Todas las semanas,
recibo bastante de eso que los pitiyanquis llamamos feedback de las cosas que
escribo por estos medios. Hay una buena
mezcla de felicitaciones, concordancias, rechazos y mentadas de madre. Y, para alivio mío, abundan más las primeras
que los segundos. A todos, tanto a los
detractores como a quienes me dan estímulos para seguir, trato de contestarles y
agradecerles porque demuestran que hay quien lee mis loqueras. Pero, además, de cuando en cuando, recibo
mensajes de algunas personas que se acuerdan de mi empeño en el buen uso del
lenguaje, mi afición por la etimología y mi casi manía de corregir a quienes
desbarran, sobre todo si tienen como profesión una que exige un buen decir. A mis lectores de antiguo les consta que
abogados, periodistas, locutores y otros oficios parecidos han sido objeto de
mis dardos.
La semana pasada,
recibí uno de esos correos; me lo envió el ingeniero Fernando Azouth , a quien
no tengo el gusto de conocer. Me gustó
tanto el intercambio que tuvimos que le pedí permiso para emplear en este
artículo tanto su nombre como parte de sus aseveraciones. Así que lo que sigue es una glosa de lo que
opinamos ambos. Comenzó como algo acerca
del buen decir y, ¿cuándo no?, acabó reprobando al régimen y algunos de sus
personeros. Veamos.
El Ing. Azouth
criticó el uso que Tulio Hernández le diera a una palabra en un, por lo demás,
excelente artículo que este sacó en El Nacional el pasado 17, “El método
Fujicapone”, que recomiendo ampliamente.
Les dejo dos parágrafos de ese artículo: “…el ‘método Fujicapone’, una
técnica de gobierno que consiste en actuar de manera explícita e
intencionalmente delictiva pero intentando mantener al máximo y por el mayor
tiempo posible la sensación de legalidad”; y “Al final Capone se descuidó con
los impuestos y Fujimori paga una pena de 25 años en una cárcel peruana.
También los métodos delictivos tienen fecha de vencimiento”.
En ese escrito, Tulio
narró que "Carreño subiría atropelladamente al ‘presidio’
calificando..." Y llegamos donde la
burra tumbó a Genaro. Lo pongo en las
palabras del ingeniero: “…el uso de la palabra es incorrecto. Siempre que vi
error similar, me vi en la tentación de usar la palabra “presídium”, creyendo
que era la palabra correcta; pero no queriendo cometer error yo mismo, consulté
el llamado ‘mataburros’ (…) y encontré lo que a continuación adjunto”. Agrego yo que lo que sigue es un resumen
porque las acepciones ocuparían el resto del espacio que me queda. Resulta que “presidio” es, como todos
sabemos, tanto un establecimiento penitenciario como una condena del Código
Penal. Y “presídium” es como llaman los
comunistas tanto al comité de dirección del partido como al órgano superior de
gobierno —corporaciones que, como sabemos y sufrimos, tienden a confundirse en
la ideología marxista. El ingeniero Azouth le propuso a Tulio que empleara
“tribuna”; la cual, también de acuerdo al DRAE es la “plataforma elevada desde
la cual se lee o perora en las asambleas”.
Es obvio que en mi
contestación, que es lo que sigue más abajo, tenía que estar de acuerdo con
todo lo dicho anteriormente.
“Ingeniero, muchas
gracias por mencionarme, por tomarse la molestia de hacerme saber lo que piensa
y por creer que yo —humilde pichón de lexígrafo (no creo que la palabra esté
admitida por la RAE, pero expresa lo que quisiera llegar a ser algún día) y
aficionado a la etimología— pudiera aportar algo a lo aseverado por usted.
Déjeme que le diga
que está usted acertado un ciento por ciento en sus afirmaciones. Cualquier
término que no sea ‘presidio’ le cabe al lugar desde donde algunos nos hacen
reír y que oficialmente se le llama: ‘tribuna de los oradores’.
Lamentablemente, lo de ‘orador’ lo tienen muy poco quienes hasta recientemente
fueron mayoría y tomaban la palabra desde allí, más que todo, para desbarrar. Hace poco, por ejemplo, un ‘tribuno’ rojo le
echaba la culpa de la escasez de agua en los embalses a la ‘climatología’ —que
no pasa de ser el estudio de los fenómenos atmosféricos— cuando lo que debía
decir era: ‘clima’. Pero que hablen bien
quienes solo han sabido tirar piedras y robar al erario es como pedir mucho;
casi como ‘pedir peras al horno’, como dijo alguna vez uno de los solones
criollos.
Además de la
‘tribuna’ que usted acertadamente propone, también pudiera haber usado:
‘tarima’. Y ‘púlpito’, dado que algunos
de ellos intentan pontificar desde allí. Y cuidado si hasta ‘proscenio’ porque
a otros —por imitación del muerto fallecido— les da por desarrollar el pedacito
de histrión que tienen. Por el contrario, ‘presidio’ es el lugar al cual
debieran llegar muchos de esos diputados, pero no como La Fosforito —para
sentarse (y quién sabe qué más) en la cama de un pran—, sino para pagar ‘cana’,
si me permite el empleo de una palabra del lenguaje coloquial. Para iniciar esa
columna de ingreso a la cárcel, propongo a Pedro ‘Luis Vuitton’ Carreño, quien
todavía nos debe una explicación por las cédulas que nos iban a hacer los
cubanos y que salían a 20 dólares cada una (sin duda un sobreprecio enorme), y
por el monto millonario que, en ese contrato leonino, quedaba a la discreción
de él. Por cierto, que de discreto tiene
poco quien viaja medio mundo para ir a ver carreras de Fórmula 1 (cuidado si
haciendo un toque ‘técnico’ en algún paraíso fiscal) y le regala un auto
Mercedes Benz a la hija...”
Humberto Seijas
Pittaluga
hacheseijaspe@gmail.com
@seijaspitt
Carabobo - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario