¿Por qué la crisis ha
durado tanto en un País privilegiado? ¿Por qué el mal gobierno ha durado tanto?
¡Algunos lo atribuyen a la ingenuidad del venezolano! ¡Otros a los métodos
totalitarios e ideologías pervertidas! ¡Otros lo atribuyen a la mala y
simuladora oposición! ¡Muchos se lo indilgan a una sociedad corrompida y en
decadencia! En nuestra realidad “El mal gobierno socialista PSUV y MUD” es
aquel que se olvida de los intereses vitales ciudadanos “El pueblo”, para
dedicarse con preferencia a lo suyo “mantener el poder a cualquier precio”, es
decir, lograr y administrar presupuestos, y, cobrar impuestos sin pensar en el
bien común, confundiendo “a ex profeso” lo que le compete. Se empeñan en
imponer dogmas totalitario “con hegemonías arbitrarias de familiares y
enchufados en Gobernaciones, Alcaldías y Estado”, ocupados en expropiar,
perseguir y militarizar o paramilitarizar. Orientando esta inclinación venal
siempre por los linderos de la corrupción, la traición y otras actitudes
parecidas. El mal gobierno se alimenta del caos, la crisis, oferta engañosa, la
pobreza e ingenuidad.
Veamos las
definiciones: Maldad es el término a partir del cual designamos la inclinación
espontánea que alguien ostenta a la hora de provocarle el mal a otros
individuos o seres vivos. Violar los derechos humanos, someter a los
trabajadores, pensionados y educadores a salarios indignos y mala seguridad
social; destrozar y destruir el aparato productivo del país, para que exista
escasez y sus comilitones se conviertan en mafiosos, traficantes y
boliburgueses.
En tanto, por mal se
refiere a la ausencia total del bien y de la bondad que existe en una persona
(s) o ser y de la misión constitucional para el buen gobierno “central,
estadal, municipal y los demás poderes públicos”.
Desde los inicios de
la humanidad, el mal, se ve como una realidad de la cual hay que alejarse
porque no trae aparejado nada positivo, sino más bien todo lo opuesto.
Entonces, de esta concepción es que ha derivado prácticamente todas las
religiones que existen en el mundo y las cuales proponen a sus fieles que se
alejen del mal o de cualquiera de las formas que éste puede adoptar, y en
contrapartida promueven que se acerquen al bien para combatir el mal
definitivamente.
Cabe destacarse que
la mencionada tendencia de practicar el mal para dañar a otros, puede tratarse
de una característica inherente al o los individuos influenciados por doctrinas
e ideologías totalitarias, fundamentalistas y entornos dañados, es decir, la
misma es parte de su personalidad sesgada y aflorará cuando se está en malas
compañías “criminales, corruptos, demagogos y desviados sociales” en todo
comportamiento y acción que despliegue, o en su defecto, puede desencadenarse
ante una situación determinada que termina por generar en una persona un acto
revestido de maldad, venganza o castigo.
El individuo que
presenta maldad se caracterizará especialmente por no disponer ante nadie que
lo rodea sentimientos de cariño, de bondad, de afecto, respeto y solidaridad entre
otras emociones positivas, sino que por el contrario, primará un sentimiento de
aversión absoluta hacia todo lo que lo rodea que lo llevará justamente a
desenvolverse con la más fría y desentendida conducta que pueda tenerse en
especial, se es codicioso, envidioso, arrogante, corrupto, mentiroso, demagogo,
simulador y perverso. Es común también actuar, con aquella acción que per se,
es mala y causa perjuicio en otro, ese proceder lo denominamos con el término
maldad. Destrozar económicamente, socialmente y moralmente a un pueblo es una
maldad propia de gobernante sin ética y moral.
Uno de los sinónimos
que normalmente empleamos en sustitución del concepto de maldad es el de
perversidad, el cual además es recurrentemente usado cuando se quiere dar
cuenta de una maldad muy grande y provocada adrede.
El concepto que
directamente se opone al de maldad es el de bondad, que implica la tendencia
natural hacia la realización del bien. Necesitamos Buen Gobierno y una sociedad
para el bienestar y la solidaridad.
El mal gobierno se
aprovecha y usa al ingenuo. La palabra ingenuo es el término que empleamos con
recurrencia para dar cuenta de aquel individuo que en su comportamiento no
presenta malicia, ni segundas intenciones y que además se muestra bastante
inocente “ve Tv y lee periódicos creyendo todo”, se deja seducir por ofertas
demagogas y repetitivas; a las cadenas televisivas le rinde reverencia y se
aferra a esperanzas. Es decir, el individuo ingenuo no dispone de maldad alguna
y suele ser tonto útil o aceptar sin reclamos, incluso, aquellas situaciones
más incómodas, grotescas e increíbles, que en cualquier otra persona pueden
desencadenar una acción y venganza, un enojo o hasta un grito.
Cabe destacarse que
en el ingenuo también existe una importante cuota de falta de experiencia en
todo sentido, la cual justamente incide en esa inocencia que lo caracterizará,
porque básicamente quien desconoce alguna cuestión no dispondrá del
conocimiento o de las herramientas para desenvolverse en tal cuestión de modo
holgado. El mal gobierno le interesa que existan muchos pobres y deserción
escolar para poder manipular, comprar votos y engañar a sus anchas.
Una persona ingenua
no tardará en creerse cualquier historia por más inverosímil que resulte. El
discurso populista es una herramienta de maldad.
Los resultados
electorales no cuentan mucho, “por ahora” el gobierno es el mismo. El reto es
seguir impulsando y trabajando por un CAMBIO EVOLUTIVO apalancado por La Unidad
Nacional Alternativa “UNA Tercera Vía (unión de partidos y movimientos)”, que
respete al ciudadano, acabe con la corrupción, sectarismo y centralización,
eche las bases para un COGOBIERNO SOCIAL donde prive el BIEN COMÚN y RESPETO A
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA. Otra Venezuela es posible sin maldad y todos
cabemos en ella.
Juan de Dios Rivas
Velásquez
rvjuandedios@gmail.com
@rvjuandedios
Caracas – Venezuela
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