lunes, 25 de enero de 2016

DOUGLAS JATEM VILLA, DIÁLOGO Y SOLUCIÓN

A pesar de que la sociedad democrática venezolana tiene un conocimiento adecuado acerca de los propósitos del “chavecismo,  siempre habrá un margen de incertidumbre, el cual exige realizar un análisis de escenarios. Pero al tener presente el grado de destrucción que ha sufrido Venezuela, y la decisión que debe asumirse definitiva del chavecismo en el sentido de conservar el poder a toda costa, resulta vital tomar rápidamente la decisión acerca de la línea de comportamiento que deben seguir los sectores democráticos para recuperar el país.

Se cree que la toma de decisiones planteada se puede analizar en dos escenarios posibles. Uno consiste en asumir que el chavecismo adoptará un patrón de comportamiento que aunque mantiene una utilización ilegítima, no constitucional y no democrática del poder, acepta finalmente un entendimiento entre los dos sectores políticos del país, el cual hace posible los cambios y rectificaciones de todo tipo requeridas, para lograr que Venezuela se desenvuelva en forma aceptable, de manera que la gestión gubernamental de Nicolás Maduro logre completar el período constitucional 2013-2019.
El otro escenario consiste en asumir que el chavecismo no cambiará su patrón de comportamiento, no procurará entenderse con los sectores democráticos, aunque si pretenderá engañar manipulando la figura del diálogo, y mantendrá su ambición de conservar el poder e imponer a toda costa el destructivo modelo del llamado Socialismo del Siglo XXI. En este escenario, se plantea que el pueblo venezolano logre tan rápidamente como sea posible, y en forma constitucional, legítima. democrática, pacífica y electoral, el cambio de gobierno que se exige para salvar a Venezuela. La calidad de pacífica señalada no la pueden garantizar los sectores democráticos, porque si bien su línea de comportamiento incluye esa característica, el comportamiento del chavecismo es muy determinante en sentido contrario. Puede asumirse la posibilidad de una necesaria actuación de la Fuerza Armada Nacional, la cual tendría que ser coherente con el papel institucional que le impone la Constitución Nacional. Sin embargo se sabe que hay sectores militares que no lo aceptan de esta manera.
Debe verse claramente que no se trata de un cambio de gobierno producto de la competencia entre organizaciones partidistas, sino del cambio determinado por la necesidad vital de detener el proceso de destrucción del país y de acometer su recuperación.
Esto se puede propiciar a través de las atribuciones del Poder Legislativo que posibilitan el cambio de gobierno, lo cual incluye un referéndum revocatorio, una enmienda constitucional, una reforma de la Constitución, y hasta una Asamblea Constituyente.
La gravedad de la situación del país y su continuo deterioro, no parecen aconsejar la espera que significaría una constituyente. Se agrega que esto significa que no se sigue considerando un posible entendimiento entre los dos sectores, porque aunque se reconoce que el diálogo constituye la mejor forma para recuperar el país, se acepta que ello no es posible como consecuencia de la negativa total e irreversible del chavecismo a rectificar su comportamiento para posibilitar que se detenga la destrucción ya bastante avanzada, incluso hasta la tragedia del hambre generalizada, y para iniciar la reconstrucción de Venezuela.
Se cree que no se le puede seguir exigiendo  a los venezolanos que se resignen a esperar por un entendimiento que es imposible. Se quiere interpretar el lapso de seis meses que se ha fijado la MUD, como el período de tiempo durante el cual adoptará una línea de conducta que propicie que el chavecismo rectifique y decida comportarse como se indicó antes con respecto al escenario uno.
Sin embargo, es imprescindible que la MUD se mantenga muy firme y no caiga en equivocaciones o confusiones graves que debiliten la fuerza política que realmente tiene en la actualidad, y que se comprometa la posibilidad de la salida decidida. La MUD tiene que acertar, como hizo,  con el tratamiento que le dio a la consecuentemente destructiva propuesta de emergencia económica que decretó Maduro, respecto de la cual se tiene que sostener que lo que requiere la solución de Venezuela es precisamente algo muy diferente, y también con su iniciativa relacionada con la amnistía y reunificación del país.
Douglas Jatem Villa
djatem@gmail.com
@djatemv
Falcon - Venezuela

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