Volviendo a la primaria, que aunque tiene que ver con las primarias
electorales, es volver a la escuela primaria, recordada y añorada. Eran tiempo
de problemas terribles como las divisiones, y de locas alegrías al escuchar la
campana del recreo. Tiempos pasados.
Aún así, conjuguemos el verbo tener, verbo con tantas acepciones que
casi le cabe cualquiera. Tener es un verbo de la 2° conjugación, regular y
fácil. Su significado según el DRAE es, asir, o mantener asido algo y también
poseer, tener algo en su poder.
Busquemos sinónimos, son muchos: disponer, contar, sujetar, aguantar,
agarrar, ceñir, contener, conservar, disponer, usar y más. En el presente del
indicativo, 1° persona del plural, podemos decir, hoy sábado 21/11/2015,
“nosotros tenemos a Cristina presidente”, ¿o ella nos tiene?. Y casi todos los
sinónimos le caben.
Mañana, domingo 22/11, ya de noche, podremos usar el pretérito
indefinido del indicativo y decir con el mayestático “nos”, que sólo puede usar
la ciudadanía:”nosotros tuvimos de presidente a Cristina”. Depende del pésimo
sistema electoral argentino.
Depende de los telegramas, del correo, de INDRA, y de la buena o mala
voluntad del director de la Dirección Nacional Electoral, Alejandro Tullio y
del ministro de Justicia y DDHH, Julio Alak.
Ambos en las elecciones previas del 25/10/2015, dejaron ver los primeros
resultados oficiales a las 24 hs, 06´, del 26/10, cuando la española INDRA, encargada del conteo, ya
tenía subido más del 63% de los votos. ¿Orden de Cristina?
Votos que obviamente no eran favorables al gobierno. Porque en este
curioso país nuestro, las elecciones, altar de la voluntad popular, son
controladas por el poder ejecutivo nacional a través de su ministerio de
justicia y DDHH. No es un sistema demasiado tranquilizador para la oposición,
sea esta la que fuese.
Es algo así como el zorro cuidando el gallinero. Claro que cuando la
gente se expresa sobre el hartazgo de 12 años y 6 meses y alienta la esperanza de algo distinto, es difícil
mentir. En las últimas elecciones, insistimos: ¿tardar fue una orden de
Cristina?
Quizás la presidente esperara un vuelco en los resultados. Difícil con
el 63% contabilizado. Quizás a ella, como al resto del país, le fuera difícil
creer que Caperucita Roja, María Eugenia Vidal, se había comido al lobo feroz,
Aníbal Fernández, en el bastión del PJ, la inviable provincia de Buenos Aires.
Pero sucedió.
Ganó Cambiemos con la esperanza de que algo cambie en Argentina después
de ese triunfo. También perdieron varios barones del conurbano, de esos que
estaban pegados con epoxis a sus asientos. Todo un cambio en serio. En estas
elecciones de mañana, contar votos es fácil, o es Macri o es Scioli, dos
boletas.
Sólo dos boletas, dos papeles con cuatro fotos de cuatro personas, sólo
eso. Y sin embargo, en esos dos papeles se dirime la suerte de una nación. El
futuro de 40 millones de argentinos. Depende de cuantas boletas elijan Scioli o
Macri. Sabemos que con cualquiera de los dos, vamos a tener otro país.
Eran dialoguistas, conciliadores, tranquilos. Eran, uno de ellos desde
la última elección adoptó los modales desagradables de su jefa. Los últimos
resultados no le cayeron bien. No sabemos si la agresividad y el ataque
permanente a Macri le darán buen o mal resultado, o no incidirán en la
votación. Mientras, volvamos a conjugar.
Mañana por la noche, esperemos que no demasiado tarde, seguros que
cualquiera de los dos deberá “sincerar” la economía, o sea devaluar; que
cualquiera de los dos deberá regularizar y priorizar las RREE del país,
tratando que éste vuelva a ser una nación normal, que ninguno de los dos es
Demóstenes y no nos taladrará los oídos con condenas nacionales.
Estamos seguros porque *”cualquier verdad ignorada urde su venganza”, y
lo que deba suceder, sucederá. Los dos lo saben. Uno lo dice, el otro lo
esconde. Estrategias políticas, dicen. También se las pueden llamar, mentiras.
Pero esa palabra en política suena mal. No se la dice, sólo se la usa.
Mañana por la noche, no muy tarde, conjugaremos en el presente del
subjuntivo: “¡que tengamos un país mejor!” El cambio se impone. *”Alea jacta
est”
*Frase de José Ortega y Gasset.
*“La suerte está echada”, frase atribuida a Julio César a su regreso de
las Galias, antes de cruzar el Rubicón con su ejército, algo prohibido por la
República Romana.
Malu Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi
Argentina
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