La filtración
panameña es una revancha de Obama a quien le metieron el dedo en el ojo con
Wikileaks pero todo comenzó en el futbol
¡A los ingenuos que
se frotan las manos a raíz de la mayor filtración de datos sobre famosos y
políticos, que esconden sus haberes, mal o bien habidos, algo redundante en
esta sociedad regida por las reglas del espectáculo, llena de choros y
delincuentes, y me refiero al escándalo que en la historia será conocido como
los “Panamá Papers”, este escribano les recomienda que abandonen toda
esperanza, tal como supuso Dante que le ocurría a las almas una vez atravesadas
las puertas del infierno!
Pierden el tiempo
quienes suponen que pronto le pondran los ganchos a Mauricio Macri, pero
también quienes esperan que los administradores de PDVSA den la cara y mucho
menos devuelvan el dinero robado.
Sólo la inocencia,
campo fértil para las boberías que la polarización mete en las mentes de sus
militantes, podría creer que han sido periodistas independientes quienes
pacientemente juntaron los trapos sucios de la corrupción mundial escondida en
Panamá.
Para llegar al origen
de esta madeja de pudrición hay que retroceder en el tiempo hasta otra famosa
filtración: ¿Se acuerdan de Wikileaks?
No cabe en esta nota
apretada explicar lo que significó Wikileaks más allá de dos asuntos poco
señalados en la prensa, que por muchos motivos es superficial: Uno, que aquella
filtración de datos comprometedores se origina en que un patriota
estadounidense, molesto por la manera inconstitucional con que el gobierno
yanqui espiaba no solo a sus ciudadanos, sino a mandatarios aliados, decidió
sacar a la luz pública una montaña de documentos secretos a los que Edward
Snowden, el nombre del patriota ahora asilado en Moscú, tenía acceso como
programador del NSA.
Y dos, que aquella
filtración fue un dedo en el ojo del gobierno estadounidense al punto que desde
ese día en USA tuvieron que ponerle límites a los espionajes electrónicos en
ese país porque allí las instituciones funcionan y el equilibrio de poderes
también.
Como era de esperar
los yanquis, ahora liderados por Barak Obama, quien poco a poco está rehaciendo
el liderato mundial de su país, comenzando por el finiquito del pleito con los
hermanos Fidel y Raúl Castro, jugada de gran alcance, diseñada para ponerle
coto a chinos y moscovitas en el continente americano, no se iban a quedar de
brazos cruzados.
La paciente y
elaborada revancha de Obama comenzó por un objetivo aparentemente fuera de la
política: Digamos que los yanquis
atacaron primero a la ultra podrida dirigencia de la FIFA, institución que
durante años se negó a otorgarle a USA la sede de un mundial.
A este punto es bueno
recordar que el gobierno estadounidense jamás le pagará comisiones millonarias
a la podrida dirigencia de la FIFA para que les otorguen la sede del campeonato
mundial.
Además a los yanquis
les parece –y con razón- que es un insulto a la inteligencia otorgarle mundiales a países desordenados,
sin estadios y afición, como Sudáfrica o Catar, o donde el terrorismo anda por
la libre, como Rusia, y por el contrario negar la sede al país que tiene la
mejor infraestructura deportiva del mundo, la gente dispuesta a pagar los altos
precios de las entradas y que además tiene las compañías que financian el
tinglado donde una vez se mecía cual trapecista maese Esquivel, ahora juzgado
bajo fianza en Nueva York.
¿Un país que intenta
recobrar su puesto en la jefatura del mundo occidental podía aceptar mansamente
que la podrida dirigencia de la FIFA le otorgará mundiales a Rusia, el país que
le dio asilo a Edward Snowden y a Catar, donde tendrán que jugar en el invierno
porque las temperaturas alcanzan los 50 grados centígrados en verano, luego del
pago de jugosas comisiones, en vez de reconocer que el futbol mundial vive de
la propaganda de Coca Cola, Visa, Mc Donald´s y Nike… compañías yanquis?
Eso explica que en la
listica de los honestos tinterillos Mossack Fonseca, aparezca el nombre de
Mauricio Macri, no por político sino por estar asciado, junto a su familia al
malandraje de la FIFA que en nuestro país se llama FVF.
Pero también los
“Panamás Papers” intentan ser un golpe directo al ojo de la izquierda mundial.
El más notorio de los
gobernantes que a la vez fungen como empresarios que esconden churupos mal
habidos tenía que ser Vladimir Putin, a través de sus muy honestos asociados.
¿Quién más?
A Putin y a los
militares venezolanos, que aparecen a cada rato en los papeles panameños, los
acompañan otros socialistas hipócritas como el cineasta Pedro Almodóvar que
hace películas con dinero del fisco español y esconde sus haberes para dejar de
pagar sus obligaciones impositivas... con las que paradojicamente se nutre el
Fondo Español Para la Cultura Cinematográfica.
Pero también aparecen
en esa lista de vagabundos los muy honestos administradores de PDVSA y otros
venezolanos que ya tendrán oportunidad de salir acompañando los financistas de
Keyko Fujimori, a un ministro de Hollande y hasta periodistas venezolanos,
radicalmente opositores, porque la hipocresía no es monopolio de los Bolichicos
ni son estos pajarracos los únicos supuestos adversarios de Nicolás Maduro que
a la vez han participado en los robos y vagabunderías a las que nos tiene
acostumbrados el bolivarianismo.
Llama la atención por
otra parte que entre los deportistas y estrellas del espectáculo señalados en
la filtración no aparezcan peloteros estadounidenses.
¿Cómo así, diría un
cachaco?
Simple: En ese país
donde manda Obama, el pago de impuestos sigue siendo sagrado y los equipos
descuentan la parte del Tio Sam antes de pagarle al interesado. A diferencia de
las muy corruptas sociedades europeas y latinoamericanas donde sigue
prevaleciendo la cultura “del vivo”.
Si me preguntan qué
va a pasar, contesto: Nada.
Al menos nada en
nuestro país, donde hermanados por la corrupción encontramos a militares
chavistas de bajo perraje y Bolichicos de la rancia oligarquía. Tampoco pasará
nada en Argentina donde es cierto que las instituciones no están secuestradas y
a Macri le abren juicio, pero para pbligarlo a negociar con Cristina y montar
un escandalete.
Maduro ofrece apoyar
la investigación, como siempre, pero ni puede ni quiere.
Más serio en su
apreciación fue el presidente Obama quien palabras más, palabras menos, dijo:
Los archivos del bufete Mossack Fonseca posiblemente no tengan nada ilícito,
pero no es correcto que solo quienes tienen dinero para pagar abogados costosos
y paraísos fiscales, puedan evadir sus obligaciones, a diferencia de los
estadounidenses comunes y corrientes que tienen que pagar sus impuestos
completos.
Yo añadiría que ese
tipo de sinvergüencerías ocurren cuando el estado oprime a la sociedad, con
altísimos impuestos, caso Europa, o con cantidad de barreras que favorecen la
corrupción como es el caso de nuestro socialismo vernáculo.
Domingo Alberto
Rangel
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR
Liberal
Miranda - Venezuela
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