viernes, 11 de marzo de 2016

CESAR GUILLEN CITTERIO, COMO CONVERTIR EL PETROLEO EN EXCREMENTO DEL DIABLO.

Contrariamente a lo que se le hace creer al pueblo mexicano, brasileño y venezolano, PEMEX, PETROBRAS y PDVSA, no son del ciudadano ni del país, sino de los cogollos del gobierno de turno.  Bajo el patrocinio de los políticos y su camarilla, se ha saqueado un recurso natural que por su utilidad  hubiese moldeado para bien el destino de estos países petroleros.

Líderes populistas y caudillejos convirtieron esa riqueza petrolera en fuente de enriquecimiento y corrupción en desmedro de la mayoría de los ciudadanos laboriosos y honestos. Contratistas y proveedores  asociados con funcionarios corruptos y líderes sindicales saquearon impunemente a estas empresas hasta quebrarlas. La cifra desfalcada de las tres petroleras juntas, es más que Impresionante.

El caso es patético por la similitud que existe en las razones de la quiebra de estas empresas latinoamericanas, que lejos de ser un ejemplo de la capacidad de nuestros hombres y mujeres de estar a la altura de la globalización, demuestran desgraciadamente nuestros mayores vicios y carencias. No son hechos aislados, véase el reciente caso de la refinería de Cartagena REFICAR. Más de lo mismo.

Se utilizaron como caja chica para favorecer contratos, prebendas, lavado de dinero, desfalco y para financiar el proselitismo político interno y externo con la complicidad de funcionarios públicos y privados.  Toda una red de corrupción en desmedro y perjuicio del único tesoro que tienen estos países para salir de la miseria y la pobreza, simbolizadas por las  favelas, la carestía y la violencia criminal.

El caso de PDVSA es el más insólito, aun quebrada le sigue enviando 2 MM de Barriles a Cuba a través de Curazao para su reventa y usufructo. Además de subsidiarles el combustible a los países del Caribe quiénes se proclaman socialistas, pero no abandonan el tutelaje colonial europeo. Mientras tanto, el bocazas del Ecuador adula a escondidas a las petroleras americanas para que reinviertan en el país.

No hay que llamarse a engaños maldiciendo a los  países imperialistas y a la derecha mundial. Esta es la realidad que nos hace aparecer como lo que somos, así gritemos de indignación y levantemos la trillada bandera del nacionalismo redentor, socialista o bolivariano. La pasividad de nuestros pueblos indica su nivel de deterioro. Aquí el único “Excremento del Diablo” somos nosotros, no hay otro.

Cesar Guillen Citterio
cesarguillencittrerio@gmail.com
"Adhuc Stantes"
“Todavía en Pie”

Caracas- Venezuela 

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