lunes, 23 de noviembre de 2015

ALICIA FREILICH, EL TRUCO DE LOS CIRCUITOS

Trampa mayor. La oposición gana por mayoría numérica absoluta en un 80% del país urbanizado, pero se las ingenian desde hace tiempo para que los estados rurales más lejanos, menos poblados, con  superior  índice de analfabetismo, problemas graves de vías terrestres ,que reciben si acaso el canal de tv oficial  y  ahora están bajo control  castrense  total con el pretexto de que los castos  generales  vigilan el contrabando, zamuros cuidando  carne, esos lugares, quiere decir, la barbarie primitivista retratada  hace casi un siglo por Rómulo Gallegos en su novela más actual Doña Bárbara, son esos precisamente  los que deciden el número de diputados que el régimen lleva o no, a la Asamblea del militarismo  populista. Puerto Ordaz brillaba, hoy toda esa región es fantasmal.

Bolívar, Amazonas, Apure, parte de Zulia y unos estados llaneros, donde comunidades indígenas, mineras, semi agrícolas casi en ruinas, obreros petroleros, del hierro y el aluminio antes en esplendor, ahora hambreados sin futuro, sindicatos ni esperanza, esos, ya indigentes o en vías de tan  humillante estatus,  son escogidos como los entes que votando a un promedio de diez electores  por circuito ganan 1 diputado y sumados esos circuitos alcanzan más de 35 asambleístas que   deciden el futuro nacional  bajo estado de sitio. Las regiones urbanas en cambio, necesitan  un promedio de cien mil votos  por cada circuito  tramposo para elegir un solo diputado.
¿Cómo impedir que un  armado hasta los dientes espíe al humilde votante  del interior que  además se confunde porque también el transparentìsimo CNE colocó juntos, al ladito, la tarjeta gobiernera y la opositora? ¿Cómo evitar que las mesas apartadas de la selva, sin testigos disidentes, firmen actas falsificadas? Las preguntas son muchas, la respuesta es una sola.
Por todos esos miriñaques, trampas del estalinismo en su versión caribeña castrista, usadas en pasados comicios, por eso exactamente y a propósito, hay que votar, pues aunque se logre con dificultad la mayoría simple que nada cambia, y un milagro de varios dioses incluso los de  ninis  conscientes al  fin, permita la mayoría calificada que sí logra sustituir al régimen.
De cualquier modo esta vez el chavismo implosiona políticamente, quedan desnudas como nunca antes sus triquiñuelas y la olla de presión popular estalla cuando menos lo piensen, sucedió con el pèrezjimenismo ganador del plebiscito falsificado y perdedor pocos días después por causas auténticas  del gigantesco rechazo  global.
Es una operación limitada a una zona llena de pus, con mucho uniformado cómplice de la guerrilla  FARC  y otras, pero como en  el país no hay anestesia  local  se  debe  aguantar  despiertos el dolor  para detener  la infección generalizada y  definitiva. Es lo que sucede en este caso. Votar a sabiendas  de que somos víctimas de  viejas artimañas para legitimar su dictadura, impuestas y renovadas  por un reputadìsimo CNE amaestrado por el G2 cubano experto en su isla  donde se vota pero no se elige,  esta vez quedarán claramente retratadas, se pulsa las  teclas del aparato  que  te autorizan para dejar al descubierto cómo, dónde y quién engaña, quiénes mienten como sistema  repetido para  perpetuarse en el poder. Lo que justifica  elegir  cuanto antes un nuevo rector electoral entre otros  cambios urgentes.
A través de asperezas se llega a los astros, dice un anciano lema en latín que en venezolano  común sería Desde los esfuerzos se logra el triunfo y en términos creyentes Dios ayuda a quien madruga y volteado con picardía popular Por mucho madrugar, claro que amanece más temprano.
A la verdad por el error  tituló su aleccionador   libro  biográfico el eminente científico Jaim Weizmann, primer  presidente de Israel.
Nos  toca pues  finalizar este nefasto  ciclo. Es ley de la historia nacional.

Alicia   Freilich
alifrei@hotmail.com
@aliciafreilich

Caracas – Venezuela

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