Sr José de San Martín, Sr Simón Bolívar, Sr José
Bonifacio de Andrada: Lo que sucede y sucedió en las Naciones que Uds
emanciparon ya es intolerable. Réquiem a la dignidad.
Un descalabro de proporciones se abate sobre el
hemisferio sud americano; algunos han perdido el timón, hay miedo y convulsión.
Venezuela languidece y Brasil está inmerso en una tormenta de inmoralidad que
llevan a su presidenta a juicio político. En nuestro país después de tanta
perversión un horizonte nuevo se vislumbra, otra es la sensación. Hemos elegido
un cambio que construirá otra historia. Sí, sabemos dónde no queremos volver.
El régimen fanático que se instaló en Argentina fue una
verdadera orgía que se resistía a terminar. Pero llegó la hora de la verdad y
la ciudadanía dijo basta. Una caja de pandora se abre ahora y despide una
escoria nauseabunda que impregna los cimientos del partido político que gobernó
los últimos doce años.
Un populismo carnívoro se había atravesado como modo de
hacer gobierno cuyo objetivo fue la caja del Estado, e intentaron ir por todo,
¿Qué es ir por todo? El vocablo lo expresa. La obra pública fue el trampolín
para succionar las arcas oficiales y desviar fondos millonarios a sociedades
fantasmas y cuentas negras en paraísos fiscales; también a estancias en la
austral Santa Cruz.
Cifras escandalosas fueron transferidas a Uruguay, EEUU,
Panamá, Suiza, Bermudas, Seychelles, Belice y varios lugares más. Fue una mega
estafa jamás vista.
La consigna era robar. No hay organismos del estado
nacional en donde no se encuentren deudas, desprolijidades, fraudes, chantajes,
propios de una organización subversiva.
Para formar una banda delictiva, o una organización
sediciosa se necesitan varias cosas; entre ellas un grupo de delincuentes sin
escrúpulos y un objetivo determinado: el delito a consumar.
“Eso pasó en Argentina”.
Para cumplir ese delirio se ideó una técnica endemoniada
basada en la división de la sociedad para que fluya un odio exacerbado entre
compatriotas y crear la división, es decir: La Grieta. Luego fueron por los
gobernadores, partiendo de la premisa sos nuestro amigo o sos un traidor, y
forjaron un relato armado para delinquir con mecanismos que confunda a toda la
sociedad. En el parlamento tenían mayoría en ambas cámaras que le allanaban el
camino.
Doce años no es una eternidad, siempre y cuando ese
período sea, por lo menos, normal. Pero lo ocurrido en nuestro país forma parte
del espanto. Nunca se vio semejante saqueo y
destrucción en forma tan agresiva. Ver a una banda conexa en un video
contando montañas de dólares disparó las alarmas.
Todos los ilícitos se desmentían sin pestañar, vociferado
por medios y periodistas adictos a cambio de mucho dinero, renunciando hasta su
dignidad. Y acusando de denuncias políticas tendenciosas, o ser un
opositor neoliberal al que se atrevía a
descubrirlos.
Pero fueron más allá todavía, cercaron a la justicia con
una mordaza que muchos jueces y fiscales obedecieron por temor o complicidad,
acorralándolos en una horda contenciosa llamada “justicia legítima”, que no era
otra cosa que perseguir a quienes pensaban distinto. A los más díscolos, a los
que se atrevían al desafío, les caían con toda clase de injurias para
enmudecerlos y amenazarlos con un juicio político; varias veces lo intentaron.
Al Fiscal Campagnoli le costó ocho meses de suspensión y al ex Fiscal Nisman le
costó la vida. Dominar con agresión era la manera, y se acostumbraron a lo que
no iba a durar.
Sabían que la
mayor injusticia es la justicia dominada;
pero no midieron que tanta ambición desordenada siempre termina en un
castillo derrumbado.
La pirámide del mando era selecta y circunscripta a un
grupo reducido. La enfermedad del poder es también un bien transable en
competencia con la economía; es un montículo de egos y ambiciones que se
negocian y se cruzan para acumular fuerzas y de ese modo condicionar también en
temas económicos. Y eso ocurrió con la complicidad de empresarios amigos.
Ahora en el llano - hoy - cuando el sol les quema como un
infierno si puertas, o cuando no haya leña para calentarse en el invierno duro
que se avecina, en medio de un
tembladeral, entre corridas y pedidos de auxilio por escapar del sismo,
comienza la dispersión de esa estructura mafiosa. Solo resisten por ahora los
más fanáticos.
Que el kirchnerismo haya acumulado más de 790 causas
delictivas en la justicia federal habla a las claras de los días por venir.
Licitaciones escandalosas en la obra pública, facturas apócrifas, retornos
millonarios, malversaciones de caudales públicos, todo enmarcado en un sistema
recaudatorio tan apabullante que dejo huellas digitales por todos lados, punta
de un iceberg por dónde empezar a investigar.
Las denuncias de un joven malhechor y ambicioso, usado
para lavar dinero, y ahora dispuesto a hablar todo lo que sabe a cambio de su
libertad, ponen en jaque a los principales cabecillas de la organización
encabezada por el extinto ex presidente, la ex presidenta y su hijo, que hoy es
diputado para ampararse en fueros que lo protejan para no ir preso.
La transparencia judicial debe ser inapelable. El concejo
de la magistratura deberá desempeñar un rol categórico para que no haya más
favores, Es hora que fiscales y jueces hablen por sus sentencias que deben ser
categóricas. Y también haya un “fervor” manifiesto en administrar una auténtica
justicia.
La ex presidenta llegó a Buenos Aires, no de regreso;
tuvo que venir a declarar que es muy distinto. Un grupo de exaltados y varios
imputables la acompañaron en tribunales; la pregunta es: ¿Ciegos al mirar y
ojos que no ven? ese apoyo es propio de masoquistas. En la audiencia solo
presentó un escrito y dijo que no tiene miedo, que si va presa no la van a
hacer callar. ¿Profecía de los días que vendrán? Verla bailar en ese balcón es
el síntoma del temor.
Finalmente la Argentina vuelve al mundo desarrollado y
este la recibe con los brazos abiertos. Pero la ruta del dinero robado se
deberá investigar en ese universo. Corresponde seguir las pistas a fondo y
resolver con imparcialidad. Y será entonces, recién entonces, cuando volveremos
a creer en una justicia independiente y eficaz.
Tanto latrocinio no puede quedar impune. Los argentinos
exigimos que devuelvan el dinero robado y paguen sus delitos en cárceles
comunes como corresponde.
Solo así se terminará de una buena vez con tanta
corrupción y tanta impunidad.
Raul R. Zorzon
rzorzon@malabrigo.com
Argentina
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