jueves, 2 de febrero de 2017

ANDRÉS SCOTT VELÁSQUEZ, COMUNICACIÓN DEL GAP A LA MUD

GRUPO DE ACCIÓN POLÍTICA
Lic. Jesús Torrealba;
Secretario Ejecutivo de la MUD y
Autoridades de los partidos políticos que la integran
Atención: José Luis Cartaya

En nuestra condición de grupo de opinión nos dirigimos a ustedes, saludando la posición de esa agrupación de partidos políticos de oposición, divulgada este jueves 26 de enero ante el documento titulado, “ACUERDO DE CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA”, manifestando nuestra complacencia porque se haya tomado en cuenta el parecer de una abrumadora mayoría de quienes adversamos al régimen.

Como quiera que en su numeral 3, la MUD expresa su convicción de la necesidad   elaborar otro texto, “…uno en que no sólo las organizaciones políticas sino toda la sociedad democrática plantee a la Comunidad Internacional sus demandas y propuestas para la restitución del hilo constitucional en Venezuela y el retorno de nuestro país a la democracia.” Y que, a tal efecto está “haciendo las consultas a los diversos actores sociales…”, expresamos a continuación algunas reflexiones y aspectos básicos de nuestro parecer, confiados en que existe una determinación de rectificar fallas y errores.

Un punto previo es un llamado corregir el déficit de transparencia y de respeto hacia la inmensa cantidad de venezolanos que, sin ser parte de la MUD, también somos dolientes de la situación de la nación, decididos adversarios del régimen y amantes de nuestra Patria. Para el más reciente botón de la muestra, más no la única, el texto en cuestión recibido por la MUD, fue conocido por la ciudadanía por fuentes distintas a la MUD, entidad que hasta hoy se limitó a declarar que en la presente semana daría una respuesta, sin hacer público el contenido a contestar.

La expresa declaración de los conocidos tres ex presidentes involucrados, de haber actuado con base a “… invitación del gobierno y contando con el reconocimiento de los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), bajo la coordinación de la Secretaría General de UNASUR”, pone relieve que la MUD, desde la primera reunión con ellos en República Dominicana a fines de mayo de 2016, validó la intermediación, única para el momento, de tres escogidos por el régimen y aceptó la participación muy activa del desprestigiado secretario de un organismo internacional, cual es UNASUR, de nítida inclinación favorable al régimen, desde el padrinazgo de su candidatura para el cargo, cuyo período vencía dos meses después. En la prórroga temporal que le fue concedida, es probable que haya incidido el papel que gracias a la aceptación de la MUD, comenzó a jugar en la tragedia venezolana, a partir de entonces. Es casi imposible descartar la influencia que aquel evidente reconocimiento haya tenido en contra del informe de uno de nuestros más firmes, activos y perseverantes, al Consejo Permanente de la OEA, el Secretario General Luis Almagro poco después e, igualmente, en la lluvia de apoyos internacionales sobrevenidos.

La escogencia unilateral de tales intermediarios es una de los tantos aspectos en el proceso de 2016 que nos ocupa, contrarios al principio de la igualdad de trato entre las partes, tan cuidada y presente en cada una de las experiencias de Diálogos exitosos en la consecución de soluciones de conflictos incluso bélicos.

Los dimes y diretes sobre los acuerdos alcanzados, hasta el enmiendo de la plana, contenido en la famosa carta de Monseñor Parolín al régimen, así como solicitar a posteriori a la Santa Sede un mecanismo de verificación resaltan que el “partido” se inició sin precisar las reglas, lo que es inconcebible en el más amistoso encuentro deportivo. Es decir que el régimen recibió el obsequio de la foto en la misma mesa, sin costo político alguno y sin fijación de aspectos elementales como la manera de formalizar y anunciar los acuerdos y el mecanismo de seguimiento de éstos, conjuntamente con la agenda.

Es para el GAP, motivo de inquietud e incomprensible que el numeral 4 de la respuesta en cuestión insista en reconocer a los tres ex presidentes como “facilitadores” cuando solo facilitan los objetivos de una de las partes y siendo que hay un solo invitado por ambas partes, la Santa Sede. Institución que, desde su incorporación posterior al proceso de 2016, se ha utilizado para justificar actitudes y decisiones cuestionables, en lugar de asumir la responsabilidad correspondiente.

Todo ello conduce a que el proceso ocurrido en 2016, careció de los atributos indispensables de un Diálogo de la naturaleza que se pretendía, por lo que no tenía cómo producir ningún resultado conducente a una solución no violenta. Es probable que, a conciencia de ello, la comunidad internacional haya manifestado apoyo a otras eventuales iniciativas o las haya asomado. Tal posición es expresa, por ejemplo, en la Declaración del Consejo Permanente de la OEA del 1 de junio de 2016, respaldada y suscrita por 15 cancilleres de la región y  también ha sido planteada la conformación de un Grupo de Amigos pero la MUD las ha ignorado, sin explicación alguna.     

Puesto que la disposición a dialogar tiene que ser indeclinable, como se afirma en la respuesta y mientras más deplorable sea la situación venezolana, más presionará  la comunidad internacional hacia un Diálogo o hacia un mecanismo equivalente, tiene relevancia la firmeza que mantenga la MUD con respecto a la posición formulada en el numeral 4 de su respuesta, que a la postre no es otra cosa que apego a la constitución: “…la atención urgente a la víctimas de la crisis humanitaria, respeto a las competencias y atribuciones que la Constitución asigna y reconoce a la Asamblea Nacional, activación de los mecanismos conducentes a la libertad plena de los presos políticos y establecimiento CONCERTADO de un cronograma electoral configuran la base de cualquier proceso de negociación política futura)”. Con una salvedad relativa al tema electoral pues no basta el cronograma. Es natural asumir que, a partir de la derrota de diciembre de 2015, los mecanismos de alteración de la voluntad popular hayan sido incrementados, intensificados y perfeccionados por lo que sin un verdadero árbitro y correctivos al sistema, un cronograma solitario puede resultar tan despropósito como el mal llamado diálogo de 2016.

Con respeto y consideración, les decimos que son tiempos de verificar que las acciones estén alineadas con el propósito de cambiar el rumbo para que la nación pueda tener expectativas realistas de un mejor porvenir.   

          Dr. José Curiel Rodríguez
             Coordinador General                                    
       Ing. Andrés Scott Velásquez   
           Secretario Ejecutivo

C.C. Junta Directiva de la Asamblea Nacional

Andres Rafael Scott Velasquez
anscott25.11@gmail.com
@andresscott
Sec. Ejecutivo El Grupo de Análisis Político
Guarico - Venezuela

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