Por el oriente del país nos hemos dedicado, desde un
movimiento político y social llamado Anzplural (AP), a exigir la RENUNCIA del
Presidente Maduro. La necesidad de cambiar este desgobierno es tal, que además
vamos apoyar todas las vías que los partidos políticos o mesa de la unidad
democrática (MUD) señalen. De tal manera que si hay que apoyar la enmienda
constitucional, la apoyamos, si hay que recoger firmas para el revocatorio o
constituyente, como poder originario, las recogemos.
En este movimiento
político consideramos que la vía de la constituyente es el espacio para la
reconciliación nacional, pero que necesita el apoyo de los factores políticos
que pareciera que están más pendientes de cuidar espacios de poder que pensando
en el sufrimiento de las familias venezolanas. Pero bueno, lo que está en
nuestras manos es el tema de la RENUNCIA, que la podemos exigir en cada calle,
en cada casa y en cada esquina, para que se vaya generando confianza en la
población de que es una exigencia sincera y ciudadana.
Sin embargo, la gente dice: “dictador no renuncia”, “ya
Diosdao dijo que Maduro no iba a renunciar”… y así. La historia nos da señales
en este sentido importantes, como el caso de Jorge Serrano Elías, en 1993, en
Guatemala, quien renuncia por la presión internacional y del Tribunal
Constitucional de su país, después dar un autogolpe de Estado; en Paraguay Raúl
Cubas, el 28 de marzo de 1999, renunció
antes de que el congreso se pronunciara sobre su juicio político, después de
meses de conflicto abierto con los poderes legislativo; en Argentina Fernando
de la Rúa, renunció en medio de un estallido social producto de la grave
situación económica; en Bolivia el 17 de octubre de 2003, Gonzalo Sánchez de Lozada dimite y abandona el país
en medio de protestas, lo sustituye Carlos Mesa, quien, a su vez, tras semanas
de protestas, incluida una huelga general, en demanda de la nacionalización de
los yacimientos de petróleo y gas natural, es relevado por el entonces Presidente de la Corte Suprema Eduardo
Rodríguez Veltzé; ninguno de estos ilustres renunciados había dicho que se iba
y menos sus aliados mostraron ningún tipo de debilidad antes de tomar la
decisión. Como tampoco mostró debilidad Richard Nixon cuando renunció por el
escándalo Watergate. El caso más
parecido al de nosotros es el del Brasilero Fernando Collo de Melo, que el 29
de diciembre de 1992, dimite cuando el
Senado iniciaba el procedimiento para su destitución; por efecto de una
política de controles de precios y salarios, engranaje de corrupción y tráfico
de influencia, en el marco de las recetas neoliberales del Fondo Monetario
Internacional, que produjo desequilibrio fiscal y una hiperinflación de
proporciones desorbitantes, como la nuestra.
Entonces, todo es posible bajo el sol.
La RENUNCIA puede ser una realidad. Por ello invito a la sociedad venezolana hacer
lo que nos corresponde como sociedad: EXIGIR LA RENUNCIA DEL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA, por su incapacidad para resolver la profunda crisis que padecemos
todos.
Carlota Salazar
Calderón
Carlotasc@gmail.com
prensaanzoplural1@gmail.com
@carlotasalazar
Anzoategui Plural
Anzoategui -
Venezuela
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