viernes, 11 de marzo de 2016

BEATRIZ DE MAJO, LA ÚLTIMA MILLA, COLOMBIA EN CÁPSULAS

¿Existía realmente una determinación firme de parte de cada uno de los lados de la mesa negociadora de La Habana cuando el pasado 23 de septiembre los jefes de las delegaciones anunciaron, al unísono, que para el miércoles Santo la paz de Colombia estaría sellada?.
A esta fecha, cuando la realidad es que en el país vecino ya está montado sobre la prórroga de las conversaciones porque no habrá acuerdo para la fecha indicada, pareciera más bien que cada uno de los lados estaba enviándole, en la realidad, un mensaje perentorio a la contraparte. Pero no les funcionó la estrategia. 
¿Estarán a punto de desinflarse las tratativas? Los sucesos de El Conejo en donde las FARC penetraron desde Venezuela armados hasta los dientes pero con el ánimo de hacer proselitismo y atemorizar a la población, hace apenas dos semanas y en franco irrespeto a todo lo avanzado hasta el presente en la mesa, pusieron una piedra monumental en el camino y pueden haber obrado en el ánimo del presidente.  
Los escollos que aún quedan por resolver pudieran también convertirse en un impedimento definitivo porque son tan grandes que podrían haber quebrado, para esta hora, la voluntad de encontrar una salida. Ese no debería ser el caso porque las partes han llegado históricamente a acercamientos que en su momento se consideraron inimaginables, pero los retardos desgastan y el gobierno tiene, por su lado, otros frentes nacionales que atacar para no continuar lesionando el poco de arraigo que aún le queda.
Lo que queda pendiente por deliberar y acordar no es poca cosa, sin embargo.
Queda, en primer lugar, el mecanismo de refrendación por parte del país a todo lo acordado en la Habana, en un solo bloque y sin entrar a discutir los elementos que componen esa paz. El Gobierno insiste en un plebiscito para aprobar el acuerdo. Muchos están en desacuerdo con que solo tendría que votar a favor del paquete 13% del censo electoral de Colombia para que el mismo sea válido. La distancia entre las partes en ese terreno aun es enorme, porque las FARC, por su lado, lo que han propuesto para que Colombia decida, es una Asamblea Nacional.
Aún está por acordarse, igualmente, el mecanismo de cese al fuego bilateral .Tampoco se han resuelto las zonas geográficas y la manera y la fecha en que se replegará la insurgencia.
Y por último, tampoco ha habido acuerdo en cuanto a los mecanismos de elección de los magistrados de lo que será un Tribunal Especial para la Paz.
Otra cosa que puede haber intervenido en el abandono de la fecha pactada es que el ánimo de los colombianos no está acompañando solidariamente a su presidente. Una reciente encuesta de Gallup ha dejado ver, por ejemplo, que 4/5 partes de la población no está de acuerdo en que los criminales se incorporen en la política nacional sin haber pagado por sus crímenes. La mesa lo que ha aprobado es que solo pagarían prisión quienes no admitan haberlos cometido.
Cuesta creer que luego de haber nadado tanto- las negociaciones han tardado más de tres años- puedan ahogarse en la orilla.  Esta es la ocasión en la que Colombia ha estado más cerca de acordar un cese de las hostilidades y de armar algún género de paz. Solo por ello, vale la pena prepararse bien para la última milla. Hay que estar conscientes de que no se acuerdan posiciones comunes a dos extremos políticos muy distantes sin concesiones colosales de los dos lados. Lo demás es cuestión de perspectiva y de flexibilidad moral. Habrá que ver cuanta han dejado sobre la mesa los negociadores   
 Lo que ha quedado claro es que los hombres y mujeres de la mesa de La Habana no cuentan con el respaldo popular y Juan Manuel Santos, al fin, ha pronunciado las palabras mágicas: no está dispuesto a firmar cualquier paz, aunque en el camino haya mostrado mucha flexibilidad.  Juan Manuel Santos sabe lo que ha estado apostando. Lo que el presidente perdería si la mecha de la guerra se enciende de nuevo, no es solo el juego de la Paz, es su carrera política entera.
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
El Nacional
Miranda - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario