martes, 27 de octubre de 2015

ALFREDO MICHELENA, BRASIL NO QUIERE ACOMPAÑAR A MADURO

No es de asombrarse que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Brasil rechace venir a Venezuela a “acompañar” las elecciones del 6D. La lista de los que quieren venir y no los dejan y/o los que debían invitar y no lo hacen es larga. Entre ellos la OEA, la Unión Europea e incluso el Centro Carter, cuyo presidente dijo que el nuestro era “el mejor sistema electoral del mundo”, y que ahora se niega a venir en las condiciones que pone el CNE, que son las de los monos sabios: “ver, oír y callar”.

El TSE adujo que no los dejaron constatar con tiempo las condiciones en que se darán las elecciones ni acceso para evaluar el sistema de votación. Según su comunicado no habían “las garantías necesarias” para una “observación objetiva e imparcial”. Querían que vinieran a pasear y a convalidar.

Maduro vetó a Nelson Jobim, dos veces ministro y expresidente de la Corte Suprema de Justicia, en gobiernos del Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma Rousseff, quien con la venia de ella y el apoyo de 12 países encabezaría la misión de Unasur. En su lugar vendrá Jorge Taiana, el excanciller argentino, persona vinculada al régimen y al grupo Motoneros. ¿Qué dirán los otros países serios? ¿O es que no los hay?

Mientras Maduro maniobra para apoyar a Dilma frente a un posible “impeachment” por el Congreso carioca, desde Brasil le responden que no están dispuestos a convalidar un proceso electoral que a la distancia huele mal. Lo que demuestra como la separación de poderes en Brasil se respeta y no en Venezuela.

Si los brasileros hubieran venido Maduro habría tenido que explicar aquello de “Tenemos que ganar las elecciones como sea… ustedes me entienden”.

Esto es un duro golpe para la credibilidad internacional del régimen. Unas elecciones en que las encuestas dan ganadora a la oposición no por 10 o 20 puntos sino por más sería imposible justificar un triunfo del régimen. Así como en el pasado fue imposible explicar internacionalmente que las encuestas dieran ganador a Chávez y la oposición gritara fraude. Lo que muchos no entendieron es que el chavismo pudo se mayoría y a la vez hacer trampa. Se estaba preparando para este momento en que son una exigua minoría pero con todo el poder del Estado, aunque éste se esté desmoronando.

Maduro no debe olvidar que en 2013 con las mismas condiciones favorables y una Unasur que dominaban tuvo que ir personalmente a defenderse y aceptar una “victoria” oficial muy cuestionada. Por su parte, la MUD debe estar preparada para ganar y cobrar en un país ávido de cambio. Sino será 2013 otra vez.

Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena

Venezuela

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