El
Compromiso Democrático del Mercosur o Protocolo de Ushuaia, de 1998. La
“cláusula democrática” de Unasur, promovida por Rafael Correa, cuando en 2008
sintió que había un golpe de Estado contra él, a raíz del amotinamiento de la
policía ecuatoriana por problemas salariales. Más específica que la del
Mercosur, al no solo prever la suspensión de un país socio y sanciones
comerciales sino incluso el cierre de fronteras; es decir un embargo. Y la
tercera, que más que una cláusula, es la Carta Democrática Interamericana de
2001.
La que más se ha aplicado es la Carta. Primero con
Chávez a principios de siglo y luego en Honduras con “Mel” Zelaya en 2009. Las
sureñas se aplicaron a Paraguay, cuando Lugo fue desvestido de la Presidencia
por el Congreso.
Que la Carta o las Cláusulas se apliquen es un asunto
político y no teórico o leguleyo. Por ahora se han aplicado para proteger al
gobernante de turno. Aunque de ellos solo Chávez se mantuvo en el poder.
No sería lógico presumir que ellas se aplicarán sin un
golpe de Estado o que el régimen lo solicitara. Sin embargo el presidente
electo de Argentina, Mauricio Macri ha prometido hacerlo, “por los abusos que
hay en Venezuela y los presos políticos, o sea: por la violación de los
derechos humanos. Lo anterior más lo que explica Luis Almargo, secretario
general de la OEA en su carta al CNE, que se resume en que “el nivel de
transparencia y justicia electoral, que … el CNE debería garantizar” no está
garantizado, serían suficiente para aplicarlas. Pero….
El mundo está en vilo observando lo que pasará el 6D.
Sería imposible justificar el escamoteo de unas elecciones que a todo evento
las tiene ganada la MUD. Nadie quiere que se repita un abril de 2013 y menos un
febrero de 2014. El régimen está ante dos nuevas realidades políticas. Primero,
ya Unasur y Mercosur no están totalmente sesgados hacia el chavismo. Solo
Ecuador y Bolivia están “patria o muerte” con el régimen; Brasil y Uruguay
guardan una cierta distancia; y los demás se desmarcarían en diferentes grados
en el caso de una situación conflictiva; segundo el pueblo venezolano y la
comunidad internacional esperan ese triunfo, como primer paso de un cambio que
regionalmente empezó en Argentina. Si el régimen optara por una alternativa
abiertamente beligerante en el escamoteo de las elecciones del 6D no solo podrá
encontrar resistencia interna sino externa y entonces quizás, la cláusula
democrática sería aplicada. Por ahora, lo único cierto es la pérdida de apoyo
del régimen en la región.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Caracas - Venezuela
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