sábado, 14 de enero de 2017

CARLOS E. AGUILERA A., ¡¡ NO CLAUDIQUEMOS !!

 “Yo espero mucho del tiempo; su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados, y los prodigios futuros deben ser muy superiores a los pretéritos” / Simón Bolívar

Pese al oscuro panorama que avizoran los más enjundiosos economistas del país para el año que recién se inicia, no dejamos de lado nuestra esperanzadora fe,  de que más pronto que tarde salgamos de este dolorosa tragedia que vivimos los venezolanos, la cual ha originado una crisis con horrorosas secuelas, amén de la corrupción, inseguridad, desempleo, escasez de alimentos y medicinas, cuyo costo social es inconmensurable y que genera al más deplorable estado en lo social, político y económico, por la perversidad con la que el manejo de los destinos del país, lleva a cabo un régimen pronto a fenecer, por el inocultable estado de descomposición.

La demagogia y el populismo que despliega el régimen dizque revolucionario socialista, marxista y bolivariana, que no es otra cosa que comunismo, ha dejado en quiebra al país y en consecuencia a sus 30 millones de habitantes, que sufren un tremendo impacto que cada día se hace más latente, dado el alto costo de la vida, por el manejo desatinado y el dispendio de recursos económicos de un  régimen que poco o nada le importa que hombres, mujeres, niños y ancianos, sean víctimas de la miseria mental de quienes desde el alto poder malversan a diestra y siniestra, los pocos recursos del estado, hoy por hoy endeudado con sus aliados rusos y chinos, con mil millonarias cifras, mientras el 92% de ciudadanos ingresan a Colombia y Brasil para adquirir alimentos y medicinas. Las autoridades de Migración colombiana informaron que desde que se abrió la frontera con Venezuela, hace tres meses, más de 11 millones de venezolanos han entrado y salido del hermano país, aprovechando la posibilidad que otorga la tarjeta Migratoria de permanecer en las zonas habilitadas en frontera, hasta por 30 días.

No claudiquemos, por las siguientes razones:

• Para evitar que el presente año 2017 superemos la espantosa cifra de 28.479 muertes violentas ocurridas en el pasado 2016, según cifras aportadas por el Observatorio Venezolano de Violencia, que califica los delitos de este año como los más cruentos, debido al empobrecimiento, escasez de alimentos y medicinas y a la activación de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP), la cual según el criminólogo Briceño León, en sí misma, es una concepción de guerra.

• Para que 64 mil pacientes no corran el  riesgo de morir por falta de antirretrovirales, de acuerdo a información suministrada por las ONG’s y la Sociedad de Infectología en su afán de alertar al régimen para que adopte las medidas pertinentes, por cuanto desde hace un año el desabastecimiento de antirretrovirales se ha agudizado, porque las autoridades sanitarias nacionales han hecho caso omiso de prestarle atención a estos pacientes que enfrentan una crítica y compleja  situación.

• Para que el régimen no siga adquiriendo armas  rusas y chinas para la  FANB, con el pretexto de “garantizar y si es necesario fortalecer la capacidad de inteligencia de las organizaciones populares”, como lo afirmó Maduro, mientras el país atraviesa una difícil y crítica situación económica. Nos preguntamos: ¿Más armas para combatir contra  cual país enemigo?¿O para armar más a los 379 mil milicianos que según indicó están “preparados para el combate y para la defensa de la nación”? ¡¡Algo huele mal y no precisamente en Dinamarca!!

• Para que no se reedite jamás un nuevo cono monetario, tras la autorización del Banco Central de Venezuela (BCV), de la emisión de nuevos billetes que aún hasta el momento de escribir este artículo aún no han entrado en circulación,  que generó
angustia en la población, al anunciar que quedarían fuera de circulación los billetes de Bs. 100, medida que fue postergada en dos ocasiones, evidenciando de esta manera que la reconversión monetaria no funcionó, lo que puso una vez más al descubierto la improvisación del régimen.

• Para evitar que se siga radicalizando el  oficialismo, el cual en menos de cuatro años ha tenido 99 ministros, es decir, un 65% del total que tuvo Chávez en 15 años, evidenciando de esta manera que el régimen tiene la particularidad de orientarse hacia un claro y definido objetivo, como es la inclusión de radicales de izquierda y militares, con el perverso propósito de permanecer en el poder, lo cual presagia una nueva etapa de represión, autoritarismo e ideologización de instituciones públicas.

• Para no permitir que siga creciendo la pobreza crítica de millones de venezolanos, que hoy padecen la más grave y horrenda situación, que deteriora su calidad de vida, y conlleva un inimaginable cuadro jamás visto en nuestro país, como es la búsqueda de alimentos en basureros y desechos de los mercados populares de Caracas y ciudades del interior, y otros, que hambreados por necesidad recurren delictivamente a saquear comercios y abastos.

• Para no seguir escuchando por boca de Maduro, insultos, vulgaridades y procacidades en sus cadenas televisivas y radiales, a través de los medios de comunicación oficiales. Inconcebible que insulte a su par argentino Mauricio Macri, a quien tildó de “cobarde, oligarca y ladrón” o a Henrique Capriles Gobernador de Miranda,  al que acusó  de ser su “asesino” y el “primer misógino” del país. O que exprese que “con el acompañamiento del Vaticano, la Unasur y ex presidentes, podría extenderse el diálogo durante los próximos dos años para garantizar la paz”, solo con la pérfida idea de alargar el diálogo y permanecer en el poder.

• Para evitar que el país siga siendo sometido al escarnio, por el desenfrenado afán de funcionarios corruptos de incrementar sus fortunas, y otros, por el tráfico de drogas que según investigaciones de la DEA norteamericana, se hallan involucrados importantes personeros del chavismo, amén de familiares allegados a la pareja presidencial, actualmente detenidos e investigados por una Corte en Nueva York.

• Para que no sigan siendo detenidos  y torturados  estudiantes, políticos y ciudadanos. por el simple hecho de no compartir la ideología comunista que el régimen pretende imponer a toda costa, bajo una seudo revolución socialista, marxista y a mala hora denominada bolivariana, violando en consecuencia La Carta Democrática Interamericana, mecanismo que se aplica en el caso de que se produjera una ruptura del proceso político institucional democrático, o del legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente electo, en cualquiera de los Estados miembros de la organización. Venezuela es uno de ellos.

• Para que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) no continúe dictando sentencias en contra del Poder Legislativo (43 hasta los actuales momentos), en su afán de evitar su normal desarrollo institucional, tal como lo prevé la propia Constitución Nacional, despectivamente denominada “La Bicha” por el fallecido Comandante galáctico, lo cual contraría el espíritu de la independencia de poderes, que según  la letra constitucional debe privar en un estado de derecho.

En fin, sería largo enumerar las razones por las cuales estamos obligados a NO claudicar, y por el contrario afianzar más nuestro espíritu de lucha, fe y optimismo, para dar al traste con las aviesas intenciones de quienes pretenden eternizarse en el poder, bajo las instrucciones y ordenes de un sicariato comunista dirigido desde Cuba, la cuna de Martí, auténtico demócrata que en Manifiesto del Partido Revolucionario Cubano publicado en “Patria” el 27 de Mayo de 1893, sentenció: 

“Se cae la patria a pedazos. Fatigado el espíritu, y sin salida visible a tanta angustia, llega el cubano, sólo en su vergüenza, o satisfecho en la contemplación de su virtud inactiva, a oír indiferente el clamor de su alma propia... la Isla desvalida parece a punto de abandonar su porvenir a la revuelta sin concierto o a las tinieblas de la nada”.

Carlos E. Aguilera A.
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
*Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP.122)
Aragua - Venezuela

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