lunes, 23 de noviembre de 2015

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, MADURO DEBE RENUNCIAR

Están dadas las condiciones para ponerle punto final a la tragedia que vive Venezuela desde hace casi dos décadas. Las elecciones parlamentarias del próximo 6D no servirán para cambiar al poder ejecutivo, pero serán una extraordinaria manifestación de la voluntad de cambio de un pueblo harto, golpeado como nunca antes en la historia del país. Esa actitud es irreversible. No podrán modificarla con amenazas, ni con la represión activa contra los sectores democráticos incluidos los medios de comunicación social.

Los escándalos se multiplican en todas las actividades de la vida nacional. Ahora la corrupción derivada del narcotráfico, toca a las puertas de la pareja presidencial. Crecen certezas y dudas con relación al alcance de los tentáculos que controlan el tráfico ilegal de drogas, el lavado de dinero sucio y las estructuras del crimen organizado, cada día más a la vista de propios y extraños. Las responsabilidades fundamentales se ubican en las cabezas de eso que llaman el alto gobierno cívico-militar de la revolución. El silencio se interrumpe brevemente para declarar sandeces que pretenden ignorar la gravedad de los hechos que en este momento procesan las autoridades judiciales de Estados Unidos.
Están dadas todas las condiciones para acelerar el cambio necesario. Nicolás Maduro le prestaría un gran servicio a la nación renunciando a un cargo que le ha quedado demasiado grande y abriría la puerta a un proceso de transición que, dicho sea de paso, ya empezó. Debe mirar a su alrededor. Contemplará como el camino de la deserción está siendo transitado por algunos de los más importantes figurones del régimen que aspiran estar a buen resguardo cuando el cambio se concrete. Si amplía la mirada observará la profunda decepción de la gente común. Mientras más pobre más resentimiento encontrará en este pueblo que no aguanta más.
Venezuela tiene proyectos, planes e ideas concretas para la reconstrucción nacional en todas las áreas. También tiene los hombres y mujeres indispensables para la tarea. El régimen lo sabe. Por eso arremete con todo contra el gran reservorio humano con son las universidades nacionales autónomas, públicas y privadas. En ellas está casi todo lo necesario. Por algo han sido territorio vedado para el oficialismo, vanguardia de la libertad y de los principios fundamentales de la democracia.
El régimen también tiene que saber que en las fuerzas armadas de hoy, hay gente para todos los gustos y suficientes armas al servicio exclusivo de la Constitución.
Oswaldo Álvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz

Desde El Puente Rafael Urdaneta

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