domingo, 29 de noviembre de 2015

ALBERTO JIMÉNEZ URE, SON CÍVICOS-MILITARES ENEMIGOS, LUEGO EXTIRPABLES TUMORES

«Sofocado, una y sucesivas veces miro y escucho en mi país de origen cómo quienes son presuntos principales de gobierno actúan al modo como lo hacen los antisociales y malvivientes: cobijados por un explícito «Estatuto Para Ultrajes Institucionales»          
A ninguna persona en el mundo se le exige ser sabia para formar parte de una comunidad organizada. Pudiera instruirse o no, formarse en instituciones educativas o ser autodidacta. Pero, obviamente, necesitará adquirir conocimientos básicos y mínimas orientaciones «púdicas». No para que sea célibe o asceta: sus «preferencias y disfrutes sexuales/heroicos»  (extravagantes o no, pero íntimos) no deben escrutarse convirtiéndolos en asuntos punibles, sino su «comportamiento social» porque muestra el «perfil» de su otra «moral» en el lugar donde resida. Si acata la Constitución y Leyes (es trabajadora, comunicativa, apacible, fraterna, cooperadora y respetuosa del otro) será reconocida como una persona «digna». 
No pueden ciudadanas o ciudadanos, mayores de edad y hábiles, postularse para ejercer funciones de  «mandatarias»/«mandatarios»/  o «asambleístas» precedidos de  «prontuarios criminales» e «instigaciones delictivas». Es inconcebible que lo hagan exhibiéndose «adherentes» de sistemas de gobierno fundamentados en un explícito «Estatuto Para Ultrajes Institucionales» (EPUI), la «Violencia Miliciana» o «Genocidio Discrecional/Selectivo» que en ningún estatuto aparece para ser aplicado.
Empero, lo hacen sin que las poblaciones hallen alternativas no lesivas para impedirlo. Sólo tienen el sufragio, muy frágil, falible cuando está bajo la responsabilidad de forajidas y malhechores remunerados para urdir fraudes.
Por ello, miramos y escuchamos cómo ciertas funcionarias y jerarcas se jactan de ser imbéciles: pero, advirtiéndonos que igual «peligrosos» y «aventajados» por el «Ultraje Institucional» que los ampara. Les divierte transformarse en castigadores de sus rehenes. Actúan sin acato a constituciones y leyes arrogando ser los «principales de repúblicas» cuando, en realidad, nada distinto a quirúrgicamente extirpables y malignos tumores.  Fístulas purulentas en cuerpos sociales a los cuales enferman, contaminan y joroban sin lograr matarlo. Nadie jamás podrá exterminar a ninguna sociedad organizada, aun lesionándola de gravedad. La Historia registra que muchos y afamados «comandantes/venenos» de ejércitos lo intentaron. Fueron enemigos en los territorios que fustigaban y fortuitos de otras naciones, pero nunca tumores inextirpables. La Humanidad tiene que sanarse aboliéndolos.
Alberto Jimenez Ure
jimenezure@hotmail.com
@jurescritor

Merida - Venezuela

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