El presidente de los Estados Unidos en un histórico
discurso formulado en el Teatro García Lorca, en la vieja Habana, dio por terminado el enfrentamiento de más de medio siglo
entre su poderoso país y Cuba,
terminando con el último reducto de la Guerra Fría en el continente
americano. Las profundas diferencias
existentes entre los dos
modelos continúan pero entran, ahora, en un cauce de racionalidad y de respeto mutuo, cambiando el
enfrentamiento por la emulación,
que eventualmente según la praxis de la
dialéctica podría llegar a un grado de imbricación entre el capitalismo y el
comunismo.
Esta salida histórica ubicada
entre posiciones extremas del desarrollo
hemisférico tiene enorme influencia sobre todos los países de
América Latina en concordancia a sus diferentes moldes de Estados nacionales , cuestión que
se redefine a nivel regional , como sucede en Sudamérica donde ya existe un
ente coordinador “Unasur”, creado para
la organización inteligente de nuestro continente. Esto puede convertir a América del Sur en emulo del Norte, actuando
como un polo civilizatorio
iberoamericano , articulado al rededor del Brasil y manteniendo valores socioculturales diferente al anglo
sajón dominado por EUA. De hecho la cristalización de esta nuevafrontera
sur de la historia universal tornara a sus habitantes orgullosos de
llamarse sudamericanos como portadores de los valores del mestizaje y de la paz.
Así como al revisar el pasa dode la humanidad encontramos la presencia dominante del Imperio Romano ejerciendo efectos de dominación sobre
diferentes pueblos.En el siglo XX
se platea el poder mundial de los
Estados Unidos y su enorme injerencia sobre los diferentes países de América
Latina. En el periodo colonial, mientras Inglaterra controla trece colonias de poblamiento en América del
Norte y liberalismo económico; el colonialismo de los reinos católicos ibéricos
(España y Portugal) mantiene sus
provincias como unidades de explotación
bajo un rígido sistema mercantilista. Al independizarse en 1776 los habitantes del norte decide nformar
una federación que llamaron Estados Unidos de América; en
América Latina, con excepción de Brasil,
la ruptura colonial lleva a la dispersión asumiendo nombres diferentes.
De esta manera, con el tiempo los norteamericanos se abrogan
el calificativo de americanos en
detrimento de los restantes habitantes del continente, convirtiendo la Doctrina
Monroe de “América para los americanos”
en justificación de su expansionismo y
en su política exterior hasta su fenecimiento en la
actualidad, cuando se fortalecen las ideas del panamericanismo de Simón
Bolívar.
El proceso de sudamericanización se inicia desde
finales siglo pasado cuando se produce
la rebelión de la sociedad civil contra el autoritarismo militar, se conquistan
los derechos humanos conculcados y se legitiman por medio democráticos. En el siglo XXI
finalmente, en el continente sus diferentes elites gubernamentales
acuerdan dejar el aislamiento geográfico y buscar una identidad común en el orden internacional. El modelo a seguir se debate entre las opciones existentes de las caras del Pacifico y del
Atlántico con Mercosur, pero aceptando
ambos una democracia con contenido social.
De allí la importancia
simbólica de la visita de Obama a Argentina, donde ante el recordatorio de los 40 años de la cruenta dictadura militar señaló “nunca
más”, reconociendo de manera tacita el ocaso de la Doctrina Moroe por cuanto hoy “todos somos americanos”.
Alejandro Mendible
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Linares
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