domingo, 29 de noviembre de 2015

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., HACER POSIBLE LO IMPOSIBLE

Mucho se ha hablado del proceso electoral argentino que se desarrolló el pasado domingo y que dejó como gran ganador, no sólo a Mauricio Macri, sino también a una ciudadanía que está cansada del populismo y la arrogancia gubernamental de los últimos 12 años y que tuvo entre los derrotados a una forma arcaica, demagógica y sumamente personalista de hacer política.

Lo más relevante del tema es que el cambio protagonizado por Macri no es solamente producto de una campaña electoral propositiva que logró vencer al discurso revanchista y populista, sino también obra de una ciudadanía que supo entender que para romper con las cadenas que la estructura oficial le imponía, era pertinente una participación contundente. Por ello, el hecho de que el 78 por ciento de los ciudadanos habilitados para sufragar acudieran a votar, demuestra que los argentinos supieron entender que para derrotar el aparataje del Estado, tenían que concurrir a la jornada comicial de forma masiva y fiscalizar el proceso.

De todo lo alegre e incluso musical de la celebración del nuevo Presidente de la República, hay una frase que debe rescatarse, y repetirse hasta la saciedad en los distintos países latinoamericanos, en la que Macri le dice a la ciudadanía que con su voto hicieron posible lo imposible y se fueron a dormir comprendiendo que sí era verdad que con el voto se puede cambiar la historia, y que ellos lo hicieron.

Varias lecciones deja la historia electoral argentina, comenzando por la derrota del miedo en un país donde el que lee los resultados es un integrante del gabinete ministerial y en el que la corrupción se ha convertido en política de Estado, aunado a que muchas acciones se sustentan en discursos de Juan Domingo Perón (y ahora Néstor Kirchner) con el objetivo de establecer un vínculo emotivo. A ello debe unirse que el gobierno de Cristina Fernández se ha caracterizado por un enorme ventajismo y por imponer prácticas de censura y aprovechamiento de su cargo (incluso haciendo campaña al momento de sufragar) sin que institución alguna frenara sus ímpetus. Ante ese escenario, pudieron los argentinos sentirse abrumados frente al gobierno. Sin embargo, participaron y vencieron.

No se sabe qué pasará con el gobierno de Macri y en qué quedarán sus alianzas con radicales socialdemócratas e independientes. Tampoco se conoce el futuro (tal vez prometedor) de Massa y en qué condición queda Scioli (quien gallardamente deseó éxito al nuevo jefe de Estado). Tampoco se vislumbra claridad en el futuro de Cristina Fernández después del 10 de diciembre cuando entregue el cargo. Lo que si resulta indudable es que los argentinos hicieron historia el 22 de noviembre de 2015, cuando demostraron que votando, lo que parece imposible se torna posible y real. Sepan muchos pueblos que están a las puertas de las elecciones, que votando masivamente como lo hicieron los argentinos, lo que parece improbable en cuanto a derrotar el abuso de los regímenes, se puede convertir en el origen de los cambios que lleven finalmente a un paulatino retorno de la democracia plena y del estado de derecho.

Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva

Caracas - Venezuela

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