lunes, 23 de noviembre de 2015

MALÚ KIKUCHI, CONJUGANDO EL VERBO TENER, DESDE ARGENTINA

Volviendo a la primaria, que aunque tiene que ver con las primarias electorales, es volver a la escuela primaria, recordada y añorada. Eran tiempo de problemas terribles como las divisiones, y de locas alegrías al escuchar la campana del recreo. Tiempos pasados.

Aún así, conjuguemos el verbo tener, verbo con tantas acepciones que casi le cabe cualquiera. Tener es un verbo de la 2° conjugación, regular y fácil. Su significado según el DRAE es, asir, o mantener asido algo y también poseer, tener algo en su poder.

Busquemos sinónimos, son muchos: disponer, contar, sujetar, aguantar, agarrar, ceñir, contener, conservar, disponer, usar y más. En el presente del indicativo, 1° persona del plural, podemos decir, hoy sábado 21/11/2015, “nosotros tenemos a Cristina presidente”, ¿o ella nos tiene?. Y casi todos los sinónimos le caben.

Mañana, domingo 22/11, ya de noche, podremos usar el pretérito indefinido del indicativo y decir con el mayestático “nos”, que sólo puede usar la ciudadanía:”nosotros tuvimos de presidente a Cristina”. Depende del pésimo sistema electoral argentino.

Depende de los telegramas, del correo, de INDRA, y de la buena o mala voluntad del director de la Dirección Nacional Electoral, Alejandro Tullio y del ministro de Justicia y DDHH, Julio Alak.

Ambos en las elecciones previas del 25/10/2015, dejaron ver los primeros resultados oficiales a las 24 hs, 06´, del 26/10, cuando la  española INDRA, encargada del conteo, ya tenía subido más del 63% de los votos. ¿Orden de Cristina?

Votos que obviamente no eran favorables al gobierno. Porque en este curioso país nuestro, las elecciones, altar de la voluntad popular, son controladas por el poder ejecutivo nacional a través de su ministerio de justicia y DDHH. No es un sistema demasiado tranquilizador para la oposición, sea esta la que fuese.

Es algo así como el zorro cuidando el gallinero. Claro que cuando la gente se expresa sobre el hartazgo de 12 años y 6 meses y alienta  la esperanza de algo distinto, es difícil mentir. En las últimas elecciones, insistimos: ¿tardar fue una orden de Cristina?

Quizás la presidente esperara un vuelco en los resultados. Difícil con el 63% contabilizado. Quizás a ella, como al resto del país, le fuera difícil creer que Caperucita Roja, María Eugenia Vidal, se había comido al lobo feroz, Aníbal Fernández, en el bastión del PJ, la inviable provincia de Buenos Aires. Pero sucedió.

Ganó Cambiemos con la esperanza de que algo cambie en Argentina después de ese triunfo. También perdieron varios barones del conurbano, de esos que estaban pegados con epoxis a sus asientos. Todo un cambio en serio. En estas elecciones de mañana, contar votos es fácil, o es Macri o es Scioli, dos boletas.

Sólo dos boletas, dos papeles con cuatro fotos de cuatro personas, sólo eso. Y sin embargo, en esos dos papeles se dirime la suerte de una nación. El futuro de 40 millones de argentinos. Depende de cuantas boletas elijan Scioli o Macri. Sabemos que con cualquiera de los dos, vamos a tener otro país.

Eran dialoguistas, conciliadores, tranquilos. Eran, uno de ellos desde la última elección adoptó los modales desagradables de su jefa. Los últimos resultados no le cayeron bien. No sabemos si la agresividad y el ataque permanente a Macri le darán buen o mal resultado, o no incidirán en la votación. Mientras, volvamos a conjugar.

Mañana por la noche, esperemos que no demasiado tarde, seguros que cualquiera de los dos deberá “sincerar” la economía, o sea devaluar; que cualquiera de los dos deberá regularizar y priorizar las RREE del país, tratando que éste vuelva a ser una nación normal, que ninguno de los dos es Demóstenes y no nos taladrará los oídos con condenas nacionales.

Estamos seguros porque *”cualquier verdad ignorada urde su venganza”, y lo que deba suceder, sucederá. Los dos lo saben. Uno lo dice, el otro lo esconde. Estrategias políticas, dicen. También se las pueden llamar, mentiras. Pero esa palabra en política suena mal. No se la dice, sólo se la usa.

Mañana por la noche, no muy tarde, conjugaremos en el presente del subjuntivo: “¡que tengamos un país mejor!” El cambio se impone. *”Alea jacta est”


*Frase de José Ortega y Gasset.

*“La suerte está echada”, frase atribuida a Julio César a su regreso de las Galias, antes de cruzar el Rubicón con su ejército, algo prohibido por la República Romana.

Malu Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi
Argentina


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