La
tradicional salutación de fin de año realizada por Nicolás Maduro, el pasado 12
de diciembre en el patio de honor de la Academia Militar, merece el repudio de
quienes por más de 30 años formamos parte activa de la Fuerza Armada Nacional.
Su discurso ante los efectivos militares,
sólo tuvo un objetivo: tratar de
justificar la impactante derrota electoral sufrida por el régimen
chavista en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. En lugar de
orientar sus palabras a planteamientos de interés para sus integrantes y para
la Fuerza Armada, con respuestas bien reflexionadas a los tradicionales problemas de la Organización Militar, se
dedicó a inventar un sinnúmero de supuestas amenazas a nuestra soberanía para tratar de explicar, de esa manera, el fracaso oficialista en las
elecciones parlamentarias y la tragedia que vive nuestro pueblo como
consecuencia de su desastroso gobierno. Además, utilizó la historia de la
Fuerza Armada, de una manera distorsionada y calumniosa, para confundir a las
nuevas generaciones militares y comprometer aún más su prestigio
institucional En mí próximo artículo
desarrollaré ampliamente este tema,
respondiendo como corresponde a tan insidiosas mentiras.
Lo más grave de ese discurso, fue la acusación que
se hizo a esa supuesta derecha burguesa de ser traidores a la Patria, ya que en
realidad ese señalamiento fue dirigido directamente a los diputados de la
Asamblea Nacional, recientemente electos soberanamente por el voto popular de
los venezolanos, al querer vincularlos, sin ninguna justificación, en una
supuesta guerra no convencional dirigida desde los Estados Unidos para
comprometer la soberanía nacional. Esa inaceptable manipulación lo que busca es
incitar a la Fuerza Armada a ejecutar un
golpe de Estado contra la futura Asamblea Nacional, o intimidar a la mayoría parlamentaria para que no se
atreva a modificar, si lo considera conveniente, cualquier instrumento legal
que según el criterio del régimen contraríe sus intereses políticos. Los
miembros de la Fuerza Armada Nacional deben reflexionar profundamente sobre
esta situación. La Asamblea Nacional constituye un poder del Estado, al cual la
Institución Armada debe respeto, reconocimiento, protección y garantía para su
funcionamiento. No olviden el duro juicio que hace la historia de la figura de José Tadeo Monagas por haber
permitido el asalto al Congreso Nacional en 1848. Además, no es posible aceptar que una simple
derrota electoral conduzca a Venezuela a
un delicado enfrentamiento nacional que puede comprometer la paz de la
República y la estabilidad de sus instituciones.
Esta
reflexión no es sencilla. Exige de una gran madurez institucional de los mandos
y de los cuadros militares. El enfrentamiento entre la Asamblea Nacional y los
demás poderes públicos ya empezó a materializarse. El atrevimiento del actual
parlamento de juramentar una supuesta e inconstitucional Asamblea Comunal
y reemplazar de igual manera un número
importante de magistrados del Tribunal Supremo son sólo las primeras
acciones. Ante tan compleja situación,
¿cuál debe ser la actuación de la Institución Armada? Su obligación es
transformarse en un factor de moderación, tal como lo fue durante la noche de
las elecciones parlamentarias. En caso, de
que el régimen madurista decida enfrentar a la Asamblea Nacional
tratando de desconocer sus funciones constitucionales, la Fuerza Armada
Nacional debe acogerse al exacto contenido de la Constitución Nacional de 1999,
ignorando ese conjunto de leyes marcadamente inconstitucionales que fueron aprobadas
mediante el uso y abuso de las leyes habilitantes. Estoy seguro, que más de un
jurista, con intereses ideológicos afines al gobierno, tratará de influir en
los integrantes de la Fuerza Armada
Nacional manteniendo la tesis del valor constitucional de las decisiones del
Tribunal Supremo de Justicia por ser Venezuela un estado de derecho.
Los cuadros militares no pueden aceptar esa
leguleya posición, ya que es ampliamente conocido por nuestro pueblo que el
sistema judicial, durante estos dieciséis años, ha sido constituido y utilizado
exclusivamente para satisfacer los intereses políticos del poder Ejecutivo. Por
ello, en caso de tener que tomar alguna decisión, mis compañeros de armas
tendrán que valorar con precisión en que poder reside realmente la voluntad
popular: los venezolanos no tenemos la menor duda, y creo que ellos tampoco la
tendrán, en reconocer que la voluntad popular se encuentra representada por la
Asamblea Nacional. En esa valoración se debe ser objetivo y firme, y mucho más
cuando sus miembros han sido electos recientemente mediante unas elecciones
universales, directas y secretas, en la cual asistieron a votar el 74, 17 % del
padrón electoral, obteniendo la oposición política al régimen madurista una
sólida mayoría del 56,2 % en comparación con el escuálido resultado de la votación oficialista que apenas alcanzó el
40,8 %. Esos resultados son la mejor demostración del sentimiento nacional, del rotundo rechazo
a esta manera de gobernar y a la exigencia de nuestro pueblo al establecimiento
de un régimen verdaderamente democrático que permita la convivencia ciudadana,
el crecimiento económico y el pluralismo político…
Fernando Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich
Caracas - Venezuela
EXCELENTE ANALISIS GRAL. LO FELICITO DESDE LONDRES. CONFIADA EN QUE NUESTRAS FF.AA, SEPAN VALORAR SUS SABIOS CONSEJOS?
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