El dilema de los
países latinoamericanos es su transformación a sociedades estables con pactos
constitucionales. Se han escrito conforme al modelo de naciones que lo han
logrado, por lo que en el continente la tendencia prosigue pero sin eficacia.
En repúblicas con
pactos constitucionales plausibles la Teoría Constituyente es racional y los
preceptos con vocación a permanencia. La volatilidad de la Ley Fundamental es
por lo contrario la pauta en aquellas bajo una constitucionalidad imaginaria y
transitoria.
La Teoría es en rigor
una tendencia a fin de alcanzar estabilidad y progreso, por lo que no puede ser
retórica. La seriedad, prudencia y sabiduría determinan propósitos claros,
reglas y vocación a cumplirlas por ciudadanos y autoridades legítimas. Un
esquema así de claro, no obstante, genera contradicciones en el subdesarrollo
(Venezuela, una crisis, Piñera, Tw.21mar. Rousseff confrontará impeachment, El
País, mar 31).
No es que la Teoría
deje de ser tendencia en las estables. Más bien es dinámica para estimular la
maximización nacional. Por supuesto, sin apartarse de ideales con respecto a
los cuales la ciudadanía se acordó. Una mixtura de objetividad se requiere
tanto en lo convenido, como en lo formalmente pautado y lógicamente con la
sensatez de lo qué se pensó como saludable. Lo paradójico en las cleptocracias
populistas formalmente legitimadas más para el engaño electorero que el
progreso de los desposeídos. Se imponen ante las clases medias y bajas con
promesas irrealizables. Para Montaner, demagogos, proteccionistas,
intervencionistas, burócratas, clientelistas, inflacionarios, devaluacioncitas,
perpetradores del poder, corruptos, debilitadores de la justicia, nacionalistas
y antiamericanos. Características del populismo (Diario de Cuba. April).
Las últimas décadas
evidencian un episodio que además de producir internamente calamidades agrede a
EEUU (Ibídem), país con una tendencia racional a la Teoría y de
interpretaciones cónsonas para convertirlo en la 1ra. Potencia. La han
precedido jefes de Estado decisivos, articulados y que con clara visión han
hecho “The best of my abilities to preserve, protect and defend the
Constitution (American Presidents; The Greatest… and the Worst!, B. Harris,
2016)”. Allí no hay dudas que la tendencia a la constitucionalidad sustancial
prosigue con éxitos.
Los venezolanos
experimentamos un uso desarticulado de
la Teoría acompañado de diversos acontecimientos, uno opuesto al otro, pero con
sujeción al proyecto de turno y de aquel
que lo lidere con una terrible experiencia: 1) Gobierno con origen en un golpe
de Estado, 2) Socialismo como el definido por Montaner (Ibídem), 3)
Constitución del caudillo a quien poco importó que el texto prohibía (Art. 2)
como nos mandó, 4) Destruye al país y se le honra en mausoleo, 5) Lo sustituye
a quien escoge, no dispuesto a rectificar por el compromiso con el legado y 6)
Se le derrota eligiéndose un Parlamento de oposición. Pero, adicionalmente a la
crisis humanitaria el Gobierno desconoce las providencias de la AN. Por lo que
las leyes y acuerdos no producen sus efectos, quedando en el vacío y los
votantes inquietos.
A una amnistía
(olvido de penas como medida excepcional para presos políticos) el Primer
Magistrado niega el Ejecútese constitucional (Art. 214), excluyéndose un
mecanismo exitoso como lo fue con Reagan la ley que permitió a millones de
indocumentados hacerle residentes (ZGS, 2016), en la transición democrática
española que suprimió efectos jurídicos que pudieran peligrarla y hasta en
Colombia con el proceso de paz y el acercamiento EEUU/Cuba. El régimen no
admite ni humanitariamente la aquiescencia al convivir democrático. La Teoría
Constituyente pasa, por tanto, por su peor momento. Y a Venezuela no queda otra
opción que cambiar al Gobierno.
Las alternativas que
la Teoría ofrece están supeditadas a la voluntad de los poderes delegados que
han hecho nugatorias las que se han intentado, a pesar de su pertinencia
constitucional. Pensando en lo impensable, ¿será posible rechazar la consulta
al pueblo para la revocatoria (Art. 72) del mandato presidencial? Claudio
Fermín, testigo de excepción como asambleísta del 99, la percibe como oferta
engañosa, entre otras razones por estar supeditada a la providencia del árbitro
electoral, cuya pluralidad democrática dada sus ejecutorias cuesta admitir (www.notiminuto.com).
Largos años de
incertidumbre han pasado y al horizonte no se le ve cercano, circunstancia que
ha llevado a meditar con respecto a la genética de los pueblos. En El País
(España. Abril 2016) Nuño Domínguez comenta que la investigación publicada por
Science Advances apunta a que hubo una extinción de linajes tras la conquista
de América. Por lo que tal vez cabría plantearse la racionalidad de la Huella
Perenne de Herrera Luque. Atrevida aproximación que justifica la angustia.
Tema complejo, por lo
que preguntas y respuestas en el vacío, pero prosiguen.
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Luis Beltrán Guerra
luisbeltranguerra@gmail.com
@LuisBGuerra
Caracas - Venezuela
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