La
elección de Barack Obama, un niño criado por una madre soltera, de raza mixta,
con origen musulmán, como presidente de un país con fuerte tradición racista,
representó un triunfo para la democracia y la lucha contra la discriminación
religiosa y racial en el mundo.
Juan
Pablo II cambió al mundo cuando visitó
Polonia y dijo: “Rezo todos los días por mi patria y mis compatriotas”. Cayó el
comunismo en ese país y arrastró a Hungría y a Alemania Oriental. Luego fue
Mijaíl Gorbachov el que se rindió un 1 de diciembre de 1989 en la plaza de San
Pedro del Vaticano en un encuentro histórico con el Papa. A partir de ahí, cayeron
los regímenes de Bulgaria, Checoslovaquia, Rumanía y la URSS.
Lo
que está por pasar en Cuba no tiene la misma importancia geopolítica, pero
tiene gran significación.
El
discurso de Obama en Cuba no tiene desperdicio. El resto de este espacio lo voy
aprovechar para citarlo y así me meto el embuste de que lo escribimos a dos
manos.
“La
Habana se encuentra tan solo a 90 millas de Florida, pero para llegar hasta
aquí tuvimos que recorrer una gran distancia: derribar las barreras de la
historia y la ideología (…) Conozco la historia, pero me niego a verme atrapado
por ella”.
“La revolución cubana ocurrió el mismo año en
que yo nací. Al año siguiente el mundo entero quedó en suspenso observando a
nuestros dos países mientras la Humanidad se acercaba al horror de una guerra
nuclear”. (Referencia a la crisis de los misiles).
“He
venido aquí para enterrar el último resquicio de la Guerra Fría en el
continente americano (…) Las diferencias entre nuestros gobiernos en todos
estos años son reales y son importantes (…) Pero antes de hablar sobre esos
temas, también es nuestro deber reconocer cuánto tenemos en común”.
“Una
política de aislamiento diseñada para la Guerra Fría no tenía mucho sentido en
el siglo XXI. El embargo solo hacía daño al pueblo cubano en lugar de
ayudarlo”.
“Al
presidente Castro le agradezco que esté aquí hoy. Mi visita demuestra que no
tiene qué temer una amenaza de los Estados Unidos, teniendo en cuenta su
compromiso con la soberanía y la autodeterminación de Cuba. Pienso que tampoco
tiene que temer a las voces del pueblo cubano y su capacidad para hablar,
reunirse y votar por sus líderes. Tengo esperanza en el futuro porque confío en
que el pueblo cubano tomará las decisiones correctas.”.
Bravo
Obama
Pedro
Pablo Fernandez
pfernandez@ifedec.com
@PedroPabloFR
Caracas
- venezuela
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