El debate entre Scioli y Macri
aparentemente no cambió las expectativas referentes a la situción política y
económica de Argentina a partir del cambio de gobierno. En lo que se refiere
a quien ganará las próximas elecciones
tampoco parece haber cambiado las expectativas que surgen de las últimas
encuestas, que dan una ventaja de 8 puntos a Macri. Los candidatos en el mejor
de los casos cuando no se atacaron personalmente, se refirieron en general a
los fines pero no a los medios para
alcanzarlos. Y los medios no son otros que la política a seguir y que implica
la verdadera alternativa económica y politica que enfrentamos.
El planteo de que el próximo presidente va
a enfrentar una peligrosa situación de desequilibrio económico parece ignorar
que la problemática que se enfrentará es la que hoy ya existe y el gobierno se
empeña en ignorar. Consecuentemente se resiste a cambiar la política económica
que ha llevado a Argentina a enfrentar la presente depresión e inflación
(Stagflation). En ese sentido el primer
paso a seguir es restaurar la seguridad jurídica que implica el cumplimiento de
los principios y derechos que garantiza la Constitución Nacional. Para ello se
requiere indefectiblemente la separación de los poderes y fundamentalmente la
independencia del poder judicial, que como dijera el juez Marshall es el
encargado de decir que es la ley de conformidad con la Constitución. Todo
parece indicar que ya la mera expectativa de que Macrí ganará el próximo
balotage, se ha manifestado en la actitud de los mercados al respecto.
Ya debiéramos saber que la democracia
mayoritaria tal como lo había previsto Aristóteles podía demagógicamente
derivar en una dictadura. Y al respecto dijo: “Tan pronto como el pueblo se
hace monarca, viola la ley y se hace déspota. Desde entonces los admiradores
del pueblo tienen un gran partido”. Ese fue el proceso que derivó en el
fascismo de Mussolini y el nazismo de Hitler. Evidentemente en esa misma tendencia
se produjo el peronismo en Argentina que destruyó el sistema ético político que
a partir de la Constitución de 1853-60, la llevara por las cimas de la
historia. Y al respecto vale recordar las palabras de Ayn Rand: “La noción
tribal del bien común ha sido la justificación moral de la mayoría de los
sistemas sociales y y de todas las tiranías en la historia”. Por supuesto
cuando los derechos son del pueblo, se violan impunemnte los derechos
individuales que constituyen la garantía de la libertad.
La limitación del poder político es el fundamento de la libertad. Y por supuesto el otro principio fundamental es que las mayorías no tienen derecho a violar los derechos de las minorías. Ese es el reino del sistema iniciado por Inglaterra y llevado a sus últimas consecuencias por los Founding Fathers en Estados Unidos a patir de la Constitución de 1787. Así se reconoció la naturalza humana y tal como dijo Locke, los monarcas también son hombres. Y el gobierno tal como lo reconociera Madison es una administración de hombres sobre hombres, por ello es imprescindible que pueda controlarse a si mismo. Por ello el problema no es la institución sino de cual es la institución. Esto es el reconocimiento de lo previsto también por Locke: “Lo que importa no es la ley, sino que ley”. Y al respecto Von Hayek escribió: “No es lo mismo una ley que regula el tránsito que una que una que nos dice a donde debemos ir”.
En ese sentido voy a insistir que en que la
causa tanto de la inflación como de la depresión ha sido el aumento inusitado
del gasto público. Entre el año 2002 y el 2014, el gasto público aumento a la
tasa del 33% por año. Consecuentemente paso de un 24% del PBI al 53% del PBI. Una prueba adicional
a que fue el gasto y no la expansión monetaria el factor determinante de la
inflación lo muestra el hecho que la expansión monetaria en el período
considero fue de 26% por año. Y en ese sentido debemos recordar que si se
controla la cantidad de dinero y sube la tasa de interes por encima de la tasa
de retorno del capital el sistema quiebra.
Tal como aconteció en Argentina con la 1050 y en Chile a principio de los ochenta.
Por tanto la primera premisa para corregir
el desequilibio económico presente pasa inoxerablemente por la reduccion del
gasto público. Y como ya he dicho en anteriores oportunidades en una primera
instancia se requiere hacerlo en términos reales. Asi reduciendo, los mpuestos
habrá más inversión y producción. Consecuentemente aumentará la demanda y se
crearán mas empleos que deberan sustituir los excesos presentes en el sector
púlico. Las útimas noticias muestran ya que el anuncio de Macri de que
eliminaría las retenciones habría tenido un efecto sobre la decisión del campo
de sembrar 700.000 hectáreas más. Este proceso tenrá igualmente un impacto
favorable para reducir el elevado nivel de inflación que se padece.
El otro efecto impositivo es el elevado
nivel que alcnza la tasa del impuesto a las ganancias. Dado que no se permite
la revaluación de los activos, la tasa del impuesto en términos reales alcanza
a más del 50%. Ello implica una reducción en la inversión. Por tanto otra
medida a adoptar es permitir la revaluación de los activos de conformidad con
la tasa de inflación. Demás está decir que el actual nivel de la tasa de
impuesto a las ganancias constituye de facto una violación de derecho de
propiedad que garantiza la Constitución, y asimismo de la ley que establece que
la tasa es 35%.
La otra decisión a tomar es la liberación del mercado de cambio. Ya debiéramos saber que el llamado cepo cambiario
constituye una violación de los artículos 14, 17 y 19 de la Constitución
Nacional. En este sentido quiero destacar que el artículo 19 de la Constitución
implica un reconocimiento implícito del derecho a la busqued de la felicidad. Ese
tal como lo reconociere John Locke es el princupio fundamental de la libertad,
pues reconoce que los intereses privados no son contrarios perse al denominado
interés general. Ese es el princio de la mano invisile que reconociera Adam
Smith duando dijo: “El individuo en la búsqueda de su propio interé hace mas
bien a la sociedad que aquellos que petenden actuar por el bien público”. Hoy
ese principio se desconoce en nomre de la falacia de la igualdad.
Volviendo ntonces al orden económico la
revaluación del peso constiyuye otro factor determinante de la reducción de
nuestras exportaciones y por consiguiente la caída en el superávit comercial.
De acuerdo a nuestras estimaciones la revaluación del peso con respecto al
dólar alcanza al 42%. Es decir que hemos vuelto a la situación del 2002. Al
respecto ya Macri anunció que eliminaría el cepo cambiario y en el debate con Scioli manifestó que este
gobierno a partir del 2007 había sido el que más había devaluado. Debo añadir
que la mayor devaluación se produjo a su llegada cuando alcanzó inicialmente al
400% y después el mercado la redujo al 300%.
Existe la teoría de que la liberalización
del tipo de cambio habría de producir mayor inflación y se ignora que la
relacion de causalidad es la inversa. Es la inflacion la que determina la
necesidad de la devaluación. El equilibrio del tipo de cambio es un requisito
sine qua non para para mantner el nivel de las exportaciones. Y
consecuentemente eliminar las crecientes restricciones impuestas a las
importaciones. Por supuesto no existe una política que permita reducir la
inflación de la noche a la mañana. Lo que hay que tener en cuenta en la
actualidad es que la causa de la inflación es el nivel y así como la
improductividad del gasto público. La expansión monetaria que ha tenido lugar
ha sido la consecuencia de ese hecho. Por tanto insisto todo intento de
eliminar la inflación pasa inexorablemente por la reducción del gasto público.
Y más aun todo intento de recuperar la actividad económica requiere la
reducción del gasto y la reducción de los actuales nivels de impuestos.
Armando Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3
Argentina
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