jueves, 2 de febrero de 2017

BEATRIZ DE MAJO, UN PUESTO EN LA LISTA NORTEAMERICANA …

SOBREDOSIS

A Donald Trump le ha parecido suficiente su percepción subjetiva de que pudiera existir una amenaza potencial a la seguridad nacional norteamericana para que, en un dos por tres, haya implementado una política de inmigración excluyente de cara a los nacionales de 6 países, tengan estos ciudadanos o no que ver con hechos ciertos que impliquen amenazas reales para los Estados Unidos. La medida afecta a Somalia, Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia y Yemén

Si esto puede calificarse de paranoia; si tal actitud, como han comentado los analistas en el mundo entero, representa un retroceso mayúsculo en la política externa del país y en la orientación de su política migratoria;  si con ello los Estados Unidos le ponen fin al sueño americano que convirtió a ese países en tierra de oportunidades para millones de ciudadanos en el mundo contribuyendo al engrandecimiento de América, lo que nos viene a quedar claro es que el nuevo mandatario no solo está determinado a ejercer su autoridad sin mucho miramiento, sino que su equipo lo acompaña en la toma de este tipo de decisiones impulsivas y extremas.   

Ello lo que significa es que, por diseño, la nueva administración no está dispuesta a permitir que exista un resquicio de vulnerabilidad a su país que pueda afectar a sus ciudadanos. Con simples órdenes ejecutivas se está armando un tinglado ultra-proteccionista y excluyente dentro del cual no existirá en más mínimo espacio para que la ciudadanía quede expuesta a una agresión externa.

Algo de bueno tiene el que su posición sea tan terminante en lo que atañe a la protección de sus nacionales. Hilando fino, habría que pensar que temas como el terrorismo y la droga, en lo que toca a los americanos, recibirá un trato muy privilegiado y contundente.

¿Cuanto tiempo pasará, entonces antes de que Venezuela, caiga bajo el microscopio norteamericano y se convierta en un claro objetivo de las políticas excluyentes y aleccionadoras de la era Trump?.

No son un secreto para nadie las amistades desarrolladas y la colaboración financiera existente entre nuestra fallida revolución y movimientos terroristas de otras latitudes cercanas y lejanas, susceptibles de agredir a ciudadanos del mundo entero y de los norteamericanos.  Ya desde 2010 se conocía del otorgamiento de pasaportes venezolanos en manos de miembros de organizaciones como Hamas y Hezbolla que se trasladan con ellos a sus anchas por el mundo para organizar sus tropelías. La narcotización de Venezuela en estos años revolucionarios, por otro lado, es una realidad palmaria, que unido a lo anterior, nos transforma en una bomba de tiempo, en un agente de envenenamiento para los intereses de un gobierno que ha enfilado todas sus baterías hacia la protección de sus intereses y de sus ciudadanos.

De qué manera ni en que momento se va a expresar el rechazo norteamericano a tales desafueros de parte de la gran potencia, eso no lo sabemos. Nuestros problemas domésticos, los que son la consecuencia de las equivocaciones de quienes nos gobiernan son una tarea circunscrita a cada uno de los venezolanos. Aquellos delitos que son la consecuencia de la conjunción entre droga y terrorismo, que traspasan nuestros límites y que afectan a terceros fuera de nuestras fronteras, esos si recibirán el trato que merecen de parte de las naciones afectadas, Estados Unidos la primera.


Con este gobierno que recién se inaugura las acciones se darán más temprano que tarde. 

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Internacionalista
El Nacional
Miranda - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario