Un par de años atrás
escribí un artículo “Vladimir Putin: Neo-bolchevique”. Me criticaron por ello.
Los lectores dijeron que Putin no es Stalin, y que Rusia no es la URSS. Pero
ellos no comprenden la diferencia entre la persona y el fenómeno, no consideran
la ironía de la historia, que, conforme a las acertadas palabras de Hegel, se
repite dos veces: la primera vez como tragedia, la segunda vez en forma de
farsa.
El lector debe tener
en cuenta que en 2014 Rusia agredió a Ucrania, anexó Crimea y desató la “guerra
híbrida” en el sudeste del país. Esto pasó en la región de Donbass de Ucrania.
La propaganda kirschnerista mostró esta situación como “ la lucha de los ucranianos
de Donbass contra la violencia del Estado ucraniano”. No hace mucho tiempo
atrás encontré en Buenos Aires un ridículo grafitti de izquierda que decía:
“¡Solidaridad con el Donbass!”. Sin embargo, la situación es muy diferente.
Donbass vivió
perfectamente durante 23 años como parte de Ucrania, y sólo por la invasión de
Rusia a Crimea, comenzó esta guerra en Donbass. La participación de soldados y
cientos de militantes rusos se conoció en varias ocasiones, aunque el liderazgo
ruso ha respondido consistentemente que los soldados poco antes de la salida
“habían sido despedidos de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia”, por
lo tanto no eran formalmente soldados. Las desesperadas declaraciones de madres
rusas que no podían recuperar a sus hijos, quienes fueron enviados a la guerra
a Ucrania, no se publican.
No es la primera vez
que el presidente Putin viola todas las reglas y convenciones. En 2001, el
submarino ruso “K-141 Kursk” tuvo un accidente bajo el agua. No podía emerger.
Los marineros estaban todos con vida. Sin embargo cada uno de ellos murió de
una muerte horrible: tratando de dejar a sus compañeros una última gota de
oxígeno. Putin se encontraba de vacaciones en ese momento. Los tripulantes
estuvieron vivos más de 2 días, y murieron por asfixia. Sólo cinco días después
del accidente Putin se dignó a ir a ver a los marineros muertos.
Rusia no tenía medios
técnicos para reflotar al submarino, pero los países de la Unión Europea tenían
posibilidades, que inmediatamente ofrecieron, sin embargo, Putin se negó porque
“Rusia es un gran país que no necesita ayuda”. Un periodista opositor ruso,
Sergei Dorenko, realizó un programa en TV con las viudas y las madres de los
marineros muertos, que expresaron honestamente todo lo que pensaban sobre el
presidente. ¿Y qué logró? El programa de Dorenko fue eliminado para siempre, y
Putin le dijo al periodista “Usted contrató a putas baratas para
desacreditarme”.
Hoy en día, Putin se
volvió más audaz, invadiendo a otros países. En respuesta a la agresión rusa, la
Unión Europea, Estados Unidos y varios países de las unidades internacionales,
han impuesto sanciones a Rusia. Por ejemplo, muchos funcionarios de la
Federación de Rusia no pueden entrar en los países occidentales. El comercio
con las principales compañías rusas está prohibido, demostrada su culpabilidad
en la financiación de los grupos terroristas en Ucrania. También se bloquearon
algunos bancos rusos generalmente asociados con los asesinatos políticos
escandalosos (como “caso Magnitsky”) y una serie de empresas estatales rusas.
Se establecieron restricciones a la venta a Rusia de una serie de tecnologías.
Alrededor de esa época, el bloque BRICS comenzó a debilitarse. El mercado chino
declinó seriamente y comenzó a mostrar signos de distinta fatiga. Los precios
del petróleo se han derrumbado. La economía rusa, que es totalmente dependiente
del petróleo y fijó sus esperanzas en China, comenzó a caer. En 2015, la
economía de Rusia entró en una situación de depresión profunda. El crecimiento
del PIB fue de -2.2%.
En respuesta a esta
situación, la dirigencia rusa reaccionó al estilo soviético: se culpó a
“Occidente” e impuso sanciones en represalia. Las más interesantes de ellas,
son las sanciones de alimentos. Es decir, prohibición de importación a Rusia de
productos agrícolas y alimenticios producidos en países que han impuesto
sanciones contra Rusia. En general, Rusia por seis meses ha implementado el
modelo comunista: una “cortina de hierro” económica. Especialmente para este
modelo proteccionista radical, introdujo el término “sustitución de
importaciones”. Es decir, sustitución de productos importados por productos que
Rusia debe comenzar a producir con sus propios recursos. Una vez más, esto es
una vieja ideología soviética, que todavía sigue viva. Por ejemplo, en Corea
del Norte, donde “autosuficiencia” sigue siendo la base de de la política
pública.
Los vecinos de Rusia
no entran en las “sanciones” de alimentos, tales como Bielorrusia, que se ve
beneficiada por los “embargos” de alimentos. De inmediato comenzó a entregar a
Rusia “comida prohibida”: quesos, camarones, jamón y frutas exóticas.
Bielorrusia compra a los productores de alimentos en Europa, engañan con los
precios, cambian las etiquetas y se venden en Rusia. La demanda crea la oferta,
y los rusos no quieren renunciar a una comida normal. Esto enfureció al
gobierno ruso, que ha decidido luchar contra el mercado y las leyes económicas
objetivas.
El 6 de agosto 2015
Vladimir Putin firmó un decreto ordenando la destrucción de los productos en la
frontera que caen bajo el embargo. Y comenzó una salvaje bacanal. Las patrullas
paramilitares voluntarias comenzaron a concurrir a las tiendas rusas para
identificar y convertirse en los soplones de la policía denunciando la venta de
los productos sancionados. Se ven aproximadamente así.
Estas bandas
voluntarias intimidan a comerciantes y tenderos. Una de las redes más grandes
de Rusia, “Auchan” no es aprobada por las inspecciones regulares y es muy
probable que se nacionalice. Los hombres despertaron al viejo hábito soplón
soviético. En la Unión Soviética, muchas personas utilizan la máquina represiva
con el fin de vengarse de otra persona. Por ejemplo, tu enemigo puede deslizar
un folleto de Trotsky en tu bolso, luego informar a la policía o a la KGB, y
ellos te arrestarán. Hoy en día, los rusos están denunciándose unos a otros.
Por ejemplo, denuncian a la policía que sus vecinos están comiendo “un alimento
prohibido”o “fumar un cigarrillo de tabaco extranjero”. La oposición intelectual
liberal rusa pregunta: ¿Qué tan pronto la policía empezará a deslizar un queso
extranjero o el tabaco en el bolso del opositor para deshacerse de ellos?
Decenas de toneladas
de alimentos fueron quemados o aplastados por las excavadoras. Los aduaneros,
aturdidos por órdenes contradictorias de diferentes organismos burocráticos de
la Federación Rusa (Rusia - es un país muy burocrático, y existe petición de
los fiscales, la policía, los supervisores y los paramilitares), se encolerizan
y prefieren destruir todo. Por ejemplo, recientemente fue destruido un pez
esturión, rara delicadeza, que resultó de Armenia. Otro incidente llamativo
ocurrió hace unos días. Los empleados de la supervisión agrícola de Rusia
dejaron sin comida a cuatro equipos BMW, que llegaron a Rusia para una próxima
etapa de la serie de carreras DTM (Deutsche Tourenwagen Masters). Los racers
llevaban alimentos, nutrición deportiva y otros (más de una y media toneladas).
Todo esto se les quitó y se quemó. Está claro que este tipo de enfoque no
beneficiará la imagen de Rusia. Los inversores están huyendo del país, así
también los negocios, se retira capital hacia el exterior, asustados por el
gobierno inepto.
El nivel de pobreza
en Rusia, según las diversas estimaciones, del 14 al 20%, es de más de 20
millones de personas. Éstas viven en la pobreza absoluta, su ingreso está por
debajo del nivel de subsistencia establecida oficialmente. Esta gente
desgraciada hurga en los inmensos cubos de basura planchada por las
excavadoras, y recogen los productos triturados. ¡Este es el verdadero panorama
de la Rusia moderna! Después de los fenomenales altos precios del petróleo de
la última década, el país desde hace medio año se desliza hasta el nivel de la
Venezuela contemporánea. La oposición rusa pide al menos no destruir la comida
y distribuirla a los necesitados, pero Putin ha perdido el contacto con la
realidad e imagina que los alimentos importados provienen del terrorismo con
quien es imposible negociar.
La “ejecución de
gansos” ha generado una gran sensación en RuNet (internet rusa). La policía
encontró tres gansos húngaros en una tienda de provincia y como eran “ no ruso”
decidió ejecutarlos. Una excavadora aplastó a los tres gansos. RuNet respondió
con una explosión de imágenes de historietas con el tema de “la venganza de los
gansos” y “ejecuciones de gansos”. Pero, dejando la broma a un lado, existe un
verdadero Telón de Acero, del otro lado.
Kitty Sanders
kitty@kittysanders.com
@kisanders
Argentina
Kitty Sanders,
Editor-in-Chief of
"Visión Independiente"
www.visionindependiente.com
www.kittysanders.com
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