No hay que engañarse,
el país vive una situación de extrema gravedad, marcada por el vertiginoso
deterioro de la condición de vida de los ciudadanos. El mandato explícito
otorgado a la oposición dándole los 2/3 de la AN, es una demostración del
repudio al modelo vigente y expresión de la urgente necesidad de cambio que
tiene el pueblo.
El régimen no se ha
recuperado aún del coñazo recibido, y su reacción lerda, agresiva, violenta,
refleja su frustración y su incapacidad para interpretar correctamente lo ocurrido.
Su impugnación de los diputados de Amazonas es una vulgar trapisonda, ni
siquiera se trata de invalidar el proceso electoral de Amazonas, lo cual
conduciría necesariamente a una repetición de las elecciones en el estado, y
saldrían mas apaleados aún; no, se trata de utilizar poderes subalternos, sin
independencia, para que “congelen” el asunto, impidiendo la aplicación de los
2/3 que se requieren para activar eventualmente, mecanismos constitucionales
que faciliten la salida del gobierno.
Otra maniobra, toda una trampa para
idiotas, fue la presentación del decreto de emergencia económica como la
panacea que solucionaría los problemas que ellos le han creado al país, durante
17 años.
Le sugiero a los amigos de la oposición difundir dos videos cuya capacidad
de ilustrar sobre las causas de la crisis pavorosa que vivimos, es portentosa.
Uno muestra al gran farsante, diciendo con la irresponsabilidad inigualable que
lo caracterizaba: “Pónganme el petróleo a cero, y Venezuela no entrara en
ninguna crisis”, y frente a esta barbaridad, una desquiciada caterva de
vividores rojitos, dando gritos de alegría. El otro, no tiene desperdicio.
Aparece el gran demagogo, dibujando unas mamarrachadas, con las cuales
explicaba en el 2007 (pleno siglo XXI) las maravillas del trueque como la
solución para la construcción de la economía socialista que haría feliz a la
humanidad. De camisa de fuerza, pues.
Estos videos deberían proyectarlos a los
diputados rojitos en plenaria de la AN, seguramente gritaran alborozados. Esas dos
perlitas bastan para indicar que esta profunda crisis se inició con el acceso
al poder de un grupo de golpistas aventureros, impregnados de una ignorancia
profunda. Maduro, o no entiende o le prohíben entender la necesidad de cambiar.
De unos diputados “rojos” arrinconados en una esquinita del parlamento,
reducidos a lamer su rabia, gritando lugares comunes, incapaces de entender que
el país se harto de mentiras y requiere soluciones, poco puede esperarse. Sobre
todo sí los dirigen ¡válgame Dios! Cabello y Carreño, quienes no pueden
construir, entre los dos, una frase coherente.
Todas las premisas del decreto son falsas, la
culpa es de un modelo anacrónico fracasado en el mundo. Esta realidad hay que
cambiarla porque el hambre y la desesperación de la gente, no esperan.
Haber quebrado las empresas del estado y 1.200 privadas; dilapidado un billón y medio de US$; pasado la deuda del país de 28 mil millones de US$ a 330.000; haber desarrollado la mas pavorosa corrupción de la historia patria, son la explicación de la crisis económica y parte de las razones que obligan a buscar salidas democráticas para cambiar este gobierno.
Confío en la dirección política
democrática, la AN es hoy el epicentro lógico de la política venezolana y el
reducto de la esperanza popular.
La mayoría del pueblo ya no confía en Maduro y
su gente, y es a ese pueblo al que debe darse respuesta. Si el gobierno no
cambia su política económica está garantizando más escasez, más colas, más
carestía y más vejaciones y humillaciones a la gente.
Así como este régimen ha quebrado al país, es evidente también que no puede proteger la vida y los bienes de los ciudadanos que estamos a merced de un hampa cada vez más dueña de las calles. Los servicios públicos empezando por los de la salud no sirven, y todo esto junto, configura un cuadro de emergencia nacional.
La dirigencia
democrática debe plantear las alternativas más prácticas y eficaces que
conduzcan a un cambio de gobierno. El país debe discutir las opciones,
incluyendo la de un gobierno de transición que conduzca a un proceso electoral
en el cual estoy seguro, el país optara abrumadoramente por una opción que
garantice salir del desastre, creando una Venezuela productiva, con inversión,
empleo estable, y seguridad personal, social y jurídica. Para este reto, la
unidad vuelve a ser la clave.
Freddy Nuñez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm6311
Caracas - Venezuela
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