Con el triunfo de
Mauricio Macri en Argentina, la década de gobiernos populistas en Ecuador,
Bolivia, Brasil, Venezuela y la propia Argentina, cierra un ciclo que ayudada
por el coletazo mundial de la economía, de los malos manejos administrativos y
corrupción, la ha hecho sucumbir, y ahora de nuevo retorna el criterio liberal
a ordenas las economías locales, abre otra posibilidad a atender la cosa
pública.
Esta situación de
cambio, estuvo a punto de comenzar con Aecio Neves, en Brasil, que se
vislumbraba ganador frente a una Dilma Rousef, pero a último hora Lula Da
Silva, echo mano al proselitismo populista en apenas dos semanas cambio las
encuestas e hizo ganar a su pupila. Pero, nunca segundos mandatos han dado
resultados positivos. Ahí está Dilma con una oposición que día a día la quiere
defenestrar por los manejos turbios, de corrupción en Petrobras, durante la
gestión de su antecesor.
Su rival opositor
Aecio Neves se crece más en las encuestas y aprovecha la recesión económica del
"coloso" del sur. Ha aumentado el desempleo y el costo de la vida va
en aumento.
En Ecuador, pese a la
dolarización impuesta por Correa, tampoco está en su mejor momento. A Correa se
le acusa de cercenar los medios de comunicación privados para impedir que los
ecuatorianos demuestren su descontento. Pese a tener una economía aparentemente
controlada, hay temor que la barrera se desborde y pase lo inevitable. El
presidente ecuatoriano ya ha anunciado que no irá nuevamente a la reelección.
En Bolivia, Evo
Morales juega a sus cartas en La Habana, Managua y Caracas, pero ya también
"la tronera" de la oposición le está creciendo.
En Venezuela los indicadores económicos nos son nada
halagadores. Con una inmensa riqueza recibida por el súbito ingreso de los
precios petroleros, que llegaron a 140 dólares el barril, donde el país recibió
más de dos billones de dólares, hoy los venezolanos salen a diario a hacer
colas para lograr un mendrugo de alimento para llevar a su familia, la
delincuencia se ha triplicado y el narcotráfico pareciese ser el agente
controlador de la economía, aunado a una descarada corrupción a todos los
niveles.
El populismo no ha
dejado nada sembrado en lo que llamamos la economía productiva. Ese modelo
económico del llamado "socialismo para la Patria grande" ha sido un
total fracaso.
Todos los ciudadanos
son seres productivos y como tal deberán ahora rediseñar su futuro inmediato.
La clarinada vino desde Colombia, en la Alcaldía de Bogotá, donde un grupo de
ciudadanos, ajenos a las ideologías políticas partidistas, se dio un gobierno
decente.
Pareciera que los
valores de la decencia, la honradez, la pulcritud, la sensatez, y la austeridad
le están ganado terreno a "los mesianismos", los narcos y
derrochadores corruptos del erario público. Así están las cosas. Chile, Uruguay
y Paraguay junto a Perú observan con cautela a sus vecinos. En el caso
venezolano el grueso de la población espera darle una contundente respuesta al
oficialismo el próximo 6 de diciembre, cuando cambie el nuevo parlamento
venezolano, con nuevos actores y nuevas formas de hacer política. Amanecerá y
veremos.
Jesús Enrique Matheus
Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Caracas - Venezuela
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