En Argentina habrá balottage con Macri a la
cabeza de la esperanza (candidato de oposición argentina). En Guatemala el
humorista y candidato independiente de centroderecha Jimmy Morales se alza con
la presidencia con una contundencia de más del 70% de los votos. Y en Bogotá el
populismo de izquierda ha sido derrotado con la victoria de Enrique Peñalosa.
¿Cómo podemos leer los resultados que el
pasado domingo han arrojado las elecciones en distintas naciones de América
Latina? Es claro y contundente, Venezuela se ha convertido en un espejo donde
propios y extraños no quieren verse. La senda izquierdista trazada por Hugo
Chávez en el continente propuso un modelo político y económico acompañado de
apoyo popular debido al carisma del fallecido comandante y las infinitas
reservas de dinero propiciadas por la mayor bonanza petrolera de Venezuela.
Luego de eso nada quedó, solo el fracaso. Las imágenes de las colas y escasez
en nuestro país han sido más que suficientes para alertar a los habitantes de
distintas naciones de América Latina sobre el mal que el populismo y la
izquierda radical puede propiciar en sus países. Cabe destacar que en Argentina
se lanzaron consignas independientes por parte de quienes apoyaban a Mauricio
Macri advirtiendo que de ganar Scioli
terminarían convertidos en Venezuela; y al parecer aquello fue más que
suficiente para dar un viraje en el apoyo popular del candidato oficialista.
Así de claro. Nadie quiere convertirse en nosotros. Da pánico. Terror. En
cualquier lugar basta con decir que si sigues la izquierda tu país se
convertirá en Venezuela para de inmediato arrojar adversidad. Ninguna nación
quiere ser el espejo del populismo del siglo XXI; ni siquiera la propia
Venezuela quiere serlo.
Las caras cotidianas de la política empiezan
a cansar, el Conde se reía haciendo alusión que un comediante podía ser
presidente de un país, y vaya que tenía razón. Habrá que esperar a ver si el
gobierno de Jimmy Morales puede ser serio y no transformarse en una comedia,
pero las ganas del cambio son palpables.
En Colombia el odio que ha generado la figura
de Nicolás Maduro hace que cualquiera que pueda verse medio simpatizado con la
izquierda o “la revolución bolivariana” sea de inmediato marginado
políticamente.
Argentina fue la mejor noticia de todas, con
clara desventaja, y un gobierno autoritario manejado por los Kirchner desde
hace más de una década, los argentinos le dijeron “NO” al peronismo y le
abrieron las puertas al cambio. Cristina fiel confidente del fallecido Hugo
Chávez y seguidora de sus políticas económicas ha visto como su candidato se
sumerge en la derrota a manos de Macri, quien aboga por una Argentina unida
donde impere el trabajo y una economía libre de capital. Ahora, únicamente
queda esperar que Macri realice las negociaciones políticas adecuadas, sepa
llegar a ese electorado indeciso, para que no le suceda lo mismo que décadas
atrás le ocurrió a Vargas Llosa con Fujimori.
Para todos aquellos que en Venezuela piensan
que es imposible un cambio a raíz de comicios electorales, abran bien los ojos,
miren lo que pasa en el resto del continente, salgan de sus burbujas; el cambio
viene, es ahora, quedan menos de 45 días. El 6 de diciembre Venezuela podrá
sumirse en los aires de cambio que invadió América Latina.
Emmanuel de Jesus Rincon Meneses
rinconemmanuel@gmail.com
@emmarincon
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