miércoles, 13 de abril de 2016

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN, VENEZUELA: UNA SOCIEDAD ANÓMICA

En el ámbito de la sociología se denomina anomia a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad, lo cual hace que cada quien se refugie en el individualismo. También, se refleja  un caos debido a la ausencia de reglas de buena conducta comúnmente admitidas, implícita o explícitamente, o peor: debidas al reinado de reglas que promueven el aislamiento o incluso el pillaje más que la cooperación. Que no es nuestro caso porque en Venezuela hay ley para todo, pero la cultura es de no cumplirla. Desde el “acátese pero no se cumpla” en el país la sociedad venezolana ha estado lejana y distante de la hechura del orden social y por supuesto no lo cumple. 

Este fenómeno ocurrió en Argentina, a mediados del siglo pasado, descrito por Carlos Santiago Nino, en Un País al Margen de la Ley, la forma en que se transitaba por los espacios públicos, la naturalidad con que se evaden las responsabilidades cívicas "pago de impuestos, por ejemplo", la forma en que se contamina el ambiente, la extensión de la corrupción. Toda una sociedad sumergida en la ilegalidad y en el oportunismo.
Esta tragedia tiene tiempo ocurriendo en el país, pero sin agudizarse como ha ocurrido en estos últimos meses, porque antes todo se tapaba con el dinero del petróleo, ahora se acabó. Resulta que ahora el tema de bachaquero urbano se ha profundizado. Todos los bienes y servicios son revendidos a precios exorbitantes, se bachaquea todo y con todo, desde la harina pan hasta vehículos de lujo. Testimonios de amas de casa explican cómo llegan a los mercados y bodegas grandes camionetas que se llevan los productos y cuando ellas llegan al final de 5 horas de cola, ya no hay, o cómo ven cuando llega la mercancía, pero se niegan a venderla al público para entregársela a los bachaqueros. ¿Dónde está la conciencia de este bodeguero o empresario que debe estar pasando las mismas penurias que el que hace cola? Porque cuando va a comprar medicinas y no hay o va a un Hospital y no hay suero, porque se lo robaron, sufre igual. Si se trata de vivienda su venta está reservada a los consejos comunales y comunas y hay que dar una vacuna a los jefes de las mismas para optar a una de ellas, si se trata de vehículos igual: su costo es de Bs. 800.000,00, pero se consigue hasta en Bs 10.000.000,00, luego que pasa por la cadena, no de producción, sino de corrupción. Entonces, cada quien está jugando al “vivo criollo”. La ilegalidad es tal que los delincuentes le declaran la guerra a los policías. Los jefes de las bandas son los pranes en las cárceles y el Estado ha negociado con estas bandas criminales para controlar a la sociedad. Así tienen a una sociedad paralizada, arrinconada por el miedo que imprime el gobierno; y cada quien a lo suyo.
Que esta realidad cambie está en la mayoría de venezolanos que queremos un cambio, pero no de quítate tú para ponerme yo, sino, un cambio en la forma de hacer política, desde la honestidad y el compromiso con una sociedad que ha sido maltratada por propios y extraños.
Carlota Salazar Calderón
Carlotasc@gmail.com
prensaanzoplural1@gmail.com
@carlotasalazar
Anzoategui Plural

Anzoategui - Venezuela

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