lunes, 7 de diciembre de 2015

JESÚS ALBERTO BARRIOS R., EDITORIAL, NO SE PUEDE DETENER LA ENORME FUERZA DEL CAMBIO

El triunfo de Mauricio Macri en Argentina pone término a 12 años de populismo. Se impuso por la vía electoral un político responsable y capaz, que ha sabido gobernar una de las ciudades más importantes de América Latina: Buenos Aires.

La derrota de Scioli, el documento del secretario general de la OEA  Luis Almagro, dirigido a Tibisay Lucena; la posibilidad de aplicar la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, puso a Maduro a bambalear. En Argentina ganó el cambio, marcó la pauta de una era esperanzadora para Latinoamérica. La esperanza le ganó al poder instaurado en la Casa Rosada en Buenos Aires.

En Venezuela hay motivos para el optimismo, más del 80% de la población quiere cambio. Dentro de pocos días, el próximo domingo 6 de diciembre, es el primer paso para un cambio histórico en el país, se va a decidir el rumbo institucional por el sendero constitucional. Se restablecerán las condiciones para la confianza, con definiciones muy claras de las reglas de juego democrático. El reto de los venezolanos no es la confrontación, sino levantar las banderas de la justicia, de la paz, del Bien Común, del respeto a la dignidad del Ser Humano, ese es el compromiso histórico…

No saben cómo detener la victoria de la UNIDAD DEMOCRÁTICA, porque la mentira y el engaño del  “proyecto comunistoide”  tienen patas cortas. La realidad es imposible ocultarla, olvidan que el 6 de diciembre todos los venezolanos tenemos la oportunidad de ser legalmente los protagonistas del cambio. Pensaban que con sus jugarretas lograrían sembrar el desaliento, el  miedo y la abstención en algunos sectores de la población, dada la desconfianza que existe en el CNE y en el sistema automatizado.

De allí la importancia que juegan los testigos en cada mesa de votación, quienes han recibido entrenamiento mediante un sistema de capacitación especial en su conocimiento en materia  electoral para garantizar el secreto y la defensa del voto.

Por eso el gobierno intimida a los funcionarios públicos y amenaza  con salir a la calle con violencia en el caso de perder las elecciones; esgrimieron argumentos para dudar de la eficiencia del voto como herramienta de cambio político: buscaron artificialmente construir una imagen de fortaleza, justamente en el momento en que los indicadores económicos revelan que la situación está peor que nunca. El gobierno controla “por ahora” el poder pero no puede detener la enorme fuerza del cambio.

Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob

Carabobo - Venezuela

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