domingo, 27 de marzo de 2016

ARTURO MOLINA, EL PODER PARA LAS REGIONES

Las decisiones político administrativas en Venezuela tienen como soporte las bondades del poder centralizado. Los factores políticos y económicos apuntan a sus intereses en desmedro de las entidades federales, fortaleciendo la corrupción, tráfico de influencias e impunidad.

La Constitución es burlada en su aplicación, golpeando abiertamente el concepto de Estado Federal. Con base a algunas apreciaciones de carácter nacional como la defensa del territorio se nombran autoridades no previstas en la Carta Magna, con la única intención de desconocer las autoridades regionales y municipales legítimamente constituidas.

La querella de los ciudadanos en las regiones en los años 80 y 90, obligó a los sectores políticos centralistas a abrir el compás para permitir que Gobernadores y Alcaldes, fueran electos en cada Estado por sus electores, pero disimuladamente siguió funcionando la selección y aprobación desde las cúpulas nacionales de esos candidatos, llegándose a la aberración actual de imponer ciudadanos residenciados en otros lugares del país en detrimento de liderazgos propios en los espacios locales y de la norma legal establecida.

La lucha por el poder sigue en Venezuela un curso centralizador. La vía para salir del actual Presidente de la República depende exclusivamente de las decisiones de la cúpula nacional en ejercicio. No hay intención de incorporar otras opiniones. Juegan a la conveniencia centralizadora y convienen en polarizar.

La sociedad no partidista debe escuchar con atención las decisiones tomadas por el poder central, pero no tiene derecho a ser escuchada, es más, si se le escucha es para complacerles momentáneamente y bajar la presión. La no conveniencia les obliga a mostrar la sonrisa fingida, mientras imponen su propósito.

Así las cosas, el tema de la Enmienda, Revocatorio y Renuncia tienen las preferencias de los actuales parlamentarios. Ninguno allí adentro va a opinar distinto a lo anunciado por sus jefes políticos. La pregunta es ¿se solicita la salida del actual régimen para cambiar el desorden existente, o la idea es remendar algunas cositas para seguir en lo mismo? Lo evidente es que el sistema centralista cumplió su ciclo.

Si la intención política es cambiar de verdad el sistema político centralista, entonces que se abran las puertas y se unifique una sola salida. La propuesta que luce seria ante la realidad presente es La Constituyente. Todas van a encontrarse contra la muralla que representa el TSJ. La sociedad es la encargada de desbloquear la ilegalidad.

Mientras eso ocurre, los señores del socialismo siglo XXI siguen destruyendo la calidad y el modo de vida de los venezolanos, sembrando la pobreza y la dependencia como sistema de gobierno.
El hampa superó en número, armamento y municiones a los funcionarios encargados del resguardo de los ciudadanos. Ya los asesinan vilmente al igual que sus familiares.

Hay quienes dentro del régimen gritan desesperados que hay zonas que deben ser militarizadas. Se le olvida que los venezolanos tienen 17 años militarizados, y la cosa es peor cada día.

Llegó la hora poner orden y respeto. La hora de delegar el poder a las regiones.

Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1                                                                           
Tachira - Venezuela 

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