NO A LOS ESTADOS PRE POLÍTICOS
La crisis no cede espacios y se extiende como una epidemia que no es
tratada oportunamente, y si no se aceleran los procesos para controlarla y
erradicarla tomará cauces cada vez más peligrosos e irracionales. Es una
crisis, sin duda, severa, de orden político, económico y social, que no solo
afecta a quienes les corresponde la administración del estado, también la
oposición es presa de otra crisis.
No hay una oposición sino varias. La oposición se revela de diversas
formas: organizada en partidos políticos; en grupos sociales independientes y
hasta en individualidades cuyas opiniones tienen impacto en algunos espacios
públicos. No es la oposición un grupo o asociación donde perviva el
consensualismo. Allí concurren ideas, pareceres e ideologías distintas; cuando
hay una sola persona no existe ni pensamiento único y cuando varios se
congregan comienza la divergencia, pero también se enriquecen las ideas y las
decisiones.
Consensos y discrepancias emergen en ese proceso extraordinario que se
da en los escenarios donde los seres racionales interactúan entre sí, que se
comunican para intercambiar información, que dialogan y deliberan para superar
diferencias o celebrar acuerdos y coincidencias. Muchas loas para un proceso
que hace del ser humano un sujeto especial y digno de valoración. ¿Habrá
alguien capaz de no admirar la significación de la interacción humana y de
reconocer que, a partir de ese proceso, diálogo y comunicación, los seres
racionales son capaces de reconocerse como tales y de conseguir solución a sus
dificultades y diferencias?
Grupo G
La oposición, diversa y compleja, pensó que organizar a la MUD sobre la
base de 4 partidos (G4) era suficiente para enfrentar los retos, pero no fue
así, el grupo de los 4 no fue eficaz a todo lo largo del año 2016. Ni siquiera
los líderes más encumbrados del G4 mostraron cualidades especiales para el
ejercicio del liderazgo que el momento exigía y mucho menos asertivos -sensu
stricto- en las decisiones de orden político.
Cualquier organización que fracasa en sus objetivos está en la obligación
de someterse a una profunda revisión, a establecer nuevas formas de
organización, pero también a aumentar y mejorar la calidad de sus decisiones.
El grupo G4, conformado por 4 partidos, demostró que no pudo conducir la
política por lo que aumentar el número de decisores es ahora una medida
impostergable para salvar un valor tan relevante como la unidad.
Diálogo
Una MUD reformulada en su integración, tanto en número como en calidad,
debería estar en mejores condiciones de conducir la política por un sendero que
ofrezca a la sociedad sosiego, así como la certidumbre de que el país puede
retomar una ruta de progreso y desarrollo.
El grupo de negociadores han propuesto un documento para la discusión
denominado “Acuerdo de convivencia democrática” con el que se puede coincidir o
no. De hecho, el acuerdo de como nos regimos civilizada y democráticamente fue
adoptada por los venezolanos con la aprobación de la Constitución de 1999, por
lo que desde sus inicios el título del documento resulta inadecuado.
Muchas otras diferencias, demasiadas quizás, pero lo fundamental está en
que la oposición construya un documento que valore ese espacio de lucha, porque
el diálogo no es debilidad ni entreguismo, por el contrario, es el medio
mediante el cual los seres racionales se enfrentan ofreciendo y contraponiendo
argumentos, razonamientos e ideas.
No es volviendo a estados prepolíticos como se superarán las
dificultades.
Leonardo Morales
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP
Caracas - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario