Muchas veces el comandante intergaláctico en cadena
nacional de radio y televisión gritó que nuestro país con el socialismo del
siglo XXI y gracias a las mayores reservas de petróleo del mundo sería potencia
en corto tiempo, y que en un futuro no muy lejano estaríamos en presencia del
hombre nuevo creado por la revolución bolivariana para enfrentar y derrotar al
imperio. Ese mismo discurso con mucha vehemencia también lo ha pronunciado en
cadena de radio y televisión, su predecesor, el que se auto identifica como su hijo y chofer de autobús del Metro de
Caracas, Nicolás Maduro.
La verdad es que Venezuela en este momento mas que
potencia es un caos. Un país donde su presidente le pide públicamente a las
mujeres que no usen el secador de cabellos y al resto de la población le dice
que hay que apagar la luz para que pueda
durar mas tiempo, ni por el carajo puede ser una potencia para enfrentar al
imperio, mucho menos para enfrentar un país pequeño del tercer mundo que todos
los días provoca entregando concesiones en la frontera que está en disputa. Ese
pequeño país no tiene tanto armamento y de vaina tendrá los aviones que fueron
utilizados en la segunda guerra mundial.
Lo que sí se puede asegurar en este momento es que en
Venezuela hay hombres nuevos creados por la revolución bolivariana. El inmenso
ejercito formado por hombres y mujeres adultos que deberían estar trabajando
por el progreso, niños en edad escolar que deberían estar en las aulas de
clases formándose para el futuro y ancianos que por haber aportado ya su
contribución al servicio del país
deberían estar descansando en la casa rodeados de nietos, tienen que pararse
bien temprano en la madrugada frente a las puertas de abastos y supermercados a
realizar largas colas para ver si tienen suerte de comprar algo para comer. Eso
sin duda es un hombre nuevo que no existía antes de 1998.
Un país donde el presidente y su gobierno han sido
incapaz de garantizar energía eléctrica a su población para que no viva en la
oscurana que fortalece la inseguridad y angustiada de perder los pocos
alimentos que tiene en la nevera porque en cualquier momento se va luz por la
ineficiencia y la corrupción. Si a eso le sumas que el aparato industrial tiene
que apagar las máquinas y dejar de producir lo que necesitan sus ciudadanos por
temor a ser multado por exceso de consumo eléctrico, nunca podrá ser una
potencia como lo vociferan los gobernantes demagógica e irresponsablemente.
Un país donde su presidente decreta días no laborables
todos los viernes de los meses de abril y mayo para ver si puede alargar la
vida de las aguas de la represa de Guri y donde el jefe de la corporación
encargada de generar la electricidad para consumo doméstico y para que las
industrias funciones, en vez de estar buscando solución alternativa con la
reparación de las plantas termoeléctricas que permita compensar la falta de
agua, está saltando como rana frente a los espacios secos de Guri, donde lo
único que le falta hacer es ponerse un tapa rabo y una pluma de gallina en
cabeza para bailar la danza de la lluvia, no puede ser potencia.
Cuando estos carajos encabezados por el comandante que se
autobautizó como intergaláctico llegaron al poder en 1999, en Venezuela había
entre hidroeléctricas y termoeléctricas, 24 mil megavatios de capacidad
instalada, y el consumo entre residencial e industrial era de 10 mil megavatios
diarios. Había una reserva de 14 mil megavatios que permitía el lujo de vender
electricidad a Brasil por la frontera del estado Bolívar y a Colombia por la
frontera del estado Táchira. Y cada vez que le tocaba su época venía El Niño y
nunca hubo apagones ni racionamiento por que se combinaban las hidroeléctricas
con las termoeléctricas.
Todo eso fue destrozado y acabado por esta pandilla de
ineficaces y corruptos que nos llevaron a los apagones, racionamientos y
emergencias eléctricas donde estamos
ahorita. Por eso hay que sacarlos del poder.
Gerónimo Figueroa
Figuera
geron2ff@hotmail.com
@lodicetodo
CNP:569
Monagas – Venezuela
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