Unos días antes de la elección del 25/10, en
Merlo, (Bue), muchas personas ocuparon ilegalmente unas 60 ha, vecinas a la
ruta 1003. Se dice que son unas 600 a 2.500 familias, parte de las cuales se
han organizado, han trazado espacios para futuras calles y algo han alambrado.
El electo intendente de Merlo, Gustavo
Menéndez FPV, achaca al actual intendente, Raúl Othacehé FPV (que perdió en las
PASO, después de 24 años en el poder), de embarrarle la cancha, cuestión de
recibir el municipio con un serio problema social.
Othacehé acusa a Menéndez y Menéndez a
Othacehé por la ocupación. ¡Y eso que son del mismo partido! ¿Qué pasaría si en
los demás municipios donde perdieron los barones del conurbano sucediera lo
mismo? Se bordearía un conato de guerra civil.
En Merlo se intenta censar a la gente, para
saber quiénes tienen vivienda y quiénes no. Nada está claro. Porque los ocupas,
antes de correr a tomar esas tierras, en algún lado, vivían. Los punteros en lugares aceptables, el resto
en viviendas precarias. Y aunque estos últimos sean una minoría, el problema de
fondo, es el mismo.
Un problema que se oculta detrás de la
información. Y no importa cuántas familias, ni cuántas hectáreas, ni si es
culpa de Othacehé o de Menéndez o de Magoya; no importa si son 2 familias o 2.500,
el problema real, el que no se mira porque molesta, es la miseria.
La miseria que recorre el país. Que se
enseñorea en todas las provincias, más en algunas que en otras, pero en todas.
Los caminos de tierra, los ranchos sin encalar, festín de vinchucas y del mal
de Chagas que se extiende, las letrinas infames, fuente de infecciones, la
falta de cloacas, de agua potable, de electricidad, las escuelas rurales que
son comedores antes que escuelas: la miseria.
¿Por qué un país privilegiado geográficamente
como lo es Argentina, del trópico al polo, con montañas enormes, ríos inmensos,
tierras fértiles y desérticas, donde cualquier cosa crece y se puede criar
cualquier animal, por qué hay miseria?
Sólo 40 millones de habitantes en un
territorio inmenso, capacidad para producir alimentos para 400 o 500 o 600
millones de personas, ¿por qué hay miseria? Las razones son varias, pero todas
remiten a las políticas del gobierno.
Miserable, que viene del latín, “miser”, quiere decir, desgraciado. En castellano es aquel que no cubre sus necesidades básicas, y siempre está asociado a un concepto negativo: carencia, necesidad, desamparo, infortunio, escasez. La escasez tiene dos vertientes, la de los valores materiales y la de los valores éticos, ambos son miserables, pero de maneras diferentes..
Los miserables sin vivienda, los ocupas,
mandados o no, los que sienten que tienen derecho a una vivienda porque alguien
les habló de derechos y no les mencionó obligaciones, piensan así porque la
pésima educación que recibieron desde el gobierno, se los aseguró.
Ésa es una de las razones de la miseria.
Personas que tienen derechos y no tienen obligaciones. Otra razón es haber
dejado entrar al país a todos los que quisieran hacerlo, sin condiciones de
ninguna clase, algo que no sucede en ningún país serio, y que no sucedía antes
en Argentina. Hoy sobran inmigrantes y falta trabajo.
Una economía que no tuvo una política que incentivara préstamos blandos de parte de los bancos, para que las personas pudieran compra un lote, hacerse una casa, o empezar a pagar en cuotas factibles un departamento. Acercarse al sueño de la vivienda propia.
Hay que sumar un gobierno con una errada
política económica que rechaza inversiones extranjeras (salvo estaciones
militares y swaps chinos), inversiones que generarían trabajo, trabajo que
permitiría que la gente pudiera vivir dignamente. Una fatal política exterior
que alejó a todos los países que no compartían el populismo K.
Y esos países son muy pocos. Se reducen a Venezuela, Nicaragua, Ecuador (hasta por ahí), Irán (petróleo), Cuba ya se vendió a EEUU, y Rusia y China que quieren hacer negocios ventajosos para ellos y no tanto para Argentina. Pecado argentino, no de Rusia, ni de China.
Y después de los más prósperos 10 años de
expansión económica en la historia del país, tenemos miles de miserables, que
buscan techo, algunos buscan trabajo,
todos buscan una vida mejor. Por eso muchos de ellos dejaron sus países y
familias. Hoy son miserables.
¿Qué pasó con los millones y millones de US$
que entraron al país gracias a “la diosa soja”? ¿Dónde están? Es obvio que no
en las truchadas y reiteradas inauguraciones de aeropuertos ya existentes,
hospitales sin insumos, acueductos que no se hicieron, ni rutas, ni gasoductos,
ni obras serias en infraestructura.
Será trabajo del nuevo gobierno, representado
por el poder judicial, a exigencias de los ciudadanos, averiguar qué pasó,
dónde está toda esa enorme cantidad de dinero que entró al país en estos
últimos años. ¿Será verdad que vinieron por todo y se llevaron todo?
No, dejan a los miserables. Los miserables que no cubren sus necesidades básicas, porque otros miserables, escasos de moral, se enriquecieron a expensas de los primeros miserables, los crearon, los multiplicaron, los subsidiaron, esperando tenerlos para siempre de clientes. Un cliente, un voto.
Pero nada es para siempre.
Malu Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi
Argentina
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