José
Vicente siempre ha sido más falso que una romana de palo. Desde sus épocas de
director juvenil nacional de URD le mentía a Jóvito sobre sus intenciones
dentro del conglomerado político. Jóvito lo sabía pero lo apreciaba y sacrificó
una diputación a sabiendas de que JVR lo abandonaría una vez electo.
Desde
aquellas épocas, JVR, muy inteligente, eso sí, y protegido por presidentes que
le han brindado afecto, siempre ha buscado la forma de ser él, el poder, aun
detrás del trono.
Chávez
en alguna ocasión percibió la falsedad y lo dijo públicamente en Londres siendo
JVR ministro de su gabinete. Pero Chávez, poco culto aunque muy perspicaz,
tampoco confiaba en la inteligencia ajena y tenía poco de donde escoger por lo
que tuvo que aceptar en su entorno a JVR quien supo granjearse cierto apego de
Chávez mediante consejos que arrancaba a personajes de diversa escala de
valores.
Así
pudo una vez comprender que Chávez sí le daba a las encuestas la importancia
que contienen y adquirió Hinterlaces dejando a Schemell en la presidencia para
desviar suspicacias y ofrecer números divorciados de la realidad, pero que de
alguna forma impactaban en un Chávez disminuido electoralmente que tuvo la
suerte de enfermarse para obtener (vía lástima) una lealtad inmerecida hasta el
día de su muerte. Pero luego 2.5 millones de sus feligreses dejó a Maduro en la
estocada, pese al esfuerzo de JVR con Schemell e Hinterlaces.
Todas
las cifras de JVR resultaron extremadamente erradas porque no eran más que
inventos suyos y de su acólito. Solo a finales de la jornada última, Schemell,
quizás para evitarle más desprestigio a la firma, dijo sin mucho afán ni
guarismos realistas que la oposición ganaba las parlamentarias. Hoy JVR
reincide en sus fueros falsarios y busca hacer creer que un país cada vez más
desesperado por el desabastecimiento y el abandono, puede estar revirtiéndose a
favor del peor gobierno que ha conocido la historia republicana de Venezuela.
Claro
está, JVR ha convencido a Maduro de la teoría de Joseph Goebbels quien aseguró
a Hitler que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Pero ni
la Alemania de la II Guerra Mundial estaba tan mal como lo está hoy este país.
José
Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1
Anzoategui
. Venezuela
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