Es claro que el país
entra una nueva etapa de su historia muy apaleado y con una pésima imagen,
gracias a nuestros comunistas endógenos quienes, por cerca de dos décadas, han
contribuido a darnos la fama de un país impredecible, inestable, corrupto y
poco confiable.
Los muchos complejos
de nuestro “pueblo”, todos esos resentimientos coloniales, gracias a esa
bendita filosofía de la liberación, con ese discurso reivindicativo de nuestra
soberanía y exigiendo respeto a quien se nos atraviesa por delante, nos ha
hecho el hazmerreir del continente, nos ven como los socialistas mas
socialistas de todos los socialistas, sin ni siquiera saber que es el
socialismo, los chavistas, terminaron siendo unos delincuentes y botarates que
pusieron a nuestro propio país en oferta, para venderlo al primer postor.
El chavismo y
nuestros militares, se comportaron como los peores proxenetas con este país con
nombre de mujer, no solo la violentaron hasta el cansancio sino la enviaron al
hospital en estado de coma, con pronóstico reservado.
Durante 16 largos
años el gobierno chavista se dedicó, en representación de nuestro pueblo y
gentilicio, a insultar, denigrar, ridiculizar y amenazar a muchos de los países
con quien llevábamos una relación histórica de amistad y cooperación, pusieron
en ridículo a la mayoría de las instituciones multilaterales de las que somos
partes y prácticamente se mearon en las leyes, usos y costumbres que rigen la
convivencia internacional.
Para quienes
presenciamos el triste espectáculo de ver a nuestra patria prostituirse para
que los chulos socialistas bolivarianos consumieran licores caros, tuvieran
dinero en las carteras, vistieran finas ropas y manejaran automóviles de último
modelo, no va a ser fácil olvidar y empezar de nuevo, aún nuestros mejores
amigos y socios extranjeros temerán por otra recaída, y serán muy cautos en
normalizar sus tratos y apostar sus inversiones con nosotros, pero así es la
vida, el que se haya ganado la Asamblea Nacional es apenas el primer paso de
una larga convalecencia que puede que no esté libre de reacaídas.
Esta introducción de
telenovela la hago, porque ilustra lo que nos espera en política exterior y
relaciones comerciales del mundo, con la nueva Venezuela; Chávez y “sus hijos”
nos dejaron cicatrices difíciles de curar y una fama de desadaptados y dementes
que no será olvidada con prontitud, me veo en el espejo de lo que le sucedió a
Colombia con el narcotráfico, fueron no menos de veinte años antes que pudieran
cambiar de imagen ante el mundo, han trabajado muy duro para lograrlo, han
pacificado el país, adecentado la administración pública, erradicado las
mafias, han prosperado, y ahora Colombia es uno de los países importantes del
hemisferio.
Pero no hay otra
manera, tenemos que seguir adelante, debemos reconstruir el país y sus
instituciones, hacer justicia, proteger nuestra democracia y mirar el futuro.
Poner nuestras
cuentas internacionales en orden es una tarea primordial, no solo en cuanto a
nuestra deuda externa sino también en cuanto nos deben, que a su vez significa
como vamos a pagar y cómo vamos a cobrar, y es un paso importante ya que
después del blackout informativo al que nos sometieron los gobiernos de Chávez
y Maduro, nos vamos a encontrar con muchas desagradables sorpresas, aunque ya
tener las cuenta claras sería un importante paso.
Esta actividad es
parte de lo que se conoce como control de daños y uno de sus pasos primordiales
es hacer una limpieza completa de nuestro servicio exterior, es decir, de abrir
puertas y ventanas de nuestra cancillería y sacar toda la basura acumulada por
estos lustros, empezando por ese personal delincuencial y amateur que el
chavismo colocó en nuestras representaciones diplomáticas, organismos y foros
internacionales.
Todas las cuentas
bancarias que nuestro país y sus órganos públicos tienen en el extranjero deben
ser auditadas para saber con que contamos y como ha sido el gasto corriente,
hay que descubrir quienes manejan los fondos que nutren nuestro presupuesto,
quienes son las firmas autorizadas y quienes reciben la información de estas
cuentas, sabemos que el chavismo ha fabricado una extensa red de ingeniería
financiera para ocultar desfalcos y negocios turbios, debemos en lo posible
preservar la evidencia y detener su operatividad.
Debemos estar al
tanto de todas las operaciones de endeudamiento, venta de activos, compras que
se estén realizando en nombre de la república, hay que volver a canalizar hacia
la Asamblea Nacional todos los controles institucionales, para hacer de
conocimiento público aquellas operaciones financieras entre gobiernos, que
pudieran afectar el patrimonio de la nación, principalmente lo referente a la
compra de alimentos, medicina y material militar, hay que volver a exigir los
procesos de licitación en estas operaciones.
Es importante traer a
la luz de la opinión pública los esfuerzos secretos que desde el BCV se están
haciendo para capitalizar nuestras reservas minerales estratégicas, otras que
el petróleo, para certificarlas y ponerlas bajo un paraguas de empresas y
corporaciones en las que personeros del chavismo se están asignando importantes
porcentajes de participación, para tratar de venderlas como future commodities,
en los mercados de alto riesgo que manejan los capitales buitres.
Hay que hacer una
profunda revisión de los contratos y convenios que tenga el país en materia de
comunicaciones (hay que ponerle el ojo a Telesur y su red de corresponsalía
internacional, los convenios de telefonía, internet y data con Cuba, la
membrecía del país en tantas organizaciones internacionales de carácter filo
comunistas, en realidad se trata de una extensa red de espionaje al servicio de
causas extranjeras que tiene contactos hasta con ISIS, el estado islámico),
representaciones en juicios y arbitrajes, contratación de lobby, firmas de
relaciones públicas, asesorías especiales y asistencia legal para juicios en el
extranjero.
Tenemos que
informarnos sobre las cuentas e instituciones que se encuentren bajo
investigación criminal por uso fraudulentos de fondos, lavado de dinero y otras
operaciones ilícitas, debemos pedir, como gobierno, información a los bancos
ubicados en paraísos fiscales de cuentas a nombre de instituciones públicas o
donde el gobierno de Venezuela tenga alguna participación, en todos los juicios
en proceso, arbitrajes y negociaciones en curso, donde la república se
encuentre demandada, en juicio o en pendientes por alguna resolución debemos
pedir un período de espera, para que las nuevas autoridades de la Asamblea
Nacional se empapen de la situación.
Hay que hacer un
inventario de todas las aeronaves, barcos, vehículos, de uso civil, comercial o
militar que se encuentren en el extranjero operando bajo permisos, en
reparación, que hayan sido prestados, arrendados o se encuentren bajo medidas
judiciales (se sorprenderán cuántas de estas unidades están comprometidas con
el narcotráfico).
Hay que detener todas
las donaciones, ayudas, convenios que impliquen desembolsos mayores o continuos
en el tiempo, bien se de dinero o petróleo a instituciones o gobiernos
extranjeros hasta que sean revisados por la nueva Asamblea Nacional.
La soberanía del
país, entregada por las chavistas al comunismo internacional, debemos
rescatarla e impedir, que factores extranjeros que hasta el momento se han
permitido opinar e inmiscuirse en nuestros asuntos internos, sigan haciéndonos
daño y usándonos para adelantar sus propios intereses.
Debemos ver esta
nueva etapa del país algo muy similar a un estado de post guerra, la
reconstrucción del país empieza cuando hayamos determinado que huesos tenemos
sanos, que herida nos incapacita, si podemos arrastrarnos o mantenernos en pie,
si necesitamos muletas o podemos caminar, hay situaciones que si no son
atendidas de inmediato nos pueden producir daños irreversibles, o debilitarnos
más de lo que estamos, solo conociendo nuestro estado de salud podremos tomar
decisiones inteligentes.
Es importante que el
mundo conozca por nuestra propia palabra en el estado en que nos encontramos y
la ayuda que pudiéramos requerir en este justo momento, es clave para nuestro
proceso de sanación como país que pidamos el apoyo internacional y que la
comunidad internacional sepa que nuestra recuperación va a tomar tiempo. -
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul
Miranda - Venezuela
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