jueves, 30 de marzo de 2017

LUIS GARRIDO, COSTOSO ERROR

HABLA LA CONCIENCIA

Admitimos la pretensión de imaginarnos que la aceptación de la "validación" de los partidos políticos impuesta por el Consejo Electoral era la oportunidad de lanzar el guante  para cazar una confrontación que  -aunque pacífica-  le agregaba el complemento que está haciendo falta -en medio de tanto pesimismo- para superar estos simples escarceos, donde quien ha llevado la mayor ventaja ha sido precisamente el gobierno.  Serán maneras de interpretar la lucha, pero nos parece que 18 años son más que suficiente para reflexionar sobre lo acontecido en nuestro país bajo la imposición de un modelo político cargado de desaciertos, donde ha sido el pueblo quien ha llevado el peso de los mayores sufrimientos. No encontramos correspondencia entre las palabras y los hechos;  le damos calor al debate,  pero al final terminamos "bailando al son que nos tocan". 

¿Qué cuenta sacamos en eso de validar?   ¿Acaso no le estamos lavando el rostro a la dictadura con ese disfraz democrático  de respeto a la institucionalidad partidista?    Estamos en presencia de un régimen temible e incompetente, pero totalmente dispuesto a reprimir y destruir por completo al país;  un gobierno cuyo aval democrático ha quedado tatuado en las paredes carcelarias y ha traspasado más allá de nuestras fronteras la ausencia de sus hogares de quienes disintieron de la aberración de este modelo socialista.    No siempre hemos compartido los argumentos que muy calificados voceros expresan en referencia a la forma como se ha conducido el debate opositor contra el régimen pero, analizándolo fríamente: cuántas decepciones se han sembrado en una población que espera tanto de sus líderes. 

 En  nuestra memoria estremecen errores que aun cuando pudieron servirnos de enseñanza, ha sido poco lo que aprendimos.  Digamos que con la mente puesta en otros intereses le dimos aliento a lo que queda de este gobierno, que si se mantiene de píe es porque no ha habido una vocería que impacte en las masas,  que más que diálogos, acercamientos o coincidencias políticas, lo que quiere es la calle como lo contempla el Articulo 350 de la Constitución.  Duro es decirlo, pero en la  validación de los partidos hubo otras motivaciones donde los cálculos personales sobresalieron.  Partidos grandes y pequeños se montaron en la canoa;  ¿cuántos saldrán con vida en la hora de la creciente?     


En política se debería actuar con sensatez.  Los líderes  prefirieron irse cada uno por su lado antes  que conformar una fuerza de la mano del pueblo.   Mientras los venezolanos se debaten en sus angustias, sintiéndose cada día más ahogados por las tenazas de la dictadura, la dirigencia política se rindió temerosa de que el gobierno determinara la desaparición  de cada partido.  

Costoso error.  

Luis Garrido
luirgarr@hotmail.com
@luirgarr
Carabobo - Venezuela   

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