolívar devaluado, importando el 48% de los alimentos, los corruptos de entonces, algunos todavía por aquí, habían adquirido 140 casas y 456 apartamentos en Miami, España, Francia y Portugal.
Hoy aparte de la esperanza, se puede repetir ese ciclo perverso, muy a pesar de los enormes recursos que la providencia ha puesto a nuestra disposición. En nuestro caso, lo comprueba esta patética revolución al despilfarrar 1 billón 460 mil millones de dólares, y quebrar nuestra única fuente de recursos: PDVSA. Insólito y vergonzante como nación.
Cesar Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc Stantes"
“Todavía en Pie”

Caracas- Venezuela

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