VERDADES DOLOROSAS
En Venezuela, la súper devaluación provocada adrede por la
dictadura nefasta que nos desgobierna, ha distorsionado los indicadores
sociales de manera alarmante. El análisis numérico indica, que 80 por ciento de
las familias se encuentran con limitaciones para adquirir la canasta
alimentaria, y por ello son consideradas como pobres. Más preocupante es que
los niveles de pobreza extrema (marginalidad) se han incrementado de tal
manera, que por primera vez en el país, un importante número de habitantes está
comiendo basura.
Se puede
asegurar que sólo el 30 por ciento de la población es verdaderamente
productiva, mientras que el 70 por ciento restante subsiste con salarios
mínimos, trabajo informal o de las migajas que el gobierno populista le regala
en forma de misiones y otras ayudas sociales, transformándolos así, en un peso
muerto para el país. No pagan impuestos ni contribuyen al progreso, simplemente
vegetan y se reproducen pero aportan votos.
De estos, el 42 por ciento constituyen la marginalidad, que
no sólo no produce, sino que necesita de ayuda oficial permanente para
subsistir, al tiempo que son caldo de cultivo para la delincuencia, que ahora
ha tomado caracteres alarmantes con la formación de la bandas de niños
criminales. Por desgracia, se hace muy difícil salir de la marginalidad porque
son el producto del incesto, la promiscuidad, la desnutrición. la violencia y
llevan el rancho muy arraigado por dentro.
Toda esta situación fue aprovechada por el asesino Fidel,
su hijo putativo Chávez, y continuada por Maduro, los cuales, sistemáticamente
han acabado con la producción privada y la nacional, porque como decía el
barbudo, si existe riqueza, “la gente empieza a vivir bien y se acaba el
discurso de la pobreza que es nuestra fuerza; a los pobres hay que mantenerlos
pobres... Si acabamos con la pobreza, pasan a clase media y serán el enemigo a
combatir”.
Y con respecto a la clase media productora, decía: “al que
no le guste la revolución, que se vaya. Hágaselo difícil pero ábrale unas
puertas”, y es lo que ha pasado con la fuga masiva de la fuerza trabajadora y
creativa nacional. Y para los pobres, “pan y circo todo el tiempo” a fuerza de
misiones, CLAP y tarjeta de racionamiento. Que oiga quien tiene oídos…
Ernesto Garcia Mac Gregor
garciamacgregor@gmail.com
@garciamacgregor
Zulia - Venezuela
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