El año de 1826 fue
terrible para la República. Las intrigas, las ambiciones, las inconformidades,
las nuevas apetencias del militarismo habían intentado subvertir en distintos
lugares el orden constitucional. Los caudillos agitaron a las tropas y éstas a
los cantones y municipios. Los pronunciamientos locales y los intereses
particulares deseaban alterar la voluntad de la nación. Colombia se encontraba
dividida y era preciso arbitrar una adecuada solución política.
La precipitación de
los pronunciamientos, los arrebatos de la fuerza debían ceder paso a la serena
y reflexiva determinación del país. El desacato de Páez y de una municipalidad
en su respaldo hizo evidente la fractura. En Lima, en enero de 1827, Bustamante
se insurreccionó justificando sus acciones en: "los procedimientos
criminales muy sediciosos y rebeldes" de Páez. Santa Cruz, por su parte
convocó un Congreso Constituyente para oponerse a la Constitución propuesta por
Bolívar.
La idea de reunir la
Convención Nacional para sustituir el Pacto Social formado en Cúcuta en 1821,
para muchos constituía la única manera de conservar la unidad y asegurar el
orden legal.
SIMÓN BOLÍVAR 1826 |
Ante las graves y
excepcionales circunstancias, Bolívar dictó el 16-12-1826 un decreto alarmante:
sujetar bajo su autoridad los departamentos de Maturín, Orinoco, Venezuela y
Zulia para detener los estragos de la guerra civil luego que todos los
partidos: "me han invocado para que viniera a transigir las
diferencias".
En su proclama de esa
fecha y la que dictó en Puerto Cabello el 01-01-1827 -en la que indultó y
perdonó-, discurren todas las angustias, sobresaltos, decepciones y peligros
conjurados entonces con respecto al futuro de Colombia. En aquella condenaba la
lucha fratricida y se interrogaba si los hechos eran el resultado de la:
"virtud y valor", exigiendo a los contendientes no asesinar a la
patria.
Para contener la
división y prevenir los males, político eminente, patriota excelso, republicano
singular, ofreció la inmediata convocatoria de la nación en donde todos:
"Muy pronto, este año mismo, seréis consultados para que digáis cuándo,
dónde y en qué términos queréis celebrar la gran convención nacional", y
afirmó de manera ejemplar refiriéndose al pueblo: "Tan solo él conoce su
bien y es dueño de su suerte; pero no un poderoso, ni un partido, ni una
fracción. Nadie sino la mayoría es soberana". El Libertador republicano
expresaba así su credo democrático. El Parlamento representó para Bolívar la
expresión superior de la soberanía popular y la más conveniente fórmula de
composición política. Páez y otros habían recibido su lección.
Objetadas por los
legalistas como excesivas sus medidas, no existían dudas con respecto a que era
preferible: "... antes de sumergirnos en el abismo de la guerra civil
(...) conformarnos con cualquier desenlace, con tal que queden ilesas la
soberanía de Colombia, y la libertad civil y política, el sistema
representativo, electivo y alternativo..." (Gaceta de Colombia,
31-01-1827).
Las urgencias del
momento determinaron su regreso a Caracas. Bolívar avanzó a Maracaibo dispuesto
a seguir al centro de Venezuela. La agitación política se manifestó en Apure,
Barinas, Valencia, Puerto Cabello y Cumaná.
Páez, advertido de su
llegada, el 03-01-1827 le escribió asegurando reconocer su autoridad inclusive
desde el día que: "juro no obedecer nunca más el gobierno de Bogotá",
que había ordenado abrirle un juicio por sus actos en la Comandancia General de
Venezuela. Las rupturas resultaban evidentes e intentando zanjar las
diferencias, Bolívar expresó al reconocer el gesto del caudillo llanero que:
"el general Páez conservó la tabla
de la Patria". Prefirió ser entonces político y magnánimo.
La entrada del
Libertador a Caracas, el 10-01-1827, fue un acontecimiento excepcional que
siempre iba a recordar la ciudad. Entre los testimonios de ese día se destaca
que: "Más de trescientos de nuestros convecinos volaron a Antímano y te
sirvieron de guardia hasta la iglesia metropolitana, en la que rendiste como
siempre, adoración al ser supremo, por el mayor de los triunfos que has
obtenido, ahogando en su nacimiento la guerra civil".
Así se presentó
Bolívar en su tierra natal luego de tantos años de ausencia, político y
conciliador, sabio y organizador. Anteponiendo su prestigio a las divisiones y
conflictos demostró ante los suyos, una vez más, su consagración a la República en el gesto responsable y
patriótico de asegurar la paz y la concordia, y evitarle así mayores males a la
patria en medio de la confrontación entre los ciudadanos y las armas en el
destino nacional. Y creyendo que había logrado detener ese mal, expresó
resueltamente ante sus conciudadanos: "Yo mismo no me siento inocente de
ambición (...) renuncio una, mil y millones de veces a la Presidencia de la
República (...) Pocos días me restan ya...".
Jose Felix Diaz
Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfdiazbermudez
Anzoategui -
Venezuela
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