Bien, amigos lectores, pareciera
que estamos llegando a la fase final de este nefasto experimento del socialismo
del siglo XXI. Para sustentar esta afirmación bastaría un breve repaso de los
sufrimientos que padece la población. Por donde usted se desplace y mire podrá
observar la evidencia de este fiasco. Las “colas”, por ejemplo, constituyen el
símbolo de la farsa que montó este gobierno sobre los ingresos petroleros más
elevados de nuestra historia republicana.
Paradojas de la historia. Después
de despilfarrar estas entradas, enfrenta en la actualidad una crisis de
carácter terminal. El presupuesto para el año 2016 ha sido calculado a 40
dólares el barril. Los expertos en este ramo prevén un descenso de su valor de
20 a 10 dólares. Imagínese, amigo lector, la magnitud de la crisis fiscal que
se avecina. Los costos de producción de un barril de petróleo están en el orden
de 13,15. Esto deja al país con un ingreso de 8,72 dólares por barril
producido, Estas cifras han sido señaladas por Eulogio Pino actual ministro de
Petróleo y Minería. No hay opción. Se está configurando una situación de
naturaleza catastrófica, en particular, en el área de abastecimientos de
alimentos.
Para enfrentar esta crisis el
gobierno intenta aplicar una estrategia de “huida hacia adelante”. Me parece
que esta expresión califica adecuadamente el decreto de Emergencia Económica
presentado a la consideración de la Asamblea Nacional. Se pretende aumentar el
control discrecional sobre los recursos presupuestarios y activos del sector
privado; combatir la inflación “a través de la implantación de un corralito a
la moneda nacional” entre otras medidas, algunas de naturaleza confiscatoria.
Se intenta, igualmente, que la oposición se haga corresponsable de la ejecución
de este decreto de emergencia y, de este modo, hacerla corresponsable de los
efectos negativos que la misma tendrá sobre el nivel de vida de la población.
Corresponde, con la inmediatez del caso,
a los líderes de la oposición explicar en forma contundente las
verdaderas razones detrás de este descalabro político, económico y social.
Punto de partida para formular una política de transición hacia una sólida y
genuina democracia.
Me parece que la situación
crítica que vive el país requiere de una política y un liderazgo a contrapelo
al que ha caracterizado este torbellino bolivariano. ¿Qué queremos señalar?
¿Qué naturaleza de “héroe” requeriría esta coyuntura?
Podría parecer extraño, a juicio
de algunos lectores, afirmar que en el marco de esta confrontación la
“retirada” podría ser una de las estrategias posibles en nuestro escenario
político. No se asusten. Uso este término en el sentido que le otorgo el
escritor alemán Hans Magnus Enzensberger (Alemania 1929). Este autor utiliza el
término “héroes en retirada” para destacar figuras que orientan su conducta en
el sentido contrario al de las grandes conquistas, Se refiere “a los héroes que
no representan el triunfo, la conquista, la victoria, sino la renuncia, la
demolición, el desmontaje”.
El país se encamina a una
confrontación de consecuencias impredecibles. El oficialismo, por ahora, no da
muestra de conducirse bajo reglas
democráticas. La alocución del vicepresidente Aristóbulo Istúriz, no mostró
señales de rectificación y voluntad política para llegar acuerdos razonables
con la oposición.
En fin, la historia enseña que en
circunstancias similares los pueblos encuentran el camino que los conduce hacia
una retirada de la situación que los acosa. ¿Quién podría ejercer este rol en
el país? En la actualidad no es posible dar respuesta a esta interrogante. Sin
embargo, la historia enseña que este tipo de héroes siempre aparecen. Eleazar
López Contreras, Medina Angarita, por ejemplo,
supieron “retirarse” y con su conducta abrieron los cauces de la
democracia en el país.
Es tarea inmediata desactivar
esta conflictividad, sin posturas heroicas. ¿Quién podrá ejercer el papel del
“héroe en retirada”? Queda abierta la interrogante.
Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela
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