Las decisiones
político administrativas en Venezuela tienen como soporte las bondades del
poder centralizado. Los factores políticos y económicos apuntan a sus intereses
en desmedro de las entidades federales, fortaleciendo la corrupción, tráfico de
influencias e impunidad.
La Constitución es
burlada en su aplicación, golpeando abiertamente el concepto de Estado Federal.
Con base a algunas apreciaciones de carácter nacional como la defensa del
territorio se nombran autoridades no previstas en la Carta Magna, con la única
intención de desconocer las autoridades regionales y municipales legítimamente
constituidas.
La querella de los
ciudadanos en las regiones en los años 80 y 90, obligó a los sectores políticos
centralistas a abrir el compás para permitir que Gobernadores y Alcaldes,
fueran electos en cada Estado por sus electores, pero disimuladamente siguió
funcionando la selección y aprobación desde las cúpulas nacionales de esos
candidatos, llegándose a la aberración actual de imponer ciudadanos
residenciados en otros lugares del país en detrimento de liderazgos propios en
los espacios locales y de la norma legal establecida.
La lucha por el poder
sigue en Venezuela un curso centralizador. La vía para salir del actual
Presidente de la República depende exclusivamente de las decisiones de la
cúpula nacional en ejercicio. No hay intención de incorporar otras opiniones.
Juegan a la conveniencia centralizadora y convienen en polarizar.
La sociedad no
partidista debe escuchar con atención las decisiones tomadas por el poder
central, pero no tiene derecho a ser escuchada, es más, si se le escucha es
para complacerles momentáneamente y bajar la presión. La no conveniencia les
obliga a mostrar la sonrisa fingida, mientras imponen su propósito.
Así las cosas, el
tema de la Enmienda, Revocatorio y Renuncia tienen las preferencias de los
actuales parlamentarios. Ninguno allí adentro va a opinar distinto a lo
anunciado por sus jefes políticos. La pregunta es ¿se solicita la salida del
actual régimen para cambiar el desorden existente, o la idea es remendar
algunas cositas para seguir en lo mismo? Lo evidente es que el sistema
centralista cumplió su ciclo.
Si la intención
política es cambiar de verdad el sistema político centralista, entonces que se
abran las puertas y se unifique una sola salida. La propuesta que luce seria
ante la realidad presente es La Constituyente. Todas van a encontrarse contra
la muralla que representa el TSJ. La sociedad es la encargada de desbloquear la
ilegalidad.
Mientras eso ocurre,
los señores del socialismo siglo XXI siguen destruyendo la calidad y el modo de
vida de los venezolanos, sembrando la pobreza y la dependencia como sistema de
gobierno.
El hampa superó en
número, armamento y municiones a los funcionarios encargados del resguardo de
los ciudadanos. Ya los asesinan vilmente al igual que sus familiares.
Hay quienes dentro
del régimen gritan desesperados que hay zonas que deben ser militarizadas. Se
le olvida que los venezolanos tienen 17 años militarizados, y la cosa es peor
cada día.
Llegó la hora poner
orden y respeto. La hora de delegar el poder a las regiones.
Josue Arturo Molina
Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1
Tachira - Venezuela
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