Yo tomo mis deberes
en serio.
Cómo respuesta a la
situación problemática que sufre el país, le dediqué un par de años a ordenar
las ideas que pudieran ayudar a evitar o reparar ese tipo de situaciones. Me
llevó mucho tiempo porque esa área del conocimiento estaba muy alejada de mi
formación. El resultado es la publicación de un libro intitulado El Ciudadano
Toma Su Lugar: El Gobierno Mejora y la Sociedad Florece.
Del estudio realizado
he llegado a la conclusión que la situación requiere de un mayor aporte de
todos los que nos vemos afectados por ella. Es decir, el Pueblo. Estoy
convencido que, una solución aceptable, que evite la repetición de las causas
que permitieron llegar al presente estado de cosas, requiere cambios en el
funcionamiento y las estructuras gubernamentales. Estos cambios son logrables
con la evolución de algunos conceptos que están enraizados en buena parte de la
población. No pareciera difícil catalizar esa evolución.
En la búsqueda de mis
deberes formales como ciudadano me he leído, otra vez, en detalle, la
Constitución vigente. Ha sido para asegurarme de contribuir con lo que me
corresponda. Me di cuenta que la Constitución describe ampliamente los derechos
que tienen los ciudadanos. Y eso es bueno tenerlo presente, incluyendo el hecho
que los pactos firmados sobre Derechos Humanos tienen jerarquía constitucional
y prevalecen en el orden interno. Sin embargo la Constitución no es tan amplia
o precisa sobre los deberes de los ciudadanos.
Como recordatorio
copio aquí los artículos 131 y 132, que tratan directamente sobre el punto:
Artículo 131. Toda
persona tiene el deber de cumplir y acatar esta Constitución, las leyes y los
demás actos que en ejercicio de sus funciones dicten los órganos del Poder
Público.
Artículo 132. Toda
persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar
solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y
defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática
y de la paz social.
(Preferiría que el
Art. 131 hubiese dicho “tiene el deber de cumplir, acatar y vigilar que se
cumpla esta Constitución”, a fin de incorporar al Pueblo de forma explícita en
la defensa de la Constitución en lugar de limitarlo a cumplir y acatar.)
Algunos deberes de
los ciudadanos se encuentran un poco más escondidos e implícitos en los deberes
de los miembros de las instituciones del poder público. Voy a tomar sólo un
ejemplo. Está asociado a la Asamblea Nacional. Es el artículo 197 de la
Constitución, que copio a continuación:
Artículo 197. Los diputados
o diputadas a la Asamblea Nacional están obligados u obligadas a cumplir sus
labores a dedicación exclusiva, en beneficio de los intereses del pueblo y a
mantener una vinculación permanente con sus electores, y electoras atendiendo
sus opiniones y sugerencias y manteniéndolos informados e informadas acerca de
su gestión y la de la Asamblea. Deben dar cuenta anualmente de su gestión a los
electores y electoras de la circunscripción por la cual fueron elegidos o
elegidas y estarán sometidos o sometidas al referendo revocatorio del mandato
en los términos previstos en esta Constitución y en la ley sobre la materia.
Se destaca aquí lo
resaltado en rojo porque implica que los ciudadanos deben expresar opiniones y
sugerencias a sus representantes, tanto en lo atinente a su circunscripción,
cómo a su estado y a la nación.
Al entrar al portal
de la Asamblea Nacional (AN), en la página de Diputados, aparecen sus nombres
pero no aparecen los datos para hacerles llegar opiniones, reclamos o
informaciones. Yo sugiero que, una dirección adonde enviarles una
correspondencia, el correo electrónico y un número telefónico de cada diputado
se hagan públicos en el portal; sin dejar por fuera a los representantes del
Estado Amazonas que, con sus 177.617 km2 de superficie, implica que una quinta
parte del territorio nacional, no está apropiadamente representada. De esta
forma todos pueden cumplir con el deber constitucional mencionado y, al mismo
tiempo, facilitarles a los ciudadanos el deber que a ellos corresponde.
Se entiende que, por
la naturaleza de sus funciones, los miembros de la AN no dispongan de mucho
tiempo para atender a los electores de su circunscripción; tanto a los que
votaron por ellos cómo a los que no lo hicieron, porque son muchos miles. Sin
embargo, cualquiera de ellos, o un número considerable de ellos, en conjunto,
podrían darles, entre otros aportes, un apoyo invalorable en situaciones
difíciles.
Debo destacar una
hermosa experiencia en donde dos miembros de la AN solicitaron datos e
informaron lo que su Comisión, en su momento, estaba ocupada en resolver. Por
otro lado, he deseado dar mi opinión y aportar datos pertinentes a algunas
declaraciones públicas que hicieran algunos diputados. Quizás hayan podido ser
útiles. No lo he logrado. Inclusive, al entrar en la página del portal de la
AN, en donde aparece el correo electrónico institucional, sale un aviso que
reza: Su conexión no es privada; es decir, la seguridad de la información de su
computadora podría estar comprometida.
Creo que, en la medida
que un gobierno aumente el intercambio de ideas con el Pueblo, en esa misma
medida, aumenta, su poder, su aceptación y su utilidad.
De haber dicho algo
impropio, agradezco ser corregido.
Jean Pasquali
38jcaj@gmail.com
@38jcaj
Miranda - Venezuela
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