Los cambios geopolíticos
derivados de la caída del Muro de Berlín y del auge de la Globalización,
trajeron como consecuencia la formulación
de un nuevo pensamiento militar
en numerosas fuerzas armadas a nivel mundial. En el caso venezolano se
instituyó la Doctrina Militar Bolivariana, estableciéndose tres lineamientos
estratégicos: el fortalecimiento del poder militar de la Nación, la
profundización de la unidad cívico militar y la participación popular en las
tareas de la defensa nacional. En concordancia con estos tres lineamientos se modificó la macro estructura
de la organización militar transformando las Fuerzas Armadas Nacionales en Fuerza Armada Nacional, se asignaron responsabilidades en materia de seguridad de la Nación al
Estado y a la Sociedad Civil y se establecieron tres
funciones específicas para la Institución Armada: garantizar la independencia y
soberanía de la Nación, asegurando la integridad del espacio geográfico
mediante la defensa militar; cooperar en el mantenimiento del orden interno; y
participar en el desarrollo nacional.
Hasta aquí estas transformaciones parecían aceptables y bien orientadas. Los estudios para diseñar una nueva doctrina
militar se iniciaron durante un taller presidido por Hugo Chávez durante los
días 12 y 13 de noviembre de 2004. Allí expuso su tesis de que el nuevo
pensamiento militar debería tomar en cuenta las experiencias de Bolívar,
Miranda, Guaicaipuro, Sucre y Zamora, estudiar las experiencias de la lucha
guerrillera para enfrentar la posibilidad de un conflicto similar a la Guerra
de Iraq como consecuencia de una intervención militar de los Estados Unidos.
Consideró acertada la estrategia propuesta por José Antonio Páez, ante una
posible invasión de la Santa Alianza, de establecer una línea de defensa en
profundidad. También propuso como objetivo estratégico fundamental la incorporación del pueblo a la defensa
nacional. En el mes de abril del año 2005, un nuevo foro organizado por la
comandancia del Ejército analizó los fundamentos teóricos de la Guerra de
Cuarta Generación y de la Guerra Asimétrica.
El resultado de ese análisis impulsó el desarrollo de nuevos principios
de empleo de la Fuerza Armada. Inicialmente se utilizaron los conceptos que sustentan a la Guerra de Cuarta
Generación y a la Guerra Asimétrica. Sin embargo, los principios que sustentan
la Guerra de Cuarta Generación no fueron suficientemente considerados en la
revisión de nuestro pensamiento militar por considerar que habían sido
concebidos por los Estados Unidos. Al
contrario se aceptó a la Guerra Asimétrica como premisa fundamental para
orientar la nueva doctrina militar, entendiéndose esta concepción como la respuesta de uno de los actores en la
guerra frente a un oponente de mayor capacidad militar, sin enfatizar en la
búsqueda de una paridad de fuerzas, sino en el empleo de tácticas no
convencionales. La Guerra Asimétrica tendría carácter defensivo para resistir y
repeler una invasión que superaría la capacidad militar de la Fuerza Armada
mediante la utilización de todo el pueblo en acciones de resistencia.
. La guerra de Tercera
Generación se caracteriza por ser una guerra de maniobra en la que se trata de
neutralizar la potencia del enemigo
mediante la búsqueda de
debilidades en su dispositivo para aplicar
sobre ellas la potencia propia consiguiendo de esta manera anular su
capacidad operativa. En la defensa, se intenta atraer al enemigo hacia el
interior para aislarlo y destruirlo. La guerra de Cuarta Generación corresponde
a lo que actualmente se identifica como la guerra del futuro, donde la
ampliación del campo de batalla se dispersa en la totalidad de la sociedad
enemiga y en la que las acciones tácticas son conducidas por pequeños grupos de
rápida actuación. Es de gran importancia
su capacidad de subsistencia por
sus propios medios en el espacio donde
van a operar. Esto permitiría a un pequeño número de combatientes atacar y
causar un gran daño a elementos importantes en la retaguardia enemiga. Este
hecho rompe el esquema tradicional del
conflicto al disminuir el nivel operacional.
En definitiva, la concepción chavista de la Defensa Nacional se orientó
por los principios de la Guerra Asimétrica al considerar, sin fundamento
alguno, a los Estados Unidos como el enemigo potencial de Venezuela y no
evaluar nuestras verdaderas hipótesis de conflicto y la multiplicidad de amenazas existentes en contra de nuestra
soberanía y estabilidad social. La tradicional doctrina militar venezolana
estaba orientada por los principios de la Guerra de Tercera Generación y buscaba
darle respuesta a estas hipótesis de conflicto
y a las reales amenazas de nuestra sociedad. Es absurdo pensar que una Fuerza Armada puede
transformarse en corto tiempo, sin existir verdaderas causas, de una estructura
militar orientada a una Guerra de Tercera Generación a una capaz de enfrentar una Guerra Asimétrica con sólo haber creado las
Milicias Bolivarianas e insistir en una campaña de propaganda con la bandera de
la unión cívico militar. Cuestionar esta concepción de la defensa nacional
debería ser un permanente reto para las nuevas generaciones militares. Es el
único camino posible para recuperar el profesionalismo militar y restablecer la
institucionalidad de la Fuerza Armada.
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich
Caracas - Venezuela
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