VENTANA DE PAPEL
Si bien es posible de alguna forma asentir algún mínimo esfuerzo por
ordenar la obstruida funcionalidad del país político-económico, también deberá
admitirse que con la decisión del nombramiento del gabinete, hecho éste
ocurrido el miércoles 4 de Enero, 2017, a manera de regalo de Reyes Magos, las
posibilidad de reconciliación que venía animándose, aunque con evidente
debilidad, se vino a pique.
Lejos de haberse tomado un giro en la conducción
del país que diera como resultado el inicio de un tímido cambio que generara la
paz de la que tanto habla cada discurso presidencial, las condiciones se
invirtieron. O mejor dicho, regresaron a un punto en el cual la inflexión es
nula o negativa.
Y no puede ser de otra forma, toda vez que los nombramientos
recayeron en personas no sólo precarias en ideas de reconstrucción de la
democracia perdida.
Peor aún, precarias en iniciativas para enfrentar juntos,
como país nacional, los retos de la reindustrialización, el llamado de la
unión, la incidencia de una incertidumbre mal definida y los desafíos de una
crisis que afecta a todos por igual. O al menos, así pareciera.
El inicio de
2017 se ha dado entre decisiones asumidas con el mayor desparpajo posible. Con
la mayor saña posible y el resentimiento más encendido. De hecho, el
nombramiento de los nuevos miembros del Poder Ejecutivo, es expresión de todo
un diseño retorcido de lo que estos gobernantes han entendido como “gestión de
gobierno”. O sea, ejercer el poder con los recursos que les provee el
resentimiento, el odio, la venganza, el sectarismo y la retrechería.
Indistintamente de si ello apunta a la “radicalización de la revolución” o la
“cubanización de Venezuela”, el problema seguirá fundamentándose en el
establecimiento de un régimen autoritario, totalitario, arbitrario y despótico.
O sea, un gobierno dictatorial. Es decir, el destape de la locura.
Decisiones apresuradas, casi siempre son garantía de fracaso. Y en
política, este problema sigue minando el camino hacia la consecución de respuestas
signadas de la armonía necesaria que demanda el desarrollo de los pueblos.
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Merida - Venezuela
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