¿SE AGOTO LA POSTURA PACIFISTA?
Una cosa es el derecho al voto. Una cosa es que se quiera ejercer este
derecho. Una cosa es que se reclame este derecho. Otra cosa es que no se
respete este derecho, como ocurre en Venezuela.
Basta con las decisiones totalmente condenables de los
tribunales penales estadales que se “prestaron” para eliminar el revocatorio
contra Maduro. Otra cosa es no extremar el reclamo y hacer algo
determinantemente significativo para lograr que se respete el derecho y
ejercerlo.
Se reconoce que es difícil vencer la posición gubernamental
autoritaria y totalitaria de impedir las elecciones, pero también es difícil creer que quien reclama
este derecho, dígase la MUD, puede realmente considerar que logrará su
objetivo, el voto, sin aplicar la fuerza popular requerida para reconquistar la
vigencia de sus derechos.
No luce atinado poner todo el cuidado necesario para
asegurar y garantizar que la conquista del voto se logrará en forma pacífica,
como pidiendo permiso para reclamarlo, cuando se puede actuar pacíficamente sin
necesidad de pregonarlo, pero también sin negar la posible aplicación de la
fuerza ya citada si resultara necesaria para conquistar ese voto.
¿Se respetan
los artículos 333 y 350 de la Constitución Nacional? Cabe preguntar si no se ha
agotado ya la postura pacifista absoluta, si se puede seguir esperando que el
gobierno responda democráticamente a la exigencia popular, si no hemos llegado
otra vez al 23 de enero de 1958, o al 19 de abril de 1810.
Es muy importante
determinar si los dos procesos asociados a estas fechas se pueden calificar de
pacíficos, y también apreciar en medida importante que en ninguno de estos dos
casos históricos operó una solución electoral.
¿Se puede creer hoy en Venezuela
que el gobierno accederá a unas elecciones? ¿Se puede creer que la presión internacional logrará lo que no puede
alcanzar la presión interna?
Ya se ha debatido demasiado y se le ha dado al
gobierno un tiempo excesivo para que acepte las reglas de juego. Hoy en
Venezuela todo el mundo reivindica el voto, incluyendo a quienes lo impiden
porque consideran, como pensaba Castro, que al estar en revolución no se
necesita votar.
El chavecismo, se aplica este término porque no parece posible
que aparte del ámbito de la corrupción se pueda hablar de madurismo, se
muestra, de la boca para afuera, muy partidario del voto popular, y se apoya en
forma engañosa, muy publicitada, en sus victorias electorales pasadas, pero
todo el mundo en Venezuela, destacándose la cúpula del PSUV, sabe que el
sufrimiento en todo sentido de los venezolanos durante los últimos años, ha
sido y es de tan gran magnitud e intensidad, que para nosotros la cura de esta tragedia es la
terminación de este gobierno.
Sin embargo, dado que la oposición no ha sido
eficiente en la aplicación de su fuerza popular, se puede concluir en la
necesidad de corregir y cambiar la organización democrática venezolana de modo
que se encargue exclusivamente de conquistar el cambio de gobierno.
Esto
significa la incorporación de nuevas personas y organizaciones, y la separación
que resulte necesaria de otras personas y organizaciones. Aquí entra en juego
un factor determinante a los efectos del triunfo de la democracia, el cual es
la participación de la ciudadanía venezolana en el proceso político venezolano,
algo tradicionalmente limitado al ejercicio del voto porque el ciudadano ha
considerado que puede dejar este proceso en manos de los partidos políticos, y
si bien durante unos años posteriores a 1958 esto operó satisfactoriamente, ya
desde hace algún tiempo eso cambió y los partidos han perdido mucha efectividad
y credibilidad, y capacidad para
reconquistar y preservar la democracia.
El ciudadano venezolano debe reconocer
y asumir la realidad de que su participación responsable es esencial para que
Venezuela signifique democracia, libertad y justicia, para que los poderes
públicos sean independientes entre si, pero cooperadores, y, sobre todo, para
que le cumplan el servicio que conjuntamente con su trabajo le posibilita su
bienestar. El otro aspecto a considerar con respecto a la celebración de
elecciones, es la existencia de partidos, dado que hoy en día existe uno solo,
la MUD, y se puede aceptar que ya esa organización no puede monopolizar la
representación de la democracia
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
Falcon - Venezuela
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